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¿“LA UNIDAD HASTA QUE DUELA” LE SIRVE A LOS TRABAJADORES?

Cristina Kichner, en uno de sus discursos a fin de año lanzó la idea de “unir fuerzas para derrotar a Macri en el 2019”, abriendo así el juego para conformar un frente electoral “anti-Macri”. La tragedia que significó Cambiemos para el pueblo trabajador ha provocado que muchos compañeros y compañeras vean esta salida como la mejor posible. Creemos que esto es un gran error que puede llevar a nuevas frustraciones a los trabajadores.

Por Víctor Quiroga

En esta sintonía, los principales dirigentes del Partido Justicialista, con su Presidente a L. Gioja a la cabeza, convocaron a todas las corrientes internas a integrarse a la “Mesa de Acción Política” del partido, sumando a Moyano, Pignanelli, Yasky, Héctor Daer de la CGT, Scioli, Rodriguez Saá, junto a todo el kirchnerismo, entre otros.

A su turno, Juan Grabois, el dirigente ligado al Papa Francisco integrante del Movimiento CTEP  y referente de los movimientos sociales, fue más categórico: “Entran: Massa, Pichetto, Urtubey”. “Si viene Vidal y dicen ‘yo me voy del macrismo y quiero ir con ustedes’, ¡que venga! ¿Viene Larreta? ¡Venga Larreta! El problema acá se llama Mauricio Macri” dando así su visión de la “unidad” que estarían buscando de cara al 2019.

También se sumó el ex Presidente Duhalde, recordado por su responsabilidad política en la represión del Puente Pueyrredón y el asesinato de Kosteki y Santillán. De pronto se “amigó” con Cristina “olvidándose” de los enfrentamientos pasados, con Massa y con los otros dirigentes peronistas que “acompañaron” a Macri desde el comienzo votando los ajustes a la salud y la educación y el miserable golpe al bolsillo de los jubilados, el pago de la deuda a los buitres y el aumento de tarifas.

En ese sentido, Cristina y Unidad Ciudadana bajaron a su candidato en las elecciones cordobesas para favorecer al gobernador “peronista” Schiaretti, uno de los principales aliados de Macri en el último período.

Más allá de como termine conformándose este frente, ¿Será está “unidad” la que saque al país de la crisis? ¿Será que abrazándose con todos o algunos de los que votaron meterle la mano al bolsillo de los jubilados, las leyes y el presupuesto a Macri , se lograrán parar la inflación, los despidos y el cierre de fábricas? ¿Será que no “enojándose con la Iglesia”, uniendo a los que rezan y los que no rezan, los pañuelos verdes y los celestes, como dijo Cristina, se paran las muertes por abortos clandestinos y los femicidios? ¿O quizás sentándose a la mesa del FMI para “renegociar la deuda de este gobierno” como afirma Kicilof, ex ministro de economía de Cristina, habrá plata para salud y educación, salarios y e inversión para un desarrollo industrial?

Creemos que no. Es una trampa que ya nos llevó a votar a Macri para sacar a Cristina en el pasado. Y así nos fue. Esta unidad, se propone derrotar a Macri en las elecciones, pero no su política.

Y no es  raro. ¿O acaso no son los mismos diputados, senadores y gobernadores peronistas de todo tipo que fueron en las listas de Scioli y Cristina en 2015 los que transaron y aplicaron todos los ajustes? ¿Qué podemos esperar de estos mismos dirigentes impresentables que ante la destrucción de los convenios colectivos que ahora se están dando los dejan correr sin mover un dedo?

Por eso,  más que una “unidad” para avanzar,  es un amontonamiento que nos llevará a nuevos fracasos a los trabajadores. Nada bueno vendrá de quienes ya se comprometieron ante el FMI a seguir pagando y “renegociando” la Deuda Externa, avalando una estafa que nos puso la soga al cuello hasta después de nuestros nietos.

Hay otra salida

Nada bueno vendrá de la mano de estos dirigentes. La unidad que necesitamos se construye en las luchas, enfrentando ahora y sin tregua a Macri y su ajuste para que se vaya ya mismo.

También debemos aprender del pasado para no caer en viejos errores. Los trabajadores necesitamos construir nuestra propia salida, sin burócratas, ni patrones ni corruptos impresentables. No habrá salida buscando un “mal menor” que solucione nuestros problemas.

Debemos confiar en nuestras propias fuerzas, y organizar en las luchas la rebelión obrera y popular que necesitamos para romper de una vez por todas las cadenas que nos atan al imperialismo y alcanzar la segunda y definitiva independencia.

 

LAVAGNA: el “nuevo” candidato de los empresarios

En diferentes reportajes, Roberto Lavagna, ex ministro de economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner se muestra como un candidato “para cerrar la grieta” y “construir un gobierno de unidad nacional”. Para ese objetivo marca distancias con Cristina Kirchner y Mauricio Macri a quienes critica por no “poder dialogar”.

Desde hace unas semanas hay un colosal operativo mediático para ponerlo en la carrera presidencial. Horas en televisión, radios, editoriales, cenas empresariales, el encuentro con Tinelli, son todos pasos para colocarlo como “presidenciable”. Miguel Borda, el viejo operador financiero de los 90´,  sostuvo: “Roberto Lavagna es el candidato de la clase empresarial”.

Lo que sucede es que hay una fuerte preocupación de la gran patronal y EE.UU. por buscar un candidato “confiable” para asegurar el pago de la deuda externa, y los negocios de las multinacionales y grandes empresas. Ante la caída cada vez más evidente de Macri y Cambiemos, el ex Ministro aparece como muy potable.

¿Quién es Lavagna?

Aunque se presenta como “algo distinto” Lavagna ha sido funcionario y ministro de diferentes gobiernos peronistas y radicales desde los años 70. Fue quien diseñó y negoció el pago en efectivo de casi 10.0000 millones de dólares al FMI en tiempos de Néstor Kirchner, una de las mayores entregas de la historia. Por eso es uno de los interlocutores favoritos de los buitres. Y hasta ayer, él y su hijo formaban parte del Frente Renovador de Sergio Massa, uno de los bloques que le permitió votar las principales leyes del ajuste a Cambiemos durante su gobierno.

¿Qué propone?

Hoy propone un gobierno de “unidad nacional”, integrado por “peronistas, radicales, socialistas y de la sociedad civil” que lleguen a un Pacto Social” para imponer su “Flexiseguridad”.  Es decir, una reforma laboral para flexibilizar las contrataciones para que los empresarios puedan despedir sin costos y así garantizar la rentabilidad de las empresas, su gran preocupación.. El cuento de que Menem lo hizo y fracasó según él fue porque se hizo en momentos “de estancamiento de la economía”

Un periodista Ámbito Financiero le recriminaba a Macri por no haber invitado a dialogar a Roberto Lavagna: “Tiene que saber que (…) además de ser un opositor que le puede disputar votos (…), es uno de los consultores más solicitados por las empresas del exterior al momento de decidir si invertir o no en el país. Debe saber también que el ex ministro fue consultado a comienzos de 2018 por el propio FMI antes de comenzar las negociaciones con el país por un nuevo stand By” (AF,22/3/2019).

¿Se explica el entusiasmo patronal? Los trabajadores debemos desconfiar de los discursos de defensa de la industria. Lo que defiende Lavagna es la ganancia de los patrones.