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Ajuste y represión contra los trabajadores ¿Hasta cuándo vamos a soportar eso?

En la madrugada de ayer, el Gobierno logró aprobar el Presupuesto 2019. Eran las 5:46 de la mañana cuando la alianza Cambiemos, con el apoyo de un sector del peronismo, logró los votos para que Diputados diera media sanción al presupuesto del FMI.

Nunca mejor aplicada la frase “entre gallos y medianoche” para este Congreso. Nuevamente le dio la espalda a millones de trabajadores. Como pasó con la Reforma Jubilatoria y la ley por el derecho al aborto, una vez más desoyó el reclamo de los miles y miles que nos movilizamos para rechazar esta entrega.

Porque este presupuesto reduce las partidas en casi todos los rubros, en salud y educación  principalmente, para destinar esos fondos exclusivamente al pago de la Deuda y  al FMI.

Ajuste y palazos contra el pueblo

Todo estaba planificado. Un Congreso militarizado, la tranza con los gobernadores y la “oposición”  en el recinto, los medios y periodistas comprados preparando el terreno en las pantallas, y una represión brutal sobre los miles que nos movilizamos a Plaza Congreso.  

Nuevamente sufrimos  fuerzas represivas desatadas, hubo casi 30 detenidos, con una campaña mediática estrictamente coordinada en los medios para “victimizar” a la policía e impedir que se sigan multiplicando los manifestantes que no paraban de llegar a los alrededores del Congreso.

De manera vergonzosa y descarada, la inmensa mayoría de los medios pagados por el Gobierno intentan instalar que todos los que nos movilizamos ante estos atropellos no tenemos derecho a defendernos  de la represión, de las balas y los palazos,  con la excusa de ser respetuosos del “debate democrático de los representantes elegidos por el pueblo”.

¿Qué respeto podemos tener si lo que está en juego son nuestros trabajos y el plato de comida en nuestros hogares? ¿De qué  democracia nos hablan si estos diputados mintieron descaradamente en sus campañas y juraron que nunca iban a ajustar?

Si de verdad nos representaran en algo, no habría miles y miles de trabajadores movilizados en las calles cada vez que esta cueva de bandidos sesiona y trata una ley importante. Y no deberían ser defendidos por los medios comprados y la policía si de verdad votaran leyes favorables a los laburantes.

Cínicamente quisieron demonizar  nuevamente la imagen de Sebastián Romero mientras ocultaban la infiltración policial alevosa y la estafa que se perpetraba puertas adentro. Y todavía tienen preso a nuestro compañero Daniel Ruiz por el solo hecho de movilizarse mientras todos los corruptos de este Congreso y los empresarios “arrepentidos” están libres en su casa.

Ahora, a los cuatro inmigrantes detenidos durante la movilización (dos venezolanos, un paraguayo y un turco), la Dirección de Migraciones quiere expulsarlos del país ¡Una barbaridad! A los extranjeros que hay que expulsar es a los Benetton y Morgan, a todos los terratenientes y las multinacionales, que se enriquecen a costa de nuestras vidas y nuestro trabajo.

Sin la ayuda del PJ no hay presupuesto 2019

Macri, junto a los radicales, son sirvientes del FMI y del G20. Por eso quieren entregar el país al imperialismo. Pero sin la ayuda de los gobernadores, de los que se sentaron a dar quórum y después se abstuvieron,  y de los 33 diputados peronistas que votaron a favor, no podrían haber aprobado este atropello.

Más allá del discurso opositor, todos acuerdan con el ajuste y solo se posicionan pensando en las elecciones 2019. Si estuvieran realmente en contra se negarían a aplicar el ajuste en las provincias que gobiernan, como Alicia Kirchner en Santa Cruz.

Lo mismo pasa con las conducciones gremiales. La CGT, en lugar de profundizar las medidas luego del parazo nacional de septiembre, se limitó a decir que posiblemente llamen a un paro para noviembre. No hicieron absolutamente nada más allá de alguna declaración de rechazo. Son una vergüenza. Para tirar el Presupuesto, el miércoles 24  que haber parado el país y llamado a movilizar para impedirlo.

Los dirigentes del 21F y el Frente Sindical para el Modelo Nacional, encabezado por el moyanismo, la Corriente Federal y el SMATA tampoco estuvieron a la altura. En vez de poner todo en esta pulseada, se jugaron junto a la dirigencia K  a una marcha a la Basílica de Luján 4 días antes,  donde lo único que hicieron fue “llamar a rezar para que el gobierno genere trabajo”.

Es claro que no quieren luchar en serio pasa derrotar ya mismo al Gobierno y echar al FMI sino que solo amagan y realizan algunas acciones para pelear la interna del PJ, incluso yendo con la Iglesia que acaba de dar una feroz batalla contra el derecho de elegir el momento de la maternidad de las trabajadoras y de las mujeres pobres.

Tampoco se salvó de este bochorno  la Unidad Ciudadana de Cristina, como demostraron  los diputados de San Luis que aprobaron el proyecto. De manera confusa y poco creíble, Alberto  Rodríguez  Saá quiso despegarse, pero quedó manchado  justo después de compartir un acto de lanzamiento junto a referentes K como Andrés «Cuervo» Larroque, Axel Kicillof, Diana Conti y Mario Secco.

¡Plata para trabajo, salud y educación, NO para el FMI!

La única salida para salir de la crisis es no pagar ni un peso a los bancos y especuladores que generaron esta crisis. Necesitamos esta plata para dar trabajo, salarios, salud, vivienda y educación.  Son ellos o nosotros. Por eso esta medida,  junto a otras, debe formar parte de un plan de emergencia obrero y popular.

Queda claro que para enfrentar a Macri y este presupuesto de hambre  no sirven las especulaciones electorales, los acuerdos con personajes nefastos y el lobby parlamentario.

Es necesario impulsar la organización de los trabajadores para poner en pie un plan de lucha para enfrentar en las calles los ataques del gobierno,  el FMI y el G20.

Y la pelea es ahora, no podemos esperar al 2019. Hay que obligar a los dirigentes sindicales a convocar ya mismo a un paro de 48 hs. Y necesitamos que sea con movilización, construida desde cada lugar de trabajo con asambleas, para obligar a los gremios a garantizar que todo el mundo pueda participar.