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ARGENTINA embargada por deuda

País en remate: esto pasa por pagar

 

La Argentina de la década kirchnerista, según decían, era el país de los derechos humanos, del desendeudamiento, del constante crecimiento del PBI, de la recuperación económica. Hoy vamos barranca abajo. ¿Por qué?

 

Néstor Kirchner asumió la presidencia en 2003, luego de la cesación de pagos de la deuda externa (default) obligada por el levantamiento popular del 2001 y de la violenta devaluación del peso que redujo a un tercio el salario real de los trabajadores.
Durante los años siguientes entraron al país miles de millones de dólares debido a la valorización internacional de las materias primas, en particular, por las buenas cosechas y precios favorables de los cereales.
Ésas fueron las bases de la reactivación económica que logró bajar el desempleo, subir los salarios y una relativa estabilidad del país. Las reservas del Banco Central llegaron a 50.000 millones de dólares y había superávit fiscal y comercial.
Sin embargo, salvo algunas pocas renacionalizaciones como las AFJP, Aerolíneas o AySA (Agua y Saneamiento Urbano), los principales resortes de la economía continuaron en manos de bancos extranjeros y empresas multinacionales.

 

Se agravó la herencia de la dictadura y de Menem

La dictadura militar utilizó el terrorismo de estado para evitar todo tipo de resistencia e imponer una política de corrupción y sometimiento hacia los grandes grupos económicos, de la cual la deuda externa es un producto monstruoso.
En 1982, de la mano de una maniobra fraudulenta de Domingo Cavallo, entonces Secretario de Hacienda, el Estado se hizo cargo de las deudas externas de corporaciones privadas, mientras las empresas estatales estaban agobiadas y carentes de recursos.
Todos los gobiernos democráticos avalaron esa estafa de la dictadura y las corporaciones. Alfonsín reconoció los 45.000 millones que habían dejado los militares y renegoció vencimientos por 20.000 millones de dólares más.
Bajo el gobierno de Menem se realizaron las privatizaciones de las empresas públicas, como parte de un acuerdo con el FMI y los bancos para renegociar la deuda. Menem se fue dejando 122.000 millones; De la Rúa, 145.000 millones.
El Kirchnerismo desde el comienzo quiso salir del default. En 2005 y 2010 llegó a un acuerdo con el 92,3% de los tenedores de bonos. Los vencimientos de intereses de la deuda externa se retomaron en 2007. En 2009 se pagaron 10.000 millones al FMI para “liquidar” la deuda y ser “independientes”. En total, según el propio Gobierno, han pagado cerca de 190.000 millones de dólares. A pesar de eso, lejos de disminuir, la deuda pública suma hoy más de 300.000 millones de dólares.
Mientras tanto, se profundizó la privatización y extranjerización de la economía.

 

Nos están sacando todo

Ahora los fondos buitre, avalados por el fallo del juez Griesa y la Corte Suprema de EE.UU. van por Vaca Muerta.
Según Ámbito Financiero del 28 de julio, el fondo buitre Elliot, propiedad de Paul Singer, presentó en los tribunales de California un pedido para que la justicia norteamericana avance en eventuales embargos contra YPF o su socio en Vaca Muerta, Chevron. Es justamente en ese estado donde la petrolera norteamericana tiene su sede.
Si el juez Griesa decidiera liberar la alternativa de avanzar en embargos contra el país, el primer zarpazo sería contra la petrolera argentina y su socia de los Estados Unidos.
También los rusos y chinos compiten por la recolonización de Argentina.
El presidente ruso Putin nos visitó hace poco en busca de buenos negocios. La Agencia Estatal de Energía Atómica de Rusia (Rosatom) pugna por ser elegida para la construcción de la cuarta central nuclear argentina, un negocio de 3000 millones de dólares. Otro, de 2000 millones de dólares es la construcción de la central hidroeléctrica Chihuido I, en Neuquén. Putin también puso la mira en Vaca Muerta: el gigante estatal gasífero ruso Gazprom adquirió una participación en la explotación de la empresa alemana Winbtershall en Vaca Muerta.
El presidente chino Xi Jinping, estuvo en la Rosada poco después. China firmó acuerdos para hacer préstamos e inversiones por 18.000 millones de dólares para el ramal Belgrano Cargas, construcción de represas hidroeléctricas en Santa Cruz: Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, alimentos y minería. (Ver página 10)
En nuestra vida cotidiana conocemos a gente que presta a quien no puede pagar: son los “prestamistas” que luego se quedan con todas las pertenencias del deudor. Como vemos con la deuda externa pasa parecido: es un mecanismo de saqueo. Los bancos y empresas buitres yanquis, inglesas, rusas o chinas, nos “prestan” e “invierten” para mantenernos en situación de dependencia, seguir cobrando la deuda eternamente y apropiarse de nuestras riquezas.

