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Los aumentos y las audiencias públicas ¿Quién Ganó?

Cuando el Gobierno disparó los aumentos en los servicios, el pueblo trabajador no tardó en sentir el ataque y salió a defenderse. Desde los “ruidazos” hasta la Marcha Federal, con el antecedente de la movilización del 29 de Abril, fueron demostraciones para el gobierno antiobrero de Macri de que no iba a ser facíl aplicar su plan de ajuste.
La Corte Suprema falló contra los aumentos en el gas, debido a la presión popular. Pero la falta de un plan de lucha por parte de las direcciones sindicales se hizo notar. Así, aprovecharon la “calma” para hacer pasar los aumentos en la luz y el agua. Llegaron las audiencias, y el macrismo presenta un esquema más “moderado” para el mismo tarifazo. Los trabajadores no podemos dejarnos engañar.

El tarifazo continúa

Luego de tres días de sesiones y la intervención de cerca de 400 oradores, este último fin de semana terminaron las audiencias dispuestas por la Corte Suprema de Justicia, en su fallo que frenó los aumentos en la provisión de gas. Entre algunas manifestaciones de organizaciones sociales y politicas del primer día, la queja de algunos anotados que sugestivamente no estaban en la lista para hablar y la ausencia sin aviso de los dos líderes de la CTAs, Yaski y Micheli, y personalidades del aparato del peronismo, el operativo sirvió para efectuar un poco de “catarsis” en sectores políticos y asociaciones de consumidores para que el tarifazo se aplique con algo de anestesia.
Las audiencias no eran “vinculantes”, es decir, no se llegaba a ninguna conclusión ni decisión, sólo se armaron para escuchar opiniones que quizás se tendrían en cuenta. Una maniobra del Gobierno y de las instituciones capitalistas para mostrarse como defensores de la democracia.
Pero las exposiciones dignas de resaltar, y a tener en cuenta por los trabajadores, fueron las de los representantes de las empresas que elogiaron el tarifazo, como Fernando Giliberti (YPF); Hernán Silva (Total Austral), Rubén De Muria (Transportadora Gas del Sur), Guillermo Cánovas (Transportadora Gas del Norte); José Luis Fernández (Metrogas) y Daniel Rivadulla (Ecogas), entre otros. Todos coincidieron en la necesidad de reducir los subsidios e incrementar los precios para incentivar las inversiones, pero ni una palabra de lo que hicieron con los miles de millones de dólares que recibieron en los últimos años.
Para el Gobierno fue positivo, y el caradura del ministro de Energía, Aranguren, estuvo contento: “Él sintió que tenía la responsabilidad de escuchar a todos después de tantos cuestionamientos”. (1) Y explicó además que para el próximo octubre estarán disponibles las nuevas tarifas de gas. Nada nuevo bajo el poncho lo del ministro, todo para la “gilada”, según el pensamiento patronal. Está todo decidido. Los aumentos habían sido anunciados y se están procesando. (1) Diario Página/12 – 17/09/2016

Un acuerdo entre los tres poderes

El Gobierno, ante los reclamos de sectores populares y el año electoral que se avecina, accedió a establecer un aumento del 203% promedio en las tarifas residenciales pero para llegar al 2019 con un aumento del 453% con una trampa: a valor dólar y ajustes semestrales, es decir, la perspectiva de tener aumentos del orden del 40% semestral y desconociéndose las futuras cotizaciones de la moneda yanqui.
El precio de la energía importada es en promedio mayor a esos 4,72 dólares que percibe las empresas locales. Por lo que Aranguren planteó que los precios para los productores locales seguirán subiendo cada seis meses hasta llegar en octubre de 2019 a 6,78 dólares por millón de BTU (una medida aplicada en la provisión de gas). (1)
Tampoco se modifica el aumento en la energía eléctrica que llega a un 500% o más, y el de las facturas del agua de un 400% promedio. Eso sí, Aranguren recalcó que la Tarifa Social continúa y será más práctica su gestión. Por lo tanto un trabajador que cobre $10.000 de bolsillo no está incluído por más que no le alcance para llegar a fin de mes.
La Corte Suprema, que pide un ajuste presupuestario para el ámbito judicial, no avaló cuestionar el tarifazo en la energía eléctrica, y menos en el agua. No hubo ni siquiera audiencias truchas. En el Congreso además se sienten algunos cacareos de los restos de la oposición K y del peronismo en su conjunto y el massismo, pero desde sus sillones, nunca llamando a la movilización y reclamos en la calle ante el robo que nos están haciendo.
El acuerdo político patronal con el Gobierno es más que claro. Se cede un poco en el aumento en el gas, pero se mantienen los de la electricidad y el agua. Una vez más, el ajuste avanza como una topadora. Para los trabajadores, confiar en las instituciones de la democracia burguesa es una trampa.(1) Diario Página/12 – 17-09-2016

Si supuestamente no ganan, ¿por qué se quedan?

