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EL HAMBRE SE PUEDE EVITAR

Tanto las cumbres imperialistas, como la de Davos, o como las propuestas que plantean los gobiernos, aún los sectores que dicen querer hacer un capitalismo “más humano” “en el que ganemos todos”, a lo sumo proponen aplacar mínimamente la hambruna presente y futura. El hambre es parte del sistema del capitalismo imperialista. 

Tal como explicó Carlos Marx hace más de 200 años en El Capital la tendencia a la concentración en el capitalismo: los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, lo cual trae consigo la que llamó “Ley de miseria creciente” para la inmensa mayoría de la población. Entonces para terminar realmente con el hambre es necesario terminar con el capitalismo imperialista que nos explota y oprime en todo el mundo. 

Sin embargo, en ese camino es necesario pelear por imponer medidas urgentes que podrían frenar ya mismo la suba del precio de los alimentos y empezar a combatir el hambre:

  • ¡Aumento ya mismo de las retenciones a la exportación de todos los productos alimenticios! Hay que terminar por la fuerza con la especulación. Las patronales agrarias lloran mientras tienen ganancias extraordinarias. Qué abran los libros de toda la industria para que se vea cómo es que están ganando.  
  • Obligatoriedad de todos los supermercados de proveer bolsones de alimentos gratuitos que incluyan lácteos, carnes y verduras para todos los trabajadores desocupados o que ganen por debajo de la canasta familiar
  • ¡Aumento general de Salarios Ya! ¡Plenos derechos laborales a todos los/las trabajadores/as rurales, con salarios por encima de la canasta familiar!
  • Reimplementación de la Junta Nacional de Granos y Carnes y Control popular de precios mediante comités obreros y populares de control, que vigilen los precios de salida de la industria y los precios en lugares de venta.
  • Plan nacional de producción de alimentos, que expropie también los grandes frigoríficos (en general multinacionales) e industrias agroalimenticias. Con el 20% de los alimentos producidos podríamos cubrir una alimentación con calorías necesarias.

En nuestro país no hay forma de garantizar la soberanía alimentaria sin lograr la soberanía nacional, rompiendo los mandatos del FMI mediante la Segunda y Definitiva Independencia continental y poniendo los recursos a producir en función de las necesidades de la mayoría de la población, es decir rompiendo también con el modelo agroexportador y el agronegocio. Para poder hace eso, es necesario que se nacionalicen y estaticen bajo control obrero todas las grandes extensiones de tierras, complejos agroindustriales y latifundios. Que el Estado controle en forma monopólica el comercio exterior y un plan de industrialización real del país para que dejemos de ser principalmente productores de materias primas

Todos estos cambios de fondo solo pueden ser logrados por un Gobierno de los Trabajadores y el Pueblo, dispuesto a acabar con los privilegios de todos los sectores patronales y empresariales.