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35° ENCUENTRO PLURINACIONAL | ORGANICEMOS LA LUCHA PARA QUE EL FMI NO ARRASE CON NUESTROS DERECHOS

En los días 8, 9 y 10 de octubre próximos se realizará en San Luis el 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries. Compañeres de todo el país viajarán miles de kilómetros para debatir acerca de los problemas que sufren cotidianamente. El marco de esas discusiones es el tremendo ajuste sobre la mayoría de la población, ahora en manos de Sergio Massa y Gabriel Rubinstein, mandantes del Gobierno del Frente de Todos (FdeT) y su acuerdo con el FMI. Es fundamental, entonces, que este Encuentro sea una gran tribuna para denunciar los ataques a los derechos de las trabajadoras ocupadas y desocupadas y de las disidencias de la clase obrera y sectores populares, así como de cuál es la manera eficaz de enfrentarlos. 

 

 

¿”PRIMERO LA GENTE”?

El Gobierno de Alberto y Cristina Fernández propagandiza un nuevo slogan: “Primero la gente”. Se basa en la recuperación económica y de la capacidad industrial en algunos sectores, luego de la pandemia, y un leve descenso del desempleo. Pero, ¿alcanza siquiera para suavizar los crueles efectos de la rendición ante el FMI, los demás buitres y las grandes empresas?

Machismo y LGBTodio que no cesan

Las mujeres trabajadoras ocupadas y desocupadas y las disidencias de los sectores populares, logramos algunas importantes conquistas. Son ejemplos: la creación de un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades, la continuidad de políticas asistenciales, pongamos el caso de la Asignación Universal por Hijo, la sanción de la legalización del aborto o del cupo laboral trans, la aplicación parcial de las leyes mencionadas, así como la de reconocimiento de aportes jubilatorios de mujeres que han sido madres, la de la Ley Micaela, entre otras. Conquistadas todas con pelea y movilizaciones masivas.

El FdT y sus direcciones afines de la CGT, CTA y el movimiento de mujeres, con la colectiva Ni Una Menos al frente, levantaron un muro de contención a esas peleas y al conjunto de las luchas obreras y populares, en base a la confianza en Alberto y Cristina. Nos dejaron sin armas para defendernos de poderes que nunca descansan en su afán de lucro: el codicioso FMI y las igualmente voraces empresas vinculadas al imperialismo yanqui y europeo. 

Nos quitan hasta la vida.  El aumento de femicidios y trans/travesticidios es alarmante: 198 crímenes en 8 meses, lo que indica una muerte cada 29 horas. Como consecuencia directa, 191 hijos e hijas se quedaron sin madre, el 67 % menores de edad1

Otro horror: en Argentina se denuncian 79 ataques sexuales por día2, con proliferación de violaciones en grupo, como sucedió recientemente a la joven atacada en Córdoba, mutilada y con fractura de pelvis. Incluso, a veces, es violación seguida de femicidio.

El Segundo Plan Nacional contra la Violencia por Motivos de Género, lanzado el pasado agosto, con un presupuesto ya indecente de $82.000 millones, que representaría unos $5 por día y por mujer, ¿con que recursos contará en verdad, luego de los tijeretazos del ministro super poderoso de $ 128.000 millones en gastos de ministerios, con congelación en la planta de personal y sin ingresos en empresas públicas, con congelamiento de vacantes y de planes sociales?

Mucho ruido, pocas soluciones.

Además, para erradicar la violencia machista, no solo hay que combatir sus consecuencias: se necesita liberar a las mujeres trabajadoras y de los sectores populares de la tutela económica masculina, de las fatigas de los quehaceres domésticos y del cuidado de hijes y familiares ancianos o enfermos. 

Axel Kicillof, anunció jubiloso, la construcción de 100 escuelas en la provincia de Buenos Aires. Alberto Fernández y su ministro Jorge Ferraresi, festejaron con un gran acto, la construcción de 60.000 viviendas, con la entrega de 62 unidades en Río Negro. La celebración resulta exagerada: son pasitos muy pequeños en relación con las demandas sociales.

Según la Secretaría de Vivienda de la Nación, el déficit habitacional alcanza a 3,8 millones de personas. Para algunas significa gastar medio sueldo en alquiler, para otras, vivir en asentamientos informales sin gas natural, agua corriente, cloacas, etc. No es casual que cientos de familias, muchas encabezadas por mujeres y también por personas trans, buscaran durante la pandemia y aún hoy, la salida desesperada de la toma de terrenos. 

Entre Gobierno, sindicatos y empresarios acordaron que el salario mínimo, para noviembre será de $ 57.900, un monto que hace inalcanzable la canasta básica total de $120.000. Para mayor gravedad, según el INDEC, datos de 2021, la brecha salarial entre hombres y mujeres es casi de 31%. 

