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LOS OBREROS SE PLANTAN ANTE EL ATAQUE DE TECHINT

La patronal despidió tres compañeros en la planta de Haedo y uno en Ensenada. En Haedo, son obreros con más de 20 años de fábrica. Y uno, fue miembro de la Comisión Interna de la UOM. En Ensenada, es también un luchador gremial. El objetivo es atemorizar y disciplinar a los compañeros, porque preparan más despidos y rebaja de condiciones laborales.

El grupo Techint dice que está en “crisis de producción”, por una pequeña merma en la producción en las plantas de Ternium. Pero no dice que en el 2018 hicieron un récord de 13 millones de toneladas de acero. Es decir, cuando ganan fortunas, festejan. Y cuando baja un poco la ganancia, lloran por la crisis y despiden.

Es un procedimiento que están utilizando muchísimas empresas. Con el cuento de la crisis, liquidan los convenios, bajan salarios, despiden obreros antiguos. El caso más emblemático y absurdo es la Coca Cola. Hasta aquí, un capítulo más del ajuste que el gobierno de Macri y las grandes patronales descarga sobre los trabajadores.

Cuentan con la complicidad de los dirigentes sindicales. Aceptan las suspensiones o despidos, y le dicen a los compañeros que “no hay nada que hacer, porque los empresarios están mal”, que hay que aguantar y “votar bien” en octubre. Como si los obreros nos pudiéramos dar el lujo de quedarnos sin trabajo, esperando las elecciones. Y en muchos casos, incluso, pactan la liquidación de nuestras conquistas de convenio.

Pero en Siderar hubo reacción. En asamblea, los compañeros decidieron parar la planta por tiempo indeterminado para echar atrás los despidos.  Una semana de paro, con permanencia en la puerta. Le impusieron al Secretario General de la UOM Morón, Sergio Souto el apoyo a la huelga. El sindicato puso una carpa para que estuvieran los delegados de las demás fábricas, y realizó una marcha el viernes 8 en Morón contra los despidos.

Con eso, lograron una propuesta de la patronal de reincorporar a dos despedidos en forma precaria, dejando uno afuera. Se trataba de continuar y profundizar, para lograr quebrar a la patronal y lograr un triunfo completo, con todos adentro. Sin embargo, la conducción de la UOM frenó, aceptó la oferta e impidió ese triunfo.

Los dirigentes maniobran y ponen el freno.

Souto no organizó un Fondo de Huelga para bancar el paro  y los salarios caídos. Convocó delegados pero no a las bases metalúrgicas de todas las fábricas, para hacer una asamblea de todo el gremio en puerta de Siderar y votar el paro de toda la Seccional  y la exigencia de paro nacional metalúrgico, con una marcha al edificio Catalinas (sede de Techint), que unifique la pelea de las plantas de Siderar contra los despidos, con el acompañamiento de todos los trabajadores metalúrgicos. Era necesario un Comité de Huelga electo en asamblea, que se haga cargo de estas tareas.

Pues Souto negoció la reincorporación de dos compañeros, dejando en la calle al ex delegado y Comisión Interna, el verdadero objetivo de la patronal. En su comunicado, la UOM Morón ni siquiera lo menciona. Típica maniobra cómplice. Y llamó a una asamblea “informativa” sin que puedan participar los despedidos, para levantar la lucha. Como en los conflictos de Envases del Plata, Cintolo y Mabe, donde echaron a cientos de compañeros, se puso a la cabeza para frenar la lucha por la reincorporación de todos.

Quedan dos conclusiones. La primera, ante tantos ataques sin respuesta, es que rechazar los despidos y ganar es posible con decisión y contundencia de la base unificada en asamblea. En ese sentido, la lucha de Siderar es un ejemplo muy positivo frente a muchos casos donde no se logra resistir los despidos. La segunda, que así como es fundamental obligar al sindicato a ponerse a la cabeza, no podemos confiar en los dirigentes ni dejar las negociaciones en sus manos, porque seguro transan. En ese sentido, toda lucha debe basarse en asambleas y nombrar un Comité de Lucha que se haga cargo de la pelea y las negociaciones.