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¡Fuera las manos del gobierno de los sindicatos!

No es ninguna novedad el hecho de que la gran mayoría de los sindicatos están encabezados por dirigentes que no pisan el lugar de trabajo desde hace varios años. Ejemplos sobran: Daer (Alimentación) dirige el sindicato desde 1984, Barrionuevo (Gastronómicos), desde 1979, Gerardo Martínez (Construcción), desde 1984, y la lista sigue. Estos dirigentes que están totalmente atornillados a sus sillones, son los primeros en traicionar a los trabajadores que supuestamente representan, todo sea por conservar sus puestitos, sus negocios y, por qué no, acordar con la patronal alguna moneda más para ellos.

Pero, cuando el presidente Macri pide “una renovación interna sindical”, haciendo alusión a estos dirigentes que “conducen” desde hace más de 20 años, nada tiene que ver con la bronca de cientos de miles de trabajadores contra estos directivos que no movieron un pelo para derrotar el plan del Gobierno que nos sigue hundiendo en la miseria. Macri no se muerde la lengua para decir que es lo que quiere lograr con ésto: rediscutir los convenios laborales. Una maniobra para atacar el salario, los puestos de trabajo y nuestras condiciones laborales, como venimos denunciando desde éstas páginas en los últimos números.

Los sindicatos al servicio de los gobiernos y los empresarios

El problema de los “dirigentes eternos” no se soluciona con la intervención de Macri o de cualquier gobierno. En el momento en el que el Estado se mete en los sindicatos, los convierte en herramientas para hacer pasar los recortes y los ataques a nuestras condiciones de vida.
El mejor ejemplo de ésto es la Ley de Asociaciones Profesionales, la cual le da al Gobierno la autoridad para decidir cuál sindicato es válido y cuál no, cuál puede llamar al paro. También deja la tarea de recaudar las cuotas sindicales de los trabajadores en manos del Estado y las propias empresas, dando lugar a posibles aprietes económicos para las organizaciones que se “pasen de la raya”.
Así como denunciamos a todos los dirigentes eternos nos entregan por nada, decimos que el Gobierno, que es junto a las patronales, quién nos ataca, quiere la renovación que pide Macri es al servicio de profundizar aún más la aplicación del plan de ajuste. Somos los trabajadores, con nuestra lucha y nuestras asambleas, nuestra democracia obrera, los que nos vamos a sacar de encima estos dirigentes, justamente para poder reventar al Gobierno y sus planes, y para luchar por un plan y un gobierno de los trabajadores.

“Renovar” no alcanza, necesitamos revolucionar los sindicatos

A veces pareciera que la solución a todos estos problemas es el triunfo de listas de oposición, democráticas y combativas. Por desgracia, la realidad está lejos de ser así. Los estatutos, las leyes, la justicia han convertido a las que deben ser herramientas para organizarnos y salir a luchar, en una maquinaria que puede convertir en traidor al más honesto de los dirigentes.
Es por eso que es necesario que los trabajadores encabecemos una revolución en los sindicatos, empezando por terminar con la injerencia del estado. La única ley que necesitamos es una ley que diga que los trabajadores nos podemos organizar de la manera que creamos más conveniente en cada momento, y punto. Las cuotas sindicales deben ser recaudadas por los propios dirigentes en el lugar de trabajo, viéndole la cara a los trabajadores que deben representar, y se debe hacer un control permanente en las asambleas de que se hace con esos fondos. El salario cobrado en el cargo debe ser el mismo que en el lugar de trabajo y después de un mandato, volver a laburar. Terminar con la dictadura de la lista única. Que todas las listas tengan representación proporcional en las directivas.
El PSTU dará esta pelea en todos los lugares de trabajo en donde está, y necesitamos que te sumes a darla con nosotros.