Mientras la discusión en el Congreso de la Nación sobre un impuesto a las grande fortunas esta cada vez más difusa, el Gobierno de Alberto Fernández, en otra “cruzada patriótica”, anunció la baja de retenciones a la soja por 90 días, y la baja de retenciones del 12% al 8% para las mineras metalíferas, es decir, a las multinacionales que se llevan el oro y la plata.
¿Qué son las retenciones? El impuesto que cobra el Estado Argentino a las exportaciones. Pero, ¿por qué el Gobierno les cobra menos impuestos a las grandes multinacionales en medio de una crisis sanitaria y económica tremenda? Desde el Gobierno responden que necesitamos dólares ¿Y para que necesitan dólares? Para cumplir con los pagos de la Deuda Pública Externa con los bonistas, organismos internacionales de crédito y el FMI. Pero acá nos podemos hacer otra pregunta ¿Qué tiene que ver la necesidad de dólares con bajarles los impuestos a las sojeras y mineras? ¿No tendría que ser al revés?
El tema es que las grandes exportadoras sojeras se estaban guardando la cosecha en los campos y no la estaban vendiendo, lo cual significaba que el Gobierno no podía cobrarles impuestos a las exportaciones. De esta forma las grandes multinacionales que sacan su producción de las tierras y el trabajo de Argentina presionaron al Gobierno para que les baje las retenciones, y lo consiguieron.
Las mineras beneficiadas, los trabajadores no
En el caso de las mineras, lo que ocurrió es que reglamentaron la baja de retenciones que ya se había votado en diciembre del año pasado con la “Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva”, donde además de hacerle un recorte a los jubilados establecieron que las retenciones a los hidrocarburos y minerales metalíferos pasarían del 12% al 8% como tope.
Desde que comenzó la pandemia y mientras había aislamiento obligatorio las mineras hicieron “lobby” para no parar de producir y fueron declaradas actividad esencial por el Gobierno Nacional. Así pusieron en segundo plano la salud de los trabajadores mineros exponiéndolos a contagiarse, y luego de varios meses de producción, recién ahora están realizando los hisopados para los trabajadores. Pero aún así no pudieron evitar que Cerro Negro, minera Newmont, en este momento se encuentre paralizada por un brote de Covid-19 dentro del yacimiento teniendo que aislar a todos los trabajadores y sin saber hasta dónde puede llegar esta grave situación.
Nosotros venimos denunciando esto desde el primer día, y también venimos proponiendo aumentarles las retenciones, regalías (hoy solo pagan un 3% como máximo), el canon (que no se actualiza desde 2014), y modificar el cálculo para el Impuesto a las Ganancias porque las empresas lo pagan luego de descontar los gastos, mientras a los mineros se lo descuentan del bruto, siendo que el salario no es ganancia. Por eso, además proponemos que el Impuesto a las Ganancias de los mineros lo paguen las empresas. Y yendo al fondo del asunto queremos que se deje sin efecto la Ley de Inversiones Mineras del año 1993 de Carlos Menem, que establece ese régimen fiscal totalmente favorable a las empresas y el saqueo de los recursos naturales, en desmedro del pueblo y las riquezas de nuestro suelo.
Frente de Todos, el Frente de las multinacionales
Pero el Gobierno del “Frente de Todos” hizo todo lo contrario. En medio de una terrible crisis económica, política y social les cobra menos impuestos. Parece una locura. Pero es una política consciente y bien pensada para favorecer a las multinacionales. Por eso Alberto Carlocchia, el presidente de la CAEM (Cámara Argentina de Empresarios Mineros), se manifestó muy a gusto frente a la medida, diciendo que el gobierno respondió a “un pedido recurrente del sector”. Pero todavía no está conforme y pide una mayor apertura económica para las inversiones. Piden que dejen que se lleven el oro y la plata sin pagar un peso de impuestos, de ser posible.
En una entrevista que dio a la “Opinión Austral”, Carlocchia dijo que es necesario ir hacia una “carga tributaria apropiada” porque “Argentina tiene una presión mayor a otros destinos que son competidores directos, inclusive en la región”. Se llevan 1 millón de onzas de oro por año y 200 millones de onzas de plata, solo de Santa Cruz, en momentos donde la onza de oro está a valores históricos, cerca de los 1900 dólares. Se llevan todo eso, pero les parece mucho pagar 3% de regalías y 8% de retenciones. Siguen presionando para conseguir más beneficios y posiblemente los consigan si no les ponemos freno. En esa no hay ninguna grieta entre “Cambiemos” y el “Frente de Todos”, tanto unos como otros han llevado adelante y siguen llevando adelante un modelo de saqueo de los recursos naturales, beneficiando directamente a las grandes multinacionales como Anglo Gold Ashanti, GoldCorp – NewMont, Yamana Gold, Panamerican Silver. Capitalistas que se hacen millonarios desde el Estado, como socios menores de los negocios que genera el saqueo, mientras en Santa Cruz hay más de 100 mil personas por debajo de las línea de la pobreza.
Frenar ya este despojo
El sistema de salud de Río Gallegos colapsó y se quedaron sin camas de terapia intensiva, hay cientos de desocupados y desocupadas reclamando trabajo, comedores y ollas populares porque la gente no tiene para comer. Sin embargo, Alberto Fernández, Alicia Kirchner, el Frente de Todos y Cambiemos, le bajan los impuestos a las mineras y a los monopolios de la soja, para que vengan y se lleven todo a cambio de monedas y algunos puestos de trabajo. Así está el país, y así estamos los trabajadores y el pueblo producto de esas políticas. Por eso insistimos que es necesario aumentar las retenciones, las regalías, y cobrarles un impuesto extraordinario. Y frente a esta locura de entregarles todo a cambio de pobreza y miseria, proponemos que si las empresas no quieren invertir porque quieren más beneficios, se estaticen y nacionalicen todos los yacimientos mineros del país, y se formen comités de control, integrados y votados por los trabajadores mineros, para evitar la corrupción de funcionarios y el buen funcionamiento de la industria. De esa forma el oro, la plata y todos los recursos naturales dejarán de ser objeto de la ganancia de las multinacionales y pasarán a ser recursos para el beneficio de los trabajadores y el pueblo.