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Elecciones Cefyl

 

Por Ezequiel Rabago

Son seis años, la mayor parte de mi carrera y cerca de un cuarto de mi vida, los que el CEFYL estuvo en manos de Izquierda, y ahora con el PJ (y aliados) victorioso me es difícil hacer un balance corto y ordenado.

Hay que empezar diciendo que esto es una derrota para todos los que queremos una universidad por y para los laburantes. Con todos sus errores, el CEFYL de estos últimos 5 años no equivocó su trinchera. Sean fábricas en lucha, presos politicos (Como Dani), luchas contra la represión u otras luchas estudiantiles, el centro de Filo fue una constante. Eso no era poco si miramos a los costados, y ahora se acabó.

Conozco a varios militantes del triunfante Colectivo y sé que no todos son simplemente pequeños Pedrazitas que vienen conscientemente a destruir el centro, (con más de uno compartí algún turno de guardia la última toma y entiendo las esperanzas generales que hay en el Frente de Todos, los 4 últimos años de Macrismo fueron durísimos) pero el espacio politico que representan tiene su historia, y en todos los lugares donde dirigen algo hacen lo mismo. Al ajuste si no lo aplican directamente, cuanto menos lo dejan correr.

El PJ viene a gobernar prácticamente todos los puestos de poder del país y Alberto Fernandez dejó clarísimo que la deuda se paga. Esa Deuda Externa nunca vino sin ajuste y represion, y ahí van a estar «los soldados de Perón» cuidando que por abajo no pase nada. Sea pegándole a docentes como hacen las patotas de Loma Avila en Chubut o militando el «quedarse en casa» como hicieron durante estos 4 años que pasaron (Nunca me voy a olvidar de cómo llamaron a no marchar cuando apareció el cuerpo de Santiago Maldonado, forros y tibios todos los que militaron eso). El CEFYL del Colectivo, independientemente de los apellidos concretos que lo compongan, es ese PJ en filo. Por algo los salió a festejar la decana Morgade a minutos de contar el último voto. El día que Alberto empiece a ajustar para pagar deuda se van a caer las caretas.

Ahora bien, aunque el contexto fue muy adverso, hay que ver qué nos faltó. Por un lado sigue reproduciéndose esa lógica sectaria de usar los centros para construirse a consta de estos y de sus estudiantes. Lamentablemente hay organizaciones que hacen de esto un método y una bandera. Privilegiar la autoconstrucción por sobre la organización del conjunto (incluso pensar que lo uno y lo otro siguen caminos opuestos), preocuparse más por cuál es la «vicepresidencia primera» que por organizar turnos de guardia durante una toma, cerrarse a explorar nuevas formas de involucrar a todos los estudiantes en las luchas, ese bagaje nos pesó mucho, en los votos y en las calles. Inseparable de esto último es esa concepción endémica de que los centros de estudiantes aliados del movimiento obrerio y popular tienen que luchar por los estudiantes, en vez de con ellos. Otra vez, para algunos esto es un error sincero, para otros una orientación política. Si pensamos que sólo los militantes y las banderas van a frenar el ajuste vamos a perder conquistas y quemar militantes. En una facultad movilizada en su conjunto no hay PJ que avance.

 

Ojalá me equivoque, ojalá este todo mal lo que decimos los troskos, y Alberto Fernandez traiga el fin de los tarifazos, el pleno empleo, los salarios dignos y las mejores condiciones de cursada, entre tantas cosas que necesitamos, me podría enfocar en ser un mejor docente y un buen futuro investigador. Pero no va a ser así. Quienes estudiamos en filo vamos a tener que salir a luchar contra el gobierno entrante, así como contra la variante por derecha que lo venga a reemplazar después, y contra el PJ de nuevo mas adelante, hasta que algún día se de vuelta la tortilla. Viéndolo de esta forma perder unas elecciones de centro de estudiantes no es la gran cosa. La verdad es que con o sin el centro vamos a tener que salir a luchar igual. Pero el espontaneísmo «puro» de base siempre fue muy limitado, necesitamos controlar y usar nuestros gremios. En ese sentido, a pesar de todo lo que andaba mal, hoy en filo estamos objetivamente peor que ayer.