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FUBA: Un nuevo (Congreso) fallido

Entre el 9 y el 14 de junio sesionaron las diferentes instancias del congreso de la FUBA. En los últimos dos años el congreso no pudo votar una nueva dirección por falta de quórum. Este año, entre peleas a las piñas por las resoluciones y patotas de la Franja, no fue la excepción.

Como es costumbre, la dirección de la FUBA, encabezada por el Partido Obrero y La Mella (Patria Grande), no se esmeró en lo más mínimo por impulsar la participación estudiantil. El congreso fue convocado con una sola semana de anticipación, imposibilitando cualquier intento de convocar masivamente, discutir en cada cursada y llenar la FUBA de estudiantes. Esto de por sí ya es criminal, y más para la federación que representa a los estudiante de la principal universidad del país. Ahora, en la situación actual, con un gobierno a la ofensiva para aplicar un ajuste brutal sobre las espaldas del pueblo trabajador y con la clase obrera y los estudiantes haciendo todo lo posible para resistir ese embate, lo que hace la FUBA deja pasar aún más el ajuste.

15 años sin cambios de fondo

El argentinazo del 2001 agitó las aguas de toda la sociedad. Entre algunas cosas que nos dejó, fue la derrota de la Franja Morada en nuestra federación. Desde entonces, la FUBA fue dirigida por diferentes conducciones “de izquierda”, pero ninguna cambió las bases de lo que dejó la Franja: Federaciones y centros estudiantiles que se financian gestionando fotocopiadoras y bufetes. Estatutos antidemocráticos, con elecciones de delegados que se realizan junto con las de centro de estudiantes, lejos del congreso. Si un estudiante quiere ser delegado de la FUBA, debe estar agrupado en una corriente que participe en las elecciones de centro (y ganar dichas elecciones) sin importar cuan activista sea o cuanto confíen en el sus compañeros de cursada. Todo esto de fondo nos dejó una federación que, más allá de algunos posicionamientos políticos correctos, está totalmente alejada del estudiantado.

En esta situación llegamos a donde estamos. Una Franja Morada (brazo estudiantil del rectorado y el gobierno de Macri) que va recuperando espacio, un movimiento estudiantil que necesita organizarse contra el ajuste y una FUBA cada vez más vacía. Este año encima el macrismo y el rectorado redoblaron la apuesta, intentando entrometerse en el congreso a través de la Inspección General de Justicia con Sergio Brodsky a la cabeza, un ex miembro de la mismísima Franja ligado a Darío Richarte. Este intento de controlar el congreso de la FUBA no se puede ver separado de la avanzada represiva del gobierno nacional, evidenciado en el fallo aprobado hace pocos días que prohíbe la lucha sindical por fuera de las burocracias cegetistas o en la firma del decreto 721/2016 que da nuevamente el manejo de personal militar a las cúpulas de las fuerzas armadas, así como en una larga lista de medidas que viene sancionando el gobierno como el protocolo antipiquetes. Con este telón de fondo venimos de un conflicto educativo que rebalso a los centros de estudiantes y a las federaciones, que se enfrentó de lleno al ajuste del gobierno junto a docentes y no docentes. Sin embargo y a pesar de todo esto, la política de la dirección actual, deja a los estudiantes con una herramienta que es solo un sello de las agrupaciones que la dirigen, que no sirve para organizarnos para enfrentar mejor el plan de ajuste. Los estudiantes desconocen cómo funciona, qué es lo que hace y para qué la tenemos.

Frente al avance de la Franja, el PO y La Mella proponen conducir la federación en conjunto con el kirchnerismo, para tener quórum para votar una nueva dirección. La única diferencia entre ambos es el espacio que se les da dentro de la conducción. Cabe destacar que para que el congreso sesione, debe contar con la presencia de 66 delegados acreditados. Esto hace años que no sucede. Ni hablemos de convocar a los estudiantes a llenar el congreso para frenar el avance de la Franja. La solución que plantean son acuerdos “por arriba”, un poroteo mesquino de delegados para ver cuántos se necesitan para mantener el aparato de cada fuerza. Mientras, la federación continúa cada vez más vaciada de estudiantes.

Necesitamos una federación que luche contra el ajuste

La Franja Morada, aliada del gobierno macrista, viene a enchalecar al movimiento estudiantil para dejar pasar el ajuste y convertirla en un aparato propio del gobierno, junto al rector Barbieri. El Partido Obrero y la Mella dirigen varios centros de estudiantes y ya han demostrado que anteponen siempre sus intereses mezquinos a los de los estudiantes. Ni hablemos del kirchnerismo, garante del ajuste en provincias como Tierra del Fuego, y que además, como conducción, boicotea las asambleas en Sociales. La alternativa para frenar a la Franja, el rectorado y el gobierno no es la unidad de estos tres titanes de la inmovilidad estudiantil. Lo que necesitamos es la unidad de los estudiantes “por abajo” para poner de pie una FUBA democrática que enfrente el ajuste junto a los trabajadores y el pueblo.

Desde El Viraje!, vicepresidencia del CEFyL, exigimos que se convoque a un nuevo congreso de la FUBA, con 6 meses de antelación para que se pueda discutir en las cursadas políticamente qué congreso necesitamos, qué plan de lucha va a votar, sobre qué temas se tienen que hacer las comisiones y paneles de debate, y especialmente cómo tiene que ser el funcionamiento de esta herramienta de organización. Necesitamos documentos políticos que se repartan y se discutan en las cursadas, donde estamos los estudiantes. Delegados elegidos democráticamente en forma directa en las cursadas. Un estudiante, un voto, que se puedan elegir delegados independientes y no solo los que llegan a presentar lista para centro. Necesitamos una FUBA llena de estudiantes que tengan el apoyo de sus compañeros de cursada, para discutir de conjunto cómo frenar el ajuste, obtener el boleto educativo, el aumento del presupuesto y todas nuestras reivindicaciones. Una federación de y para los estudiantes, y no un sello vacío. Solo así podemos frenar a la Franja y al gobierno ajustador y entreguista de Macri.