Pero la desigualdad salarial no es solo la discriminación vergonzosa de cobrar menos por igual trabajo. Tiene relación fundamental con las horas disponibles, por ejemplo, de una mujer sola con hijes, para buscar empleo y trabajar. Las madres en esta condición, están obligadas a depender de planes sociales, a tomar empleos precarios y de medio tiempo, sujetas a mayor explotación. Por eso, los hogares monoparentales con jefatura femenina están entre los más pobres, ya que persiste una absoluta carencia de instituciones gratuitas para cuidado y educación de les hijes. Y por eso, en los barrios obreros, donde escasea el laburo y falta el pan, las mujeres se integran a la lucha, nutriendo con su presencia las marchas y acampes de los movimientos sociales, donde suelen ser mayoría.

¿En cuántas empresas intervino el Ministerio de Trabajo o el de Mujeres para obligarlas a pagar igual salario por igual trabajo, a instalar guarderías o a promover el empleo de compañeras, con prioridad para madres solas con hijes a cargo? ¿Cuántos jardines maternales, jardines de infancia, institutos de ancianidad, centros culturales y de recreación, creó este Gobierno? 

Así las cosas, muchos números contradicen el eslogan de la propaganda oficial. Reflejan lo mismo que los viajes de Sergio Massa y Alberto Fernández a EEUU: para el Gobierno lo primero no es la gente, sino cumplir con los U$S 47.000 millones en pagos o refinanciaciones, comprometidas para este año con los acreedores internacionales. 

Quienes peleamos codo a codo cada centímetro de conquistas tenemos que aprovechar el Encuentro para hacer balance. Levantamos carteles con la consigna “La deuda es con nosotras y nosotres, ni con el FMI, ni con las Iglesias”. Pero el Gobierno del FdeT la paga en otro mostrador: el de los buitres.

1 Relevamiento de La Casa del Encuentro, setiembre de 2022. 

2 La Nación, 02/03/ 2022

 

 

ORGANICÉMONOS JUNTO A LA CLASE TRABAJADORA

El FdeT y sus competidores de Juntos por el Cambio (JxC), a pesar de su esgrima electoral hacia el 2023, no proponen salidas antagónicas ante temas cruciales: la Deuda Pública, incluso la que Macri contrajo y Alberto y Cristina pagan, la crisis energética, la soberanía alimentaria, la entrega de recursos naturales, los desastres ambientales ( se acaba de cajonear una vez más la Ley de Humedales), las reivindicaciones de los pueblos originarios, las Reformas Educativas, Laborales  y Previsionales, la inflación desbocada, la desocupación, el trabajo precario, la violencia machista y las restantes demandas femeninas y de la comunidad LGBT, el aumento de la delincuencia y del tráfico de drogas.

La clase obrera y el pueblo pobre, tendremos que librar durísimas peleas para tomar en nuestras manos estos problemas, única posibilidad de no pagar los platos rotos de la crisis mundial y de la pandemia. Y no podremos hacerlo con éxito si no nos incorporamos las mujeres y disidencias, sin la mitad de la clase trabajadora.  

Este es el debate que el PSTU y Lucha Mujer queremos hacer en este Encuentro. Nuestra liberación y la conquista de los derechos femeninos y de las disidencias está atada a la derrota del acuerdo ajustador con el FMI. Si lo principal es cumplir con los buitres de toda especie, no habrá plata para trabajo, salud, vivienda, educación, y eso golpeará brutalmente a quienes sufrimos mayor opresión y explotación. 

El camino para liberarnos implica enfrentar los planes de este Gobierno, de los cuales es co rresponsable Cristina Fernández, aunque es mujer. El ejemplo que proponemos seguir es el opuesto: el de las luchadoras de la Independencia como Juana Azurduy, el de las mujeres ucranianas que enfrentan al ejército ruso junto a su pueblo, el de la “revolución de los velos” en Irán.

Lo que el PSTU y Lucha Mujer queremos plantear es que nuestra tarea principal es organizar el combate a la política de dependencia y sometimiento a que nos lleva este Gobierno, a pesar de su discurso, en ocasiones, antimperialista. Si no lo encaramos, contribuiremos a la desmoralización que encumbró a Macri luego de una década kirchnerista o a Bolsonaro, después de 10 años de PT.

No lo lograremos separando a las mujeres trabajadoras ocupadas, desocupadas y a las disidencias pobres, de los hombres de la clase trabajadora, en un movimiento autónomo.  Por el contrario, tenemos que unirnos, auto organizarnos, superar a las dirigencias sindicales y políticas actuales, reclamar directamente a las empresas la comida, el trabajo, los medicamentos, todo lo que nos es negado. Prepararemos así la conquista de una Segunda y Definitiva Independencia, integrando nuestras reivindicaciones y las de todos los sectores oprimidos en un programa común con la clase obrera, quien es la única capaz de encabezar esta pelea para caminar hacia una sociedad socialista.