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Luchar, luchar hasta la libertad

El 18 de diciembre del 2017, se libró una batalla fundamental contra el macrismo.

Luego de ganar las elecciones de medio término, derrotando a Cristina en la provincia de Buenos Aires, el gobierno se sintió en condiciones de profundizar su plan de gobierno. Y definió las tres medidas que tomaría para convertir a la Argentina en un paraíso para las inversiones multinacionales: la Reforma jubilatoria (para elevar la edad de pensión y liquidar el régimen previsional de nuestro país), la Reforma Laboral para liquidar todas las conquistas obreras ganadas en décadas de lucha, y la Reforma fiscal, para terminar con toda forma de contención social.

Y eligió como primera batalla la jubilatoria. Las centrales sindicales convocaron medidas de compromiso para resistir. Pero los trabajadores no estaban dispuestos a dejarse derrotar fácilmente. El 14 de diciembre, una batalla campal obligó a postergar la sesión parlamentaria. Para el 18, la ministra Bullrich preparó la represión más brutal: la ley tenía que pasar.

Y nuevamente, los trabajadores, encabezados por destacamentos de obreros de Astilleros en lucha, metalúrgicos de varias seccionales, estatales y de varios sectores, protestaron y resistieron la represión que se abatió sobre obreros, jubilados y jóvenes.

La ley pasó (en verdad, se trató de un cambio en la forma de aumentar las jubilaciones). Pero el gobierno quedó tan herido, que tuvo que enterrar el resto de esa Reforma, así como la Laboral, que nunca se puso a consideración. Todo lo que ocurrió después en nuestro país, es resultado de ese 18D.

Macri comenzó a perder popularidad, y las cosas comenzaron a fracasarle. Poco después, la crisis financiera dio un golpe a la población, provocando la ruptura de millones con el gobierno, que es uno de los más odiados de la historia.

Ese 18D, en que una vanguardia de miles y miles, con la simpatía de toda la clase trabajadora y el pueblo realizó una acción independiente de las direcciones sindicales traidoras y los partidos patronales, una de las más importantes desde diciembre del 2001, fue una “bisagra” en la realidad.

A partir de ese momento, todos los dirigentes sindicales y políticos se dedicaron a frenar las luchas para impedir la caída del gobierno, llamando a “votar bien la próxima vez”. Así lograron impedir que el ascenso de las luchas se combinara con la crisis económica de abril-mayo, lo que podría haber afectado la gobernabilidad. Salvaron al gobierno, pero este no pudo avanzar en su plan en relación a lo que quería. Macri se convirtió en un  presidente impotente para hacer lo que la gran patronal esperaba de él.

Sebastián y Daniel

Ese día, nuestro partido fue parte de esa enorme acción, y acompañó a lo más decidido de nuestra clase a la lucha. Sebastián Romero, dirigente de los obreros de la General Motors de Rosario sigue perseguido por haber puesto el pecho por nuestros viejos ese día. Y Daniel Ruiz, dirigente petrolero de Chubut, fue perseguido por los servicios de inteligencia y encarcelado hace ya más de 6 meses.

Daniel tiene prisión preventiva, por cargos que, de ser declarado culpable, no lo retendrían preso, ya que son excarcelables. Una injusticia completa, un intento de mostrar lo  que puede ocurrir a los luchadores, y una venganza por haber resistido ese 18D, rompiendo el chaleco de fuerza de las direcciones traidoras y burocráticas.

El 12 de mayo se cumplirán 8 meses de ilegal encarcelamiento. De acuerdo a la ley argentina, nadie puede estar en prisión preventiva más de un tercio de la pena que, en caso de resultar culpable, le correspondería. En este caso, serían dos años –excarcelables-, y por lo tanto 8 meses es un tercio. Ese día Daniel debería ser dejado en libertad. Pero no podemos confiar en que el Poder Judicial patronal cumpla lo que su propia ley indica.

Varias organizaciones de DDHH, políticas y sindicales, nos hemos puesto de acuerdo en llevar adelante una campaña. A los 6 meses realizamos un festival en Comodoro y la CORREPI tomó la libertad de Daniel como un centro de su acto anual. Y preparamos acciones para los 7 meses de prisión.

Este 24 de marzo, la consigna de la libertad para Daniel fue central en el acto multitudinario, a los 43 años del golpe militar de 1976. La campaña está creciendo y lo hará aún más, con la solidaridad que estamos recibiendo de cientos de dirigentes y organizaciones de todo el mundo .

El compromiso es grande, la pelea también. Y lo vamos a lograr.