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El aborto es un derecho de las trabajadoras

Las distintas posturas que debaten sobre el aborto legal hablan de la vida de las trabajadoras y pobres, las que realmente mueren en los abortos clandestinos, pero nadie se acerca a ellas para debatir lo que opinan o necesitan, y los sindicatos que deberían estar a la cabeza de la lucha por la legalización del aborto para resguardar la salud de las laburantes se mantuvieron al margen dejando a las mujeres solas.
Hace unos días y por la presión popular que recorre las casas obreras con el debate del aborto, el triunvirato de la CGT sacó un comunicado para sentar posición: «La CGT comunica que en el marco del tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, esta central hasta el momento y tampoco en el futuro manifestará una posición institucional sobre el tema por el debido respeto que merecen las convicciones personales, creencias y/o de culto que cada representante del Consejo Directivo, de sus gremios confederados y afiliados representados que esta Confederación posee». La respuesta no se hizo esperar y nos movilizamos a la central obrera a mostrarles nuestros pañuelos y a decirles que no pueden mantenerse al margen, ni negarnos nuestras obras sociales aduciendo que si se vota la ley no alcanzará el presupuesto.
Desde Lucha Mujer y el PSTU no tenemos ninguna confianza en esos dirigentes que acuerdan con Macri y que se reunirán con el FMI para negociar contra los trabajadores, pero fuimos a manifestarnos porque creemos que lejos de ser neutrales las trabajadoras deben dirigir la lucha por el derecho a decidir el momento de la maternidad. Es muy importante respetar las opiniones y creencias religiosas de las laburantes, así como también es una obligación luchar por defender su vida y la de su familia. El aborto clandestino, golpea las casas obreras a diario y a pesar que las compañeras pueden estar en contra, todas conocen a muchas mujeres que deben recurrir a las “matronas” de los barrios para que no las echen del laburo por estar embarazadas o saben que las pibas buscan teléfonos pegados en los postes de luz para que las “ayuden” con el embarazo no deseado.
CGT: ¡Escuchen nuestras voces!
Los dirigentes burocráticos que ocupan los sillones de las centrales obreras tienen sus acuerdos políticos con sectores de la Iglesia y de los espacios más retrógrados de la política patronal, pero además de esto no saben lo que las mujeres opinamos y necesitamos porque no nos representan. En muchos gremios con una cantidad importante de mujeres (sanidad, alimentación, textil, etc.) la representación sindical no se corresponde para nada con ese porcentaje, no hay mujeres en los cargos de decisión y la representación proporcional que correspondería está ausente. ¿Cómo van a pensar en nosotras si no hay mujeres en las centrales aún cuando somos mayoría en el gremio?
A la ya conocida práctica burocrática de las cúpulas, que nunca consultan a las bases, se suma el retrogrado machismo que debemos erradicar de la clase obrera. Para empezar a avanzar en ese sentido, debería ser convocado un encuentro de delegadas y trabajadoras para debatir la necesidad del aborto legal, para escuchar las opiniones y dar verdadera información (no los falsos argumentos reaccionarios que se transmiten en las iglesias de los barrios), para organizar desde las verdaderas protagonistas la lucha y el programa de acuerdo a las necesidades de las mujeres del movimiento obrero.
Paro general y movilización por el aborto legal
La conquista del aborto legal será en las calles y con la lucha, no vendrá de la negociación en el Congreso ni sólo por la presión en las redes sociales. Tenemos que salir con todo para imponer este derecho. Las centrales sindicales no pueden hacer lo mismo que el 13 de junio, este 8 de agosto cuando se discuta en Senadores la fuerza de la clase obrera debe sentirse de manera contundente.
Para garantizar la movilización deben convocar un paro general con movilización, poniendo micros y todos los recursos de los sindicatos a disposición para garantizarla. La lucha para que las trabajadoras dejen de morir en la clandestinidad no es sólo de las mujeres, es una lucha de todos los laburantes, si la CGT y las CTAs no quieren ponerse a la cabeza, impongámoslo desde abajo, con asambleas en los lugares de trabajo, con acciones en los comedores de las fábricas, reuniéndonos en la salida, organizando la ida a la movilización el 8A. Organicemos la pelea y luchemos en las calles por el aborto legal, seguro y gratuito.