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Donde no llega el ajuste

Mientras ajusta a los trabajadores, más le da a la patronal del campo y a la iglesia. 80 mil millones (con un dólar a $20) le cuesta al estado la quita de retenciones al campo.
Junto a esto la Ley 21.950, establece que el Estado se hace cargo del salario de arzobispos y obispos. La Ley 22.162, establece el subsidio a los sacerdotes y Ley 22.950 a seminaristas. Esto implica que se mantenga a 132 obispos y arzobispos, 568 sacerdotes y 1.120 seminaristas. El cargo más alto de la misma es el obispo castrense, que según el decreto 1009/2017, que lleva la firma de Mauricio Macri, Marcos Peña, ganará un salario equivalente a un subsecretario de Estado. La remuneración para ese cargo se encuentra en la actualidad en los 147 mil pesos de salario bruto. Luego, el obispo auxiliar o vicario castrense percibirá una remuneración de 57.078 pesos por mes, en tanto que el vicario general tendrá un ingreso mensual de 47.565 pesos. El secretario general castrense, por su parte, recibirá 35.864 pesos. La Iglesia cuenta además con exenciones impositivas, como el Impuesto a las Gananciaso en el IVA.
En total, el aporte del Estado para la Iglesia Católica en el 2016 fue de $133.998.031, un 21% más de lo recibido en 2015. Alrededor del 20% del presupuesto educativo total en la Ciudad de Buenos Aires se destina a subsidiar a los colegios católicos privados, un estimado de 2.500 millones de pesos.
En Provincia de Buenos Aires se destina la mayor cantidad de millones a los colegios católicos de todo el país alcanzó en el 2016 los $10.800 millones.

Como vemos, lejos del “ahorro”, el ajuste a los estatales es una decisión política para obtener el dinero necesario para cumplir el pago de la fraudelenta deuda externa, y obtenerlo a csta del hambre de los trabajadores mientras se mantienen ganancias y privelegios a las patronales y la iglesia.