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La parte oculta de la paritaria

En la paritaria del 2015 tuvimos acceso por primera vez a un acta donde aparte de lo relacionado al aumento y la forma de pago, observamos con sorpresa la existencia de un acuerdo que regía desde el 2003 (inc. B, anexo V del convenio celebrado el 16/09/2003, resolución N° 188/03 de la D.N.R.L.) por el cual las empresas contribuían con $26 por cada trabajador comprendido en el C.C.T 244/94 sin explicar qué finalidad tenía ese aporte.
Este año en las paritarias no solo se ratificó ese aporte elevándose a $40 también por cada trabajador sino que apareció una “contribución extraordinaria” de $500 por cada trabajador de la alimentación, cuyo objetivo sería de “ayuda social para la salud de los trabajadores”
Si multiplicamos estos $500 por los más de 80.000 trabajadores de la alimentación el resultado es más o menos… ¡¡$40.000.000!! Qué bueno hubiera sido que esa plata fuera destinada a los trabajadores. Sumemos además el 2% compulsivo a los no afiliados.
Esto explica por qué no fueron por más: un porcentaje mayor de aumento hubiera significado para las patronales un desembolso mayor en sueldos y durante un año. A cambio, firmaron un aumento de 36,5% en 2 cuotas por un año, pero anualizado es del 29% mientras que la inflación anual supera el 40%. Favoreciendo el ajuste de las patronales y del gobierno de Macri.
También firmaron la “paz social” mientras echan compañeros. Con estos “acuerdos” de Daer y la Verde es imposible que se pongan a la cabeza para pelear contra los despidos, en contra de la precarización laboral, por igual trabajo igual salario, guarderías, reforma de convenio, salario igual a la canasta familiar ($17.000), y todos nuestros reclamos, como prometieron antes de las elecciones del 10 de mayo.

¿Qué tipo de paritarias necesitamos?

Surgen de la lucha de los trabajadores para obligar a las patronales a discutir el salario y las condiciones de trabajo y obligarlos a pagar lo que corresponde. Unifica los reclamos del conjunto de los trabajadores, evitando hacerlo en forma aislada. Así se logra fuerza en los reclamos. Pero con la intervención del Gobierno a favor de las patronales y la actitud de los dirigentes sindicales que no consultan a la base, lo que era una conquista se fue transformando en una trampa.
Los dirigentes del STIA y FTIA se han dedicado todos estos años a “negociaciones” de nuestro salario y del convenio de trabajo que no son consultadas con la base, como tampoco sobre qué vamos a reclamar ni lo que firman. Así, desde hace muchos años vienen aceptando aumentos por debajo de las necesidades, arreglando a puerta cerrada con favores de las patronales en “aportes”, con reformas en el convenio 244/94 a favor de los empresarios, aumentando la precarización laboral.

Desde La Transparente y el PSTU creemos que es urgente una nueva dirección que luche por todos nuestros reclamos y exigir que haya paritarios elegidos por las bases en asamblea como representantes nuestros para negociar, pudiendo ser cambiados. No puede haber negociaciones secretas, a nuestras espaldas.
Los dirigentes sindicales deben discutir y decidir en asambleas y congresos de delegados, como nos organizamos ahora para defender nuestras conquistas y los convenios de trabajo, ante los ataques de la patronal y el gobierno de Macri. La organización de la lucha por nuestros reclamos no es en las oficinas de las empresas, sino con las medidas de fuerza que sean necesarias para ganar.