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Impongamos el Plan de Lucha y Paro Nacional

La realidad argentina parece tener dos caras: por un lado, Macri asumiendo la presidencia del G20, convertido en el niño mimado del imperialismo y la Cámara de Senadores votando la Reforma Previsional; del otro lado, más de 200.000 personas mostramos nuestra voluntad de pelear contra las reformas y el ajuste. De qué lado caiga la moneda no depende de la suerte, sino de lo que los dirigentes sindicales estén dispuestos a hacer o lo que les impongamos que hagan.

            Al cierre de esta edición Macri asumía la presidencia del G20, y los medios afines al Gobierno publicitaban esto como una gran oportunidad para el país. El G20 reúne a presidentes de 20 países del mundo, entre los que están las grandes potencias y sus principales súbditos, en donde discuten políticas económicas. Esa cumbre se realizará en 2018 en Bariloche y tendrá la antesala de la reunión de la Organización Mundial del Comercio el mes próximo.

 Para Macri es una gran oportunidad para demostrarles a sus amos imperialistas, como Donald Trump, Angela Merkel y los representantes de las mayores multinacionales, que puede ser el mejor alumno aplicando sus planes de saqueo y recolonización. Ya viene dando muestras en la Patagonia de hasta dónde está dispuesto a llegar para cumplir (ver página 3).

Reformas y cuevas de bandidos

           

            Macri prometió en EE.UU que haría votar la Reforma Laboral antes de fin de año, pero la bronca y el repudio que empezó a recorrer las fábricas, escuelas, barrios y lugares del trabajo en todo el país obligó al Senado a patear su tratamiento para el 2018.  Esto,  fue nombrado por Pablo Moyano como la “caída de la Reforma Laboral”, sin embargo, no podemos dejar que nos confundan, la pelea no está ganada y no la ganaremos de la mano de los mismos senadores que acaban de votar la Reforma Previsional y el Pacto Fiscal, que condenan a la miseria a millones de jubilados y a los estatales de todas las provincias (imponiendo el techo de aumento salarial del 10%)  (ver página 14).

            ¡El mismo Pichetto que se dijo en contra de la Reforma Laboral, votó ayer a favor de la Previsional, al igual que los senadores del FPV sin los cuales no se hubiese aprobado! No debería extrañarnos de una institución que eligió a Menem para izar la bandera en la jura de nuevos integrantes. Nada bueno puede venir para los trabajadores de esa cueva de bandidos.    

 

Hay voluntad de pelea

            La movilización de ayer fue contundente. Más de 200.000 nos movilizamos en la Capital y otros miles en las distintas ciudades del país, sin paro en la mayoría de los gremios y siendo convocados por solo un sector de la CGT.  Aún seccionales de gremios que no convocaban igual se movilizaron desobedeciendo a sus dirigentes, como es el caso de la UOM y de la fábrica Felfort.  Es que las fichas se están moviendo en el tablero del movimiento obrero, a nivel de los gremios y centrales, pero también en el conjunto de los trabajadores (ver páginas centrales).

 

            Mucho ruido, pocas fechas

            Sin embargo, a pesar de los encendidos discursos de los dirigentes sindicales,  éstos nos convocaron a seguir esperando las sesiones del parlamento, llamando a movilizar sólo cuando se discuta allí. De este modo vuelven a poner la esperanza de clase trabajadora a merced de esos buitres parlamentarios que nada harán por nosotros. Es ahora cuando debemos salir a luchar a la calle, se reúnan o no los diputados o senadores. Esto ya nos paso varias veces en estos últimos dos años, y esos tiempos en suspenso resultan ser treguas para que el Gobierno avance con su plan.  

            Desde el PSTU repartimos miles de volantes en la movilización planteando la necesidad de que ese debía ser el comienzo de un Plan de Lucha y del Paro General, así como participamos el 20 de noviembre en el Encuentro de la Corriente Federal con estas propuestas.

            ¿Juntos sólo los que piensan igual?

            Podríamos haber sido muchos más en la Plaza y en las columnas de los sindicatos cantando por el Paro General. Pero, lamentablemente, una vez más la mayoría de los partidos de izquierda decidieron hacer una columna aparte del llamado “sindicalismo combativo”, que se convocó lejos de Congreso y quedó atrás de todo. Con esa política perdieron la oportunidad de dialogar con los miles que estaban en las columnas de los sindicatos y decirles que peleemos juntos por imponer la lucha que necesitamos. Parece que el no haber estado el día en que corrimos del palco a los traidores del Triunvirato, ese 7 de marzo, no les enseñó nada. 

            ¡Ahora vayamos por más unidad y lucha!

            La pelea que tenemos por delante es muy dura, pero se puede ganar. Para eso necesitamos la máxima unidad. Los convocantes de la movilización del 29, la Secretaría Gremial de la CGT, la Corriente Federal de los Trabajadores y las  CTA´s tienen que organizar ya mismo un Encuentro Nacional de Delegados de todos los gremios, para debatir y decidir cómo seguir hasta derrotar las reformas.

            El 5/12 los trabajadores brasileños van al Paro General contra las reformas de Temer, y en Francia 14 días de Huelga General tiraron abajo la Reforma Laboral, esos son nuestros ejemplos a seguir.

 El Triunvirato nos entregó transando la Reforma Laboral, pero no los trabajadores de los gremios que conducen, por eso es urgente convocarlos, para salir a luchar. Los trabajadores del Sindicato de Sanidad que dirige Daer, los del SOESGyPE que dirige Acuña, los de Dragado y Balizamiento que dirige Schmith, y todos los trabajadores que están bajo la conducción de estos traidores, tienen que abrirse paso y pasar por encima de ellos, haciendo asambleas y plenarios de delegados, para organizar la lucha y poner en pie una nueva dirección.

            Por su parte, un sector de la CTA autónoma y el sindicalismo combativo llaman a una movilización para el día 6. Nosotros estamos convencidos que no hay que darle tregua al Gobierno y que hay que  pegarle a sus reformas hasta derrotarlas e imponer una salida obrera a la crisis (ver páginas centrales). Pero para eso necesitamos la mayor unidad de las organizaciones de trabajadores. Desde el PSTU participaremos el 6, sin embargo queremos ser claros, que esta pelea no la vamos a ganar poniendo fechas que dispersen las luchas, sino organizando esa pelea desde las bases, uniendo en las luchas a todos los que quieran derrotar las reformas.

            Pero tampoco podemos quedarnos esperando a que las conducciones vuelvan a convocar. Ayer fueron muchas fábricas, dependencias y escuelas organizadas, tenemos que seguir ese camino, y salir a buscar a todos aquellos trabajadores que el 29 no pudieron estar. Tenemos que exigirle a los delegados asambleas u organizarlas si no quieren hacerlo, donde todos los trabajadores podamos debatir y votar. Esta lucha es de todos, no de las cúpulas que defienden sus propios intereses, por eso tenemos que imponer que se escuche nuestra voz y tomar la lucha en nuestras manos.

            Desde el PSTU seguiremos poniendo todas nuestras fuerzas en esa tarea. Con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes, podemos ganar.