Luego de la crisis del 2001, la empresa Aguas Argentinas S.A. (Ex Obras Sanitarias de la Nación privatizado por el peronista Carlos Menem), a cargo de la provisión en manos de empresarios franceses cuestionó el no cumplimiento del contrato firmado al no poder incrementar y actualizar los precios del servicio por lo que se retiró de nuestro país e inició juicios en el CIADI, todavía vigentes. Su lógica capitalista desestimó el negocio al no ganar lo que pretendía.
Ello nos lleva a una reflexión sobre la especulación burguesa. ¿Por qué entonces tanto las productoras de petróleo y gas, las generadoras, transportadoras y distribuidoras, si están tan perjudicadas y no pueden trabajar a pérdida evitan dejar el negocio? ¿La falta de gas, precios de combustibles más altos de Latinoamérica, cortes de energía eléctrica, etc., a qué se deben? No podemos aceptar los argumentos de la falta de actualización de los precios a cargo de los usuarios dado que entre 2005 y 2015 recibieron subsidios por unos U$S 85.000 millones, representando en el 2015, por ejemplo, un 61% de las subvenciones del Estado a la economía. (1)
Millonarios subsidios provenientes del esfuerzo de los trabajadores y el pueblo transferidos a los capitalistas sin control de ningún tipo sobre el destino de los mismos. Sin control a las empresas sobre sus reales costos y las inversiones que debían hacer, y sin control de la remisión de las millonarias cifras a sus casas matrices y países de origen en el caso de las multinacionales. Una verdadera estafa que ahora se traduce en mayor déficit fiscal con mentirosos llantos de los CEOs de los pulpos imperialistas hoy a cargo del gobierno macrista.
Lágrimas de cocodrilo de los representantes de los burgueses que quieren disponer de los fondos no para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, sino para tranquilizar a los especuladores financieros internacionales pagándoles fortunas a costa de nuestro esfuerzo. Un déficit fiscal que este año llegaría a los U$S 14.000 millones y un proyecto de presupuesto 2017 enviado al Congreso que prevé un mayor endeudamiento público por U$S 38.200 millones. (2) (1) Agencia Telam – 11-05-2016 | (2) Héctor Giuliano – Deuda Pública y Presupuesto 2016 – 17-09-2016

Subsidios: al servicio del lucro

Para Rafael Flores, presidente la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) “sólo en subsidios al sector energético el Estado otorgará entre 200 y 220.000 millones de pesos este año”, aclarando además que “… el 12% del gasto y el 75% del déficit fiscal se explican por las transferencias al sector energético”….”y desde 2005 hasta 2016 los subsidios para este sector aumentaron 165 veces”.(1)
El Gobierno, por la sentencia de la Corte Suprema que obligó a reacomodar el tarifazo del Gas a usuarios residenciales ante los reclamos populares que se incrementaban, se ve impedido de recaudar unos $ 20.000 millones más este año. Y estando obligado por lo tanto a aumentar el déficit fiscal emitiendo más moneda y más deuda, según los argumentos de Aranguren, ministro de Energía.
Dos destinos principales tienen los subsidios energéticos. Una parte es para las empresas petroleras nacionales y multinacionales que por un lado argumentan que por el precio internacional de petróleo en baja deberían achicar la estructura de producción y despedir trabajadores, y por otro con la excusa de la inflación los costos aumentan incesantemente, lo que plantean la generadoras, transportadoras y distribuidoras. El otro destino que incide según las patronales energéticas es para la compra de energía en el exterior ante la imposibilidad de obtenerla en nuestro país con los bajos niveles de extracción y producción que hay.
La petroleras como por ejemplo Pan American Energy, Sinopec, Tecpetrol, Capsa, Chevrón, y hasta la propia YPF con mayoría accionaria estatal, o las generadoras de electricidad, transportación y distribución como Edenor, Edesur, Edelap, Transportadora de Gas del Norte, Transportadora de Gas del Sur, más las que operan con el interior de las provincias son un cúmulo de quejas a un Gobierno que en definitiva las representa como patronales, con argumentos de todo tipo. Pero el fondo de la cuestión es que argumentan que si no se les autoriza o consiguen tales concesiones para mantener o incrementar sus ganancias según su capital invertido no pueden garantizar un buen servicio.

(1) Diario La Nación – 12-09-2016


Pasada la audiencia, quedó claro como el agua que el fallo de la Corte Suprema no fue un acto de buena fe hacia los que estábamos siendo brutalmente golpeados por el tarifazo, sino toda una estrategia para desviar las movilizaciones y “ruidazos” que se habían dado contra él.
La luz, el gas, el agua, son necesidades de vital importancia para los seres humanos. No sólo es descabellado el pensar en prescindir de ellos por no poder pagarlos, sino que, además, precisamos que funcionen en óptimas condiciones. Solamente los trabajadores podemos poner en marcha un plan que nos garantice el pleno acceso a todos los servicios necesarios y en condiciones.

Las privatizadas no van más

Los frecuentes cortes de luz durante el verano son quizá el mejor ejemplo (pero no el único) de que las empresas que lucran millones, ya sea con subsidios o con tarifazos, no pueden garantizar esto. Es necesario que se estaticen todos los servicios energéticos sin pagarles un centavo a los empresarios, que nos vienen robando desde hace años.
Tenemos que dejar de pagar ya mismo la fraudulenta deuda externa, cobrar impuestos a las empresas inmobiliarias, a las multinacionales y a las grandes fortunas. De esta manera dispondremos de los recursos para mejorar las instalaciones energéticas y garantizar un servicio en condiciones para todos los hogares.
A su vez, será necesario que los trabajadores, por medio de nuestras organizaciones y asambleas, discutamos y ejerzamos un control permanente sobre todos estos servicios, para garantizar que se realicen las obras necesarias y que estos funcionen en óptimas condiciones.

Debemos confiar en nuestras propias fuerzas

La justicia corrupta y propatronal, utilizó el falló para intentar dispersar la resistencia al ajuste. El Gobierno ahora disfraza el tarifazo queriendo imponerlo más gradualmente. No podemos confiar en quienes ponen piedras sobre nuestro camino.
Solamente una huelga general, acompañada de un plan de lucha, puede inclinar la balanza a nuestro favor. Tenemos que exigirles a los dirigentes de las centrales sindicales que lo pongan en marcha ya mismo. Al tarifazo lo podemos frenar con los trabajadores en las calles.