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BASTA DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL MUNDO DEL FÚTBOL


Una denuncia por violencia de género muestra el machismo en el deporte más popular del país


BASTA DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL MUNDO DEL FÚTBOL

Siendo el fútbol, por lejos, el deporte más popular de nuestro país; es lógico que en los espacios de expresión que genera florezcan muchas de las ideas y prejuicios que los sectores de poder vuelcan hacia el resto de la sociedad para mantener su dominio. Las canciones e insultos racistas y xenofóbicos, así como las expresiones homofóbicas, son una clara demostración de esto; y también lo son las múltiples expresiones de discriminación y violencia hacia la mujer.

Pero esa discriminación y violencia, desgraciadamente no se quedan sólo en las canciones de la tribuna; sino que son parte de la cotidianidad de los mismos jugadores y dirigentes: hechos de malos tratos, de abandono de hijos, de uso y promoción de la prostitución y hasta de abusos y violaciones se cuentan por decenas, lo que niega toda posibilidad de tomarlos como “casos aislados”.

Este fin de semana, se dio a conocer uno de estos hechos, que dejó en evidencia no sólo el alcance de la violencia contra la mujer en el mundo del fútbol, sino también buena parte de su raíz. Este hecho involucró a Edwin Cardona, Wilmar Barrios y Frank Fabra

Violencia, denuncia y más violencia

Dos mujeres acusaron a tres jugadores colombianos de Boca Juniors, de agredirlas e incluso amenazarlas con un cuchillo, en un ascensor de un edificio de Puerto Madero. Por los involucrados, el caso tomó inmediatamente notoriedad pero con una particularidad: a la vez que se comenzaba a instalar la noticia, desde los medios se lanzó una fuerte arremetida contra las mujeres denunciantes, centrada en acusarlas solapadamente de “prostitutas que hicieron la denuncia para sacar algún rédito económico”. Para acompañar esa campaña, algunos diarios publicaron supuestas capturas de los perfiles de Facebook de las involucradas, en los que ofrecían servicios sexuales.

Los argumentos elegidos por los medios de comunicación, parten del mismo razonamiento que el utilizado por el abogado de los jugadores, Miguel Ángel Pierri, (defensor del femicida Mangieri):  el haber ejercido la prostitución priva a las mujeres de credibilidad en sus denuncias. Un razonamiento que desgraciadamente no tiene nada de novedoso, y que ha servido para ignorar sistemáticamente todas las violencias que sufren las mujeres que ejercen la prostitución; y que lejos de haber sido desterrado en estos tiempos de históricas movilizaciones por los derechos de la mujer, aparece esgrimido abiertamente por los medios patronales y buena parte del mundo del fútbol. De esta manera, los medios demuestran que una vez más, que pese a mostrarse solidarios y comprensivos con el #NiUnaMenos, el #MeToo o las denuncias por acoso en el mundo del espectáculo local, su discurso sigue destilando machismo; coherente con la defensa de un orden social que ejerce sistemáticamente la opresión contra las mujeres.

Hay que enfrentar al machismo en el fútbol

Estos casos de machismo, por otro lado, muestran de qué forma se reproducen las injusticias sociales en el mundo del fútbol, un mundo en el que el pueblo trabajador avala como público un espectáculo por el que un puñado de empresarios amasan fortunas alucinantes, en el que la mujer está denigrada hasta la invisibilidad. Teniendo en cuenta esto, a nadie debería sorprender que el actual presidente Macri, perpetrador de los ajustes y represiones que venimos sufriendo, y que se pasa diciendo comentarios machistas, haya dado sus primeros pasos en la gestión pública como presidente de Boca. Por eso, para empezar a revertir estas barbaridades es que defendemos la vuelta al fútbol amateur y no el negocio millonario que es hoy en día.

La respuesta a estos manejos del fútbol no pasa por las prohibiciones, o por pretender que esta situación cambie por sí sola, sino por llevar a las tribunas y a los planteles tanto la pelea contra los empresarios y sus negociados, como la lucha contra el machismo y toda forma de opresión; Los clubes deberían ejercer parte activa de la lucha contra la violencia hacia la mujer realizando campañas publicitarias, colocando sus recursos económicos y abriendo sus puertas para realizar talleres de autodefensa en los barrios, charlas y campañas de concientización.