 

“Los locos del No Pago”

En los años ’80, el viejo MAS, miembro de la LIT en Argentina y antecesor del PSTU, denunciaba a la deuda externa como uno de los más graves problemas de la Argentina. Por eso nos llamaban “Los locos del No Pago”.
Nuestros compañeros de trabajo y estudio nos respetaban mucho como luchadores pero dudaban sobre nuestra posición de no pagar la deuda externa: “si no pagamos, nos van a embargar, nos van a sacar los aviones, los trenes, el petróleo, las tierras”, nos decían.
La realidad hoy muestra que, al contrario de lo que pensaba la mayoría en aquellos años, cuanto más pagamos, más debemos, más nos saquean y más se hunde el país. No solo perdimos miles de millones que fueron sacados del bolsillo de los trabajadores y el pueblo; también se llevaron YPF y el petróleo, los trenes y miles de kilómetros de vías, los minerales, extensos territorios con los mejores suelos, todo en manos privadas y de multinacionales que usaron la deuda para robarnos.
La demostración vale para toda América Latina. La salida también es la misma: hay que cambiar este sistema capitalista-imperialista que se lleva todo en beneficio de unos pocos. Los trabajadores tenemos que tomar en nuestras manos la tarea de pelear por no pagar más la deuda externa, en el camino de lograr la 2da y Definitiva Independencia y conquistar el socialismo.

 

 

Deuda externa. ¿Quién debe investigar el fraude?

En el mes de julio se realizaron en la CTA Nacional (Micheli), varias importantes reuniones para tratar el tema de la deuda externa. Formaron parte Pablo Micheli, Secretario General de CTA, Claudio Lozano y Víctor De Gennaro (UP), Mario Cafiero (Proyecto Sur), representantes de las Iglesias Católica, Luterana y Evangélica, UDOCBA (CGT Moyano), UEJN, FOETRA, FUBA, MST, PTP-PCR, entre muchas personalidades y organizaciones. Y contaron con el apoyo del Papa Francisco.

Nos parece muy positivo que se abra un debate sobre el tema, impulsado desde una central de trabajadores. También la propuesta de llevar adelante una “…Campaña de Esclarecimiento sobre la Deuda, enfrentando el doble discurso K del desendeudamiento y a los “paganinis” de vastos sectores de los medios, los especialistas y la oposición política que conforman de hecho lo que se podría llamar el ‘partido de la deuda’.”
Pero a continuación plantean “NO PAGAR DEUDAS ILEGÍTIMAS. Investigación de la deuda. Suspensión del Pago y pago de la deuda con nuestro pueblo. Impulsar un gran acto multisectorial tomado centralmente por las centrales obreras, con consignas comunes y para que el Congreso decida sobre la deuda como lo establece la Constitución.”
No estamos de acuerdo.
La deuda ya fue investigada, se comprobó que es ilegítima y fue pagado varias veces su valor. De todos modos no está mal que vuelva a investigarse: con toda seguridad volverá a demostrarse su ilegitimidad. Pero solo a condición de que esa investigación sea realizada por una comisión independiente del imperialismo, con participación de las organizaciones de los trabajadores.
No confiamos en el Congreso, con abrumadora mayoría de los partidos del “SÍ PAGO”, oficialistas u opositores.
Al mismo tiempo se debe decretar la suspensión de los pagos de la deuda y que la plata quede depositada en el Banco Central hasta concluir la investigación.
Dejar la deuda en manos del Congreso es como dar a cuidar las ovejas al lobo. En lugar de llamar a confiar en los diputados y senadores del “SÍ PAGO”, la CTA Micheli debería poner su peso como central obrera para colocar “Ni un peso a los Fondos Buitre- Plata para trabajo, salario, salud y educación” como la principal bandera del paro que está convocando para agosto junto con la CGT de Moyano- Barrionuevo y para impulsar el plan de lucha y la movilización necesarios para concretarlo.

 

 

Cifras de la extranjerización de la economía

> Según el INDEC (2009) los dos tercios de las 500 empresas más grandes son extranjeras (Clarín 16/1/2011).

> Monsanto (EE.UU.) es la principal productora de agroquímicos del país.
> Las automotrices instaladas en el país son transnacionales: General Motors, Renault, Peugeot- Citroen, Volkswagen, Toyota, Ford, Fiat, Mercedes Benz, Iveco, Honda y Scania.
> En 2006 la participación de transnacionales en el total de la producción minera era del 100% (Informe World Investment Report de la UNCTAD del 2007, Clarín, 13/1/2008). Lideran el ranking la Barrick Gold (Canadá) y La Alumbrera (Suiza-Canadá).
> El principal terrateniente del país es Benetton (Italia) propietario de 900.000 hectáreas.
> La exportación de soja se concentra en siete multinacionales que manejan el 79% del negocio: Cargill (EE.UU), Noble Grain (China), A.D.M (EE.UU),Bunge (EE. UU), Dreyfus (Francia), Toepfer (Alemania), Nidera (China).
> El 90% del comercio exterior lo dominan empresas extranjeras. En 1993, el porcentaje era del 60% (Evolución de la Inversión Extranjera Directa, Juan Pablo Calvo Vismara, 2008, UNMP).
> El 83% del negocio petrolero continúa en manos de multinacionales: Chevron, Petrobras, Total, PAE, entre otras.
> Brasil tiene 42% en cemento, 40% en calzados y en bebidas, 38% en alimentos, 30% en siderurgia y carne y 25 % en textil.
> En el período 2003-2009 las grandes empresas se financiaron principalmente con subsidios del Estado, que crecieron un 345%.

 

 

 

Default no es “no pago”

 

Default y “default técnico”

Si Argentina cayera en “default técnico”, sería el segundo default en 12 años. El primero se produjo en 2002, cuando el gobierno de Rodríguez Saá, acosado por la irrupción del pueblo en las calles, se vio obligado a declarar la mayor cesación de pagos de nuestra historia: 82.000 millones de dólares.
El valor de los bonos de la deuda argentina se derrumbó. Los bancos y fondos de inversión usureros los compraron a precios viles. Por eso el 92,3% de ellos aceptaron a los gobiernos kirchneristas, en 2005 y 2010, canjear aquella deuda por bonos con una reducción del 65,5%.
Además de esa fabulosa ganancia se les ofreció la cláusula RUFO: si hasta diciembre de 2014 se concedieran mejores condiciones de pago a otros acreedores, ellos tendrían derecho a las mismas condiciones. Esos estafadores son los que Cristina llama “bonistas de buena fe”.
El Gobierno ha depositado 539 millones de dólares en el Banco de Nueva York para pagar a los “bonistas de buena fe”. Esa plata fue retenida por el fallo del Juez Griesa y si no llegaba a sus destinatarios el 30 de julio, el país entraría en “default técnico”. Ha pagado, pero el pago no podía hacerse efectivo por el bloqueo del 7,7% que no entró en los canjes de 2005 y 2010: los fondos buitre.
¿Qué querían Griesa y los fondos buitre?: negociar de inmediato sin quita alguna. Si el Gobierno aceptaba eso voluntariamente antes del 31 de diciembre, los acreedores “de buena fe” podían exigir también el pago total de sus deudas. La deuda del país se incrementaría entonces en unos 120.000 millones de dólares.
Cuando el Gobierno dice “Patria o Buitres” es que quiere pagar a los buitres, pero les ruega que esperen hasta el 1° de enero de 2015.

 

No pagar la deuda externa: esperanza para aquí y ahora

La deuda externa es impagable, ilegal y una estafa. Es injusta y está poniendo en peligro nuestras vidas.

Quizá Ud. piense que es una exageración, que la caída del avión argelino de Air Algerie causó 116 muertes y la deuda no lo hace. Según UNICEF en el mundo mueren 13 niños por minuto a causa de la miseria. O sea, si hace tres minutos comenzó a leer esta nota, en ese lapso han muerto 39 niños. La deuda cuesta vidas, significa pérdida de puestos de trabajo, de salario, salud, educación, falta de higiene y viviendas, hambre, esa miseria que se lleva 19.000 niños por día en todo el planeta.
Organizarnos para el No Pago, enfrentar al imperialismo, luchar por un gobierno que sostenga esa decisión, un gobierno de los trabajadores, significa sacrificios. Sin embargo, esos sacrificios serán útiles, serán el esfuerzo para conseguir algo y no el esfuerzo vano que estamos haciendo ahora para ir cada vez más hacia atrás, para llenar los bolsillos de los usureros. La fuerza de los trabajadores y el pueblo, una revolución en Argentina y en toda Latinoamérica es lo único que puede oponerse con éxito a la fuerza de los poderosos.
Es desde allí que debemos preguntarnos si la deuda externa se debe pagar o no: la cuestión es si vamos a pelear para dejar de pagarla por decisión propia o por estar sumergidos en la miseria más espantosa.

 

 

12 de agosto de 1806: Reconquista de Buenos Aires

La movilización popular derrotó a los buitres británicos

Cuando hablamos de enfrentar al imperialismo o de no pagar la deuda externa, aparece la duda de si es posible vencer a poderes políticos y económicos tan superiores.

Nuestra historia muestra que hay un camino: la organización y movilización popular.
Así se hizo hace 209 años, durante las invasiones inglesas, donde se sembró la semilla de la revolución que vino después, la de la primera independencia de San Martín y Bolívar.
La invasión pirata tenía por objeto el robo de la recaudación acumulada en un abultado tesoro, pero sobre todo, era parte de un proyecto colonizador de Gran Bretaña, que en plena Revolución Industrial y a causa del bloqueo napoleónico, necesitaba nuevos mercados para vender sus manufacturas. Buenos Aires era la entrada al Virreinato del Río de La Plata.
El 25 de junio de 1806, 1600 soldados al mando de Beresford marcharon sobre la ciudad que tenía 40.000 habitantes.
Ante la huida del Virrey Sobremonte hacia Córdoba y el fracaso de las tropas regulares se organizó la resistencia popular, dirigida por los grandes comerciantes: un decreto de libre comercio de los ingleses arruinaba sus negocios.
Pero los protagonistas fueron milicias formadas por vecinos pobres, gauchos y esclavos que discutían las acciones día a día, elegían a sus jefes y mantuvieron a raya al invasor.
El 12 de agosto, en la gesta conocida como Reconquista de Buenos Aires, las milicias populares junto a fuerzas llegadas desde Montevideo al mando de Liniers, obligaron a la rendición británica.
Los buitres ingleses no se dieron por vencidos. Volvieron al año siguiente con unos 8.000 efectivos, comandados por Whitelocke, pero entonces encontraron una ciudad alerta. Hombres, mujeres y niños esperaban, codo a codo con los milicianos, en los techos de sus casas. Las columnas inglesas recibieron una descarga de “granadas de mano, frascos de fuego y hasta armas plebeyas de piedras y ladrillos”, según crónicas de la época.
Whitelocke, derrotado, dijo ante una corte marcial en Inglaterra: “No hay un solo ejemplo en la historia que pueda igualarse a lo ocurrido en Buenos Aires, donde todos los habitantes, libres o esclavos, combatieron con una resolución y una pertinacia que no podía esperarse ni del entusiasmo religioso o patriótico, ni del odio más inveterado o implacable”.