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¡FUERA MACRI Y EL FMI YA MISMO!

En el Aeropuerto de Ezeiza José Bulacio, obrero de la construcción, murió y 13 resultaron heridos (dos de gravedad) en el derrumbe de una obra. Dijeron “accidente”, pero no lo fue. El Gobierno dejó de lado toda medida de seguridad para apurar y presentar la obra antes de las elecciones. Y la desgracia ocurrió.  Es un asesinato de obreros de las patronales y Macri.

Igual que en Chubut, Jorgelina Ruiz Diaz y Cristina Aguilar, docentes fallecidas cuando volvían de un reclamo para cobrar lo que le debe el Gobernador Arcioni, amigo de Alberto y patrón del patotero “Loma” Ávila, que dice ser dirigente gremial, pero es un empleado de las patronales y el Gobierno.

Dos casos terribles que ilustran una realidad de hambre, desempleo y miseria. 35% de la población (más de 15 millones) son pobres, la desocupación llegó al 10,2%. Las muertes por femicidio se incrementan, todo es más difícil para la mujer trabajadora, que gana menos y muchas veces es único sostén del hogar. Y sigue preso Daniel Ruiz y perseguido Sebastián Romero por oponerse a la Reforma Previsional del 2017, así como otros luchadores.

Es la expresión de 4 años este gobierno, de la mano de las multinacionales y el FMI, con la complicidad de los dirigentes de la CGT y la “vista gorda” de sectores peronistas que hoy se agrupan en el  Frente de Todos.

Último acto macabro

Pero no termina ahí. Todavía la familia no terminó de velar al obrero muerto, aún los heridos siguen internados.

Entonces, el gobierno de Macri se sensibilizó con la ART que tiene que pagar todo eso. Acaba de disminuir por Decreto de Necesidad y Urgencia el monto de las  indemnizaciones por muerte o invalidez de ese y todos los accidentes laborales que ocurran. La vida obrera no vale nada. Junto a eso, bajó las cargas patronales por trabajador. Es decir, muere un trabajador y Macri se solidarizó con los patrones. 

Todo eso, mientras millones de obreros miramos las muertes con tristeza por TV, sabiendo que mañana podemos ser nosotros, nuestros padres, nuestros hijos. Gobierno asesino, capitalismo asesino. 

Hace falta terminar con todo esto con una lucha profunda, una revolución obrera y socialista, que tome medidas inmediatas contra el hambre, la desocupación y la miseria. Y elimine para siempre las condiciones de explotación de un sistema cuyo objetivo único es preservar las ganancias capitalistas, y dar mejores condiciones a las inversiones de las multinacionales, obedeciendo los dictados del FMI y pagando religiosamente la Deuda Externa.

Porque para los políticos patronales, “las deudas se pagan”, cuando son deudas a los poderosos. La deuda a una familia obrera por muerte laboral, esa no importa. Esa la reducen por decreto, y si pueden la eliminan.

Macri y el FMI se tienen que ir

Luego de las PASO, había que echar a Macri, porque estos meses solo servirían para sumirnos más en la miseria, la desocupación y la entrega del país. Los hechos lo demuestran.

Pero la CGT evitó un Paro General, y Alberto Fernández y los dirigentes que lo acompañan, dijeron que “el gobierno tiene que seguir hasta diciembre”, nos llamaron a dejar las calles ¡Hasta pidió levantar el paro de pilotos par paritarias! Por eso, son responsables también de estos crímenes, y de estos decretos antiobreros. No pueden hacerse los distraídos. Si no llaman a luchar para derogarlos ya mismo, es porque están de acuerdo.

Permitieron todo, a cambio de un “bono” miserable a cuenta de futuros aumentos. Y que ahora recibiremos en cómodas cuotas.

¿Esto es lo que los “equipos económicos” de Alberto y Macri vienen negociando hace un mes? ¿Es por esto que el primer destino de visita del próximo presidente será Washington? 

Lamentablemente, los partidos de izquierda se negaron a exigir la renuncia de Macri. Fue un error que estamos pagando. Los llamamos a cambiar de actitud, a sumarse ya mismo a millones que quieren que Macri se vaya ya mismo.

El cogobierno y un Pacto Social que ya empezó

Cada muerto o herido, cada nuevo desocupado y cada trabajador que cae en la pobreza, es culpa del cogobierno de Macri y Alberto, avalado por la pasividad de la CGT, que ya se comprometió al Pacto Social que quieren suscribir por 6 meses.

El Pacto Social ya comenzó a regir. Es la “Paz social” de la CGT ante los atropellos y las muertes, la inflación y los despidos. Es el único “pacto” que pueden aceptar los negreros de la UIA o de la Sociedad Rural. Un pacto que les garantice sus ganancias, a costilla del retroceso de nuestro nivel de vida. Que solo los favorece a ellos.

Ese Pacto es también la pasividad de las dirigentes del movimiento de la mujer o de las organizaciones más grandes de desocupados, ligados todos al kirchnerismo.

Tomar la lucha en nuestras manos

Es necesario romper los pactos y negocios secretos entre Macri, las patronales y el próximo gobierno. Tenemos que rechazar estos Decretos antiobreros, reclamar aumento de emergencia de salarios y jubilaciones a $35.000, así como la Emergencia Nacional por los derechos de las mujeres trabajadores,  la prohibición de cierre de empresas o despidos, expropiar y estatizar los bancos para poner fin a la fuga de capitales, y dejar de pagar la Deuda Externa que Macri contrajo sin ninguna consulta con el pueblo trabajador. Para que los estatales de Chubut triunfen. 

Hacer reuniones de activistas, asambleas, reclamarle a los delegados en cada empresa y exigir plenarios, para obligar a los gremios a salir por la paritaria y por un plan de lucha nacional que comience con un paro de 36 horas con movilización. Y solidarizarse con las empresas en lucha, coordinar entre fábricas en conflicto de cada zona, comenzando con el apoyo al conflicto de Kimberley Clarck, papelera de zona sur.

Es preciso obligar a la CGT a salirse de esos acuerdos. Es necesario que el próximo congreso de la CTA, llamado para apoyar a Fernández y su Pacto Social, repudie a Yasky, Baradel y la dirección entreguista, y le niegue apoyo a ese Pacto antiobrero. 

No podemos confiar en estos dirigentes, tenemos que construir la solidaridad con cada conflicto, y la coordinación en las fábricas, establecimientos y escuelas de cada barrio, de cada zona o región, hasta imponer una lucha contundente para lograr lo que necesitamos.

Tenemos que combinar estas luchas con la participación en el Encuentro Nacional de la Mujer, en La Plata, y con la pelea electoral, por una alternativa de los trabajadores, expresada por el FIT-U, como explicamos en otras notas de este periódico.