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EL MERCADO DE JÓVENES ON DEMAND

Los últimos días del mes pasado el Gobierno anunció entre bombos y platillos la “Expo Empleo Joven” en la Rural, donde prometieron 10 mil nuevos empleos. La marea de jóvenes sin trabajo de hasta 29 años que hicieron horas y horas de cola para hacer lo mismo que hacen todas las mañanas en agencias laborales y locales de empresas mostró una de las caras más reales de la Argentina de Macri. De un lado promesas y merchandising amarillo, del otro, miles de desocupados. Así lo cuentan las jóvenes Marina y Valentina:

Marina -Con una amiga de la secundaria llegamos y nos encontramos con una cola inmensa, de unas 10 cuadras. Semejante multitud aumentó nuestra desconfianza en conseguir trabajo. ¿Cómo podíamos competir dos recién egresadas del secundario sin ninguna experiencia laboral, contra los miles de postulantes que formaban la fila? Después de unas horas, cuando por fin entramos, nos sumamos al tumulto de jóvenes que iban de stands en stands de las distintas empresas queriendo entregar su currículum, que eran rechazados porque te mandaban a inscribirte a una página web.Cuando preguntá- bamos que empleos ofrecían, nos daban un folleto y decían que entremos en la página web y que ahí estaba toda la info, que le demos un “Me Gusta” en sus páginas de Facebook, o que los sigamos en Twitter para que nos mantengamos al tanto de las nuevas ofertas de trabajo que surgieran. Parecía más una publicidad para tener más seguidores en sus páginas que una oportunidad para conseguir laburo. El regreso fue con unos pesos menos en el bolsillo por lo gastado en el viaje y arrastrando una bolsita amarilla que nos regalaban en el evento llena de publicidades de nuestros supuestos empleadores y vacía de esperanza de conseguir laburo.-

 

Valentina -Una larga cola con pibes hablando de sus expectativas de la jornada avanzaba rápidamente pero eso no impidió que tardemos más de una hora en entrar. A medida que nos acercamos a la entrada salían algunos con cara de culo, otros hablando de donde iban a mandar su currículum, otra puteando a punto de tirar la bolsa amarilla a la m…, bolsa que a mi mamá no le sirvió ni para las compras.Ya adentro te daban una credencial en blanco, no se para qué porque nunca dijeron que pongamos nuestros nombres, de hecho a nadie le importa quienes éramos, lo que sabíamos o porque está- bamos ahí. Había distintas empresas ubicadas en stand, con una o dos personas repartiendo volantes, diciéndote que el currículum no lo aceptaban, que tenías que anotarte por Internet. Ó sea toda la cola, toda la pérdida de tiempo, un gasto de pasajes para que el único fin sea juntar gente en un lugar y después poder decir “nosotros ayudamos, ¿Cómo nos van a decir que no fomentamos el empleo para los jóvenes, si organizamos dos días dedicado solo para que consigan trabajo?” Y no, no era una Expo para pibes, era una Expo para jóvenes capacitados, gente con carrera; los pibes de 18 no teníamos nada que hacer ahí y los que tenían más que esa edad pero no tenían carrera a lo mejor pegaban suerte en otro lugar.-

 

Juventud, un divino tesoro en remate

Hoy somos los jóvenes los que hacemos magia para intentar mudarnos solos, para elegir una carrera (terminarla es otra historia), conseguir trabajo de algo que nos haga sentir útiles, felices, que nos guste y pensar qué rumbo le queremos dar a nuestra vida. Para nosotros, los que no vivimos del trabajo ajeno, eso significa conseguir algún laburo que nos pueda bancar. Pero cuando salimos a la calle y vemos nuestro país vamos tachando de la lista uno por uno nuestros sueños y ambiciones.

Hoy en Argentina casi uno de cada cuatro nuevos jóvenes (digamos de 16 a 24 años) no tiene trabajo, y en la misma franja para las mujeres ese nú- mero trepa a una de cada tres (1). La tasa de desempleo entre nuestras filas duplica al del resto de los trabajadores y son casi 600.000 los menores de 29 años sin trabajo (2). La mitad de ellos se presentó, CV en mano, los últimos dos días de mayo en la Rural con la esperanza de salir de la bolsa de los jóvenes desocupados. Pero el tener o no trabajo no es la única frontera que tenemos que atravesar. Para los que llegamos hasta las sillas de los call centers, las barras de los cafés, bares o locales de comida rápida o las líneas de producción de tal o cual fábrica, se nos abre otra frontera igual de compleja, la de nuestros derechos. Según informes de los centros de estudios Atenea y CEPA, la mitad de los jóvenes que trabajamos no tenemos aguinaldo, vacaciones pagas, licencias por enfermedad o embarazo, obra social o aportes jubilatorios.

Mