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Cinco semanas de paro educativo logramos mantener estudiantes y docentes. Las tomas, asambleas, cortes, movilizaciones, comenzaron a fines de agosto y siguieron hasta casi comenzada la primavera.

Mostramos disposición a enfrentar al Gobierno de Mauricio Macri, desde todos los niveles educativos. Secundarios, terciarios, universitarios en todo el país logramos romper el cerco mediático y llenamos las calles con nuestras reivindicaciones. En el último paro general muchos compañeres participamos de las ollas populares y cortes en los diferentes accesos, rompiendo los compartimientos, unificándonos a los trabajadores en una sola pelea con el plan de ajuste y represión.

Este conflicto nos ha hecho reflexionar mucho. Muchos activistas se han sumado a la lucha, han asistido a su primera marcha, han intervenido por primera vez en asambleas. Han pintado sus primeras pancartas. Y con ese activismo queremos seguir construyendo y sumando compañeros de cursada, amigos y vecinos en la difícil pelea de defender la educación pública.

El Gobierno no otorgó hasta el momento ninguna respuesta. Continúan queriendo votar la UniCaba, el presupuesto 2019 que prevé aún más recortes con una inflación por los aires y el dólar disparado, y otorgó paritarias a la baja.

Direcciones que no estuvieron a la altura

En unidad y coordinación se puede ganar. Una de las grandes debilidades es que el conflicto fue completamente descoordinado. Es muy difícil mantener las tomas si no se tienden lazos. Entre los estudiantes y con el resto de la comunidad educativa. Los grandes responsables de esta debilidad son las direcciones de las federaciones FUBA, CET, principalmente. Que votaron planes de lucha ingarantizables sin ir a fondo a cada cursada con delegados y mandatos discutidos democráticamente.

Por otro lado, la unidad obrero estudiantil tiene que profundizarse. Las grandes luchas de Cordobazo nos dejaron esta enseñanza. Son los trabajadores los que hacen perder a los empresarios 30 mil millones de pesos en el paro general. Tenemos que unirnos al movimiento obrero para poder triunfar.

El enemigo es grande, Gobierno Nacional, en amorío con el FMI, como señalo el mismo Presidente, reventando no solo la educación pública, sino también la salud, el trabajo, las condiciones de vida de todos los trabajadores. Por lo tanto requiere una gran organización para enfrentarlo. Tenemos que continuar con medidas contundentes, acompañar los conflictos y coordinar, si es necesario, pasando por encima de las direcciones que no están a la altura, junto a los trabajadores. De esa manera sacaremos al Gobierno y al FMI.