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Enfrentemos las exigencias del FMI y los empresarios

La cuarta visita del FMI llega para supervisar cómo está haciendo los deberes el gobierno respecto del ajuste acordado. Resulta que Macri, que quisiera poder postularse como “empleado del mes” del FMI y los planes imperialistas, está lejos de aspirar a ese puesto. La suba incontrolable del dólar, las tasas de interés que llegan a más del 70%, el “riesgo país” pasando los 1000 puntos y una inflación del 4% mensual, hundiéndonos en el hambre y la miseria, han dejado al Gobierno muy complicado, obligándolo a buscar apoyos y consenso para tratar de llegar a octubre.

            Es que su problema no reside solo en el repudio a su gobierno de la inmensa mayoría del pueblo trabajador, sino en que sus propios aliados, los empresarios y las grandes multinacionales, no tienen confianza alguna en su capacidad y hasta piden a gritos que no se vuelva a presentar dejando su lugar a María Eugenia Vidal.

           El pretendido acuerdo, que a pesar del “optimismo” expresado por el Gobierno tiene pocas posibilidades de avanzar (porque implica para todo el arco político quedar “pegado” a un Gobierno en crisis), no está al servicio de  solucionar los problemas de los trabajadores y trabajadoras, sino que claramente pretende conformar y tranquilizar al FMI y los mercados.

 

           Un acuerdo para pagar la Deuda y hundir a los trabajadores

El diario Clarín del 5/5/2019 publicó: “El ensayo del acuerdo, con ropa y luces, ocurrió en un hotel de Nueva York el pasado miércoles 1° de mayo. Antes del estreno, como en el Colón. Lo interpretaron representantes del oficialismo y de la oposición del Congreso, más de 200 representantes de fondos de inversión y bancos, con intereses pasados, presentes o futuros en la Argentina, asistentes a la 9ª AnnualLatin American Conference del BBVA”.De esa reunión participaron parlamentarios oficialistas y Marco Lavagna, diputado massista, hijo del ex Ministro de Néstor Kirchner

 

Este “preestreno” de un acuerdo para “salvar a la Argentina” ante los fondos buitres y banqueros del imperialismo, trata de ser un salvavidas ante la bancarrota y crisis del gobierno de Macri y la creciente bronca y movilización obrera y popular que lo enfrenta.

 

           Los “diez puntos” del Gobierno, apoyados por Trump telefónicamente,  habrían sido consensuados con los peronistas Urtubey, Gobernador de Salta, Sergio Massa y el Senador Pichetto. También Lavagna, ex Ministro de Néstor Kirchner insistió con un “consenso” y un “gobierno de unidad nacional” alrededor de puntos similares.

 

           La propia Cristina fue recientemente convocada, invitación que ya trascendió será rechazada, como era fácil de suponer, ya que para el espacio kirchnerista participar de este “acuerdo” meses antes de las elecciones sería quedar pegada sin necesidad.

 

            Este acuerdo exigido por el FMI, pretende avanzar sobre la Reforma Previsional (quieren que trabajemos hasta morir y que los trabajadores en negro no se jubilen jamás); necesitan un Banco Central “independiente” del poder político, subordinado directamente al FMI; plantea reducir aún más impuestos nacionales, provinciales y municipales a los empresarios, respeto a “los derechos adquiridos” no de los trabajadores, si de los patrones con lo que seguiremos pagando subsidios a la Chevrón, o las “conquistas” patronales de Vaca Muerta, por ejemplo, que esta semana se cobró dos nuevas muertes obreras.

 

            Y la “perlita” por la que se babean todos los empresarios: aplicar “una legislación laboral moderna”, lo que significa una reforma laboral con la pérdida de los derechos adquiridos de los trabajadores, la total flexibilización laboral y de paso limitar la acción de las organizaciones sindicales de base, como delegados y Comisiones Internas.

Ellos quieren más ajuste

           La gran patronal, el FMI y los buitres quieren que el Gobierno que asuma continúe con el ajuste que inició y no pudo continuar este Gobierno. Están preocupados porque, a pesar de la traición de los dirigentes sindicales, la bronca obrera y popular se expresa, obstaculiza sus proyectos colonizadores y esclavizantes, como las movilizaciones del 14 y 18 de diciembre de 2017. Es por eso que rápidamente, desde la Iglesia, la Sociedad Rural, la UIA, la Cámara de Comercio, la Bolsa etc. salieron a respaldar con todo entusiasmo esta propuesta. Necesitan “cerrar filas” entre los patrones y Gobierno para aplicar a rajatablas el ataque contra los trabajadores y el pueblo.

A pesar de que nos han golpeado a las trabajadoras y trabajadores, con despidos, salarios miserables, que están generando cada vez más pobres, hambre y miseria; ellos aún no están conformes, quieren más, quieren todo. No lo podemos permitir.

Enfrentar  con la movilización

Los diez puntos de Macri  son un programa contra los trabajadores y trabajadoras. Es tan brutal que hasta la CGT oficialista tuvo que salir a criticar “algunos puntos”. Cristina ya anunció que lo rechazará pero contestará por escrito y Máximo Kirchner lo criticó en el acto de homenaje a Evita.

Pablo Moyano, Yasky, Micheli se llenaron la boca en la marcha del 30 hablando contra las reformas del FMI (planteando como salida votar al peronismo en octubre), también rechazan el “consenso”, pero el próximo paso que evalúan es una peregrinación a la Basílica de San Nicolás, para congraciarse con el Papa Francisco.

Si realmente se quiere rechazar y derrotar este nuevo mandato del FMI, es necesario hacerlo con acciones y con un programa claro, que debe empezar por no pagar la fraudulenta e ilegítima deuda externa, por el rechazo absoluto a la reforma laboral, derogación de las reformas impuestas por rama o sector y por la derogación de la reforma previsional.

Enfrentar ese intento del acuerdo es imponer que la CGT llame al Paro General con el que nuevamente está amenazando y no que se sienten a tomar café con la misión del FMI como tienen previsto este lunes 13. Necesitamos  imponer la continuidad real al Paro del 30 de abril, es también rodear de solidaridad a los trabajadores y trabajadoras que hoy están en lucha: los de Dánica, de Electrolux, los que empiezan a pelear paritarias; es incorporar como parte de los reclamos el derecho de las mujeres a no morir por abortos clandestinos; es poner como una bandera irrenunciable la libertad y desprocesamiento de Daniel Ruiz y todos los luchadores.

 Solo con una profunda y amplia movilización obrera y popular puede darle un golpe mortal a los planes de Macri y  estos buitres, echándolos para frenar la entrega de nuestra soberanía, el hambre y la miseria para nuestras familias.