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¿ES POSIBLE CONTROLAR LOS PRECIOS QUE NO PARAN DE SUBIR?

No es nueva la política de los gobiernos de lanzar campañas de “control de precios” que terminan siendo más una herramienta de campaña que una realidad. Lo hizo el gobierno de Cristina, el de Macri y lo hace ahora el de Alberto-Massa. El resultado, como bien sabemos los trabajadores, es que los precios siguen subiendo.

Aumentar los precios de forma indiscriminada es la manera que tienen las grandes empresas de transferir recursos del bolsillo de los trabajadores a sus cuentas bancarias, o lo que es igual, que los trabajadores paguemos sus enormes ganancias. Así se explica que en 2022 las principales empresas registraron utilidades récords y sin embargo aumentaron sus precios impulsando la inflación del 100% anual que vivimos. 

Cómo ejemplo, Shell obtuvo de ganancias sólo en el primer semestre de 2022 el triple de lo que había obtenido en el mismo período de 2021. YPF por su parte obtuvo 94.000 millones de ganancia neta, más del doble que en 2021. Sin embargo, los precios de los combustibles aumentaron sin parar, encareciendo toda la cadena de suministros de productos e impulsando la inflación: la nafta súper tuvo un aumento de 67%, la premium de 77%, el gasoil un 91% y el diésel premium una suba de 122%. ¿Cómo se explican estos aumentos de precios?

El supuesto “derecho” a obtener ganancias no es otra cosa que el “derecho” de los empresarios a empobrecer a los trabajadores, aumentando los precios y rebajando salarios ante la inflación. En definitiva, como ya advertía León Trotsky en el Programa de Transición en 1938: “la razón de la elevación de los precios no consiste en los salarios altos sino en las ganancias excesivas de los capitalistas y en el derroche de la anarquía capitalista.” Esto además es fácilmente comprobable en las grandes industrias donde con un solo día de producción se pagan todos los salarios y el resto del mes se produce para las arcas de la empresa. 

En la última versión del “control de precios” del Gobierno apareció Moyano y el gremio de Camioneros como ejecutores de los controles. Pero, como el propio Moyano admite sin problemas, todo partió de un acuerdo entre “Danone, Coca Cola, Sancor y Quilmes”, el gremio y el gobierno para “controlar” los precios. Es como si el lobo acordara con el leñador no comerse a Caperucita… podemos imaginar como terminaría el cuento. Y así termina también el acuerdo de Moyano y el Gobierno. En las semanas que van de 2023 los alimentos ya aumentaron cerca del 4% en general y con picos que llegaron al 10%. Similar a lo que fue el promedio de 2022. 

Controlar la producción es terminar con el robo a los trabajadores y el pueblo

Los trabajadores organizados en el PSTU defendemos que es posible un control real de los precios y de los costos de la producción. No con un “pacto” entre amigos de las empresas y el gobierno ni de la mano de dirigentes sindicales atornillados.

Si se quiere controlar los precios hay que controlar a las empresas. Empezando por dejar en evidencia el margen de ganancias que obtienen a costa de pagar bajos salarios, saltearse medidas de seguridad, abaratar materias primas empeorando la calidad de los productos, desinvirtiendo y aumentando precios sin control, como por ejemplo en el caso de los tarifazos en los servicios de luz, gas, etc. El primer paso es que los propios trabajadores dejemos de ser espectadores y logremos tomar en nuestras manos el problema. 

Las empresas deben abrir sus libros contables, no hay motivo para que oculten lo que ganan. Junto con eso para que el control de precios sea real y efectivo lo tienen que llevar adelante los delegados de fábrica, los sindicatos, los trabajadores, pequeños comerciantes, amas de casa y trabajadores informales. Una forma es la creación de grupos de control de precios, elegidos en asamblea y con mandatos revocables, que exijan dichos libros contables y fiscalicen la relación de las ganancias contra los precios y salarios de los trabajadores. Es la manera de cortar de raíz la estafa de los aumentos de precios impulsada por la avaricia de las grandes empresas y de los intermediarios. Aumentos de precio que además jamás llegan a los trabajadores que producen esos productos.

Como respuesta, muchos grandes empresarios y sus voceros del arco político dirán que “no es rentable” producir en argentina y amenazarán con irse del país. Es una amenaza que ya se ha demostrado impotente y falsa porque ni en los peores momentos de crisis los grandes empresarios dejaron de ganar. Pero aún así los trabajadores tenemos que recordar que somos los que realmente producimos y a su vez la inmensa mayoría que necesita una solución a sus condiciones de vida. Por eso ante los especuladores la respuesta debe ser contundente: bloqueos y expropiación de medicamentos, insumos, alimentos y materiales de construcción para ponerlos al servicio de las necesidades de los trabajadores.  Estatizar bajo control de los trabajadores a toda empresa que despida o amenace con irse ante los controles de precios. 

 

Fuentes:

https://www.lanacion.com.ar/politica/la-dura-carta-de-hugo-moyano-por-la-intervencion-de-los-camioneros-en-el-control-de-los-precios-nid18012023/

https://www.ypf.com/YPFHoy/YPFSalaPrensa/Paginas/Noticias/Resultados-Segundo-Trimestre-2022.aspx

https://www.lenergygroup.com/ganancias-record-de-shell-en-el-segundo-trimestre/

https://www.lanacion.com.ar/economia/boom-petrolero-la-argentina-duplico-sus-exportaciones-en-2022-gracias-a-la-mayor-produccion-de-vaca-nid22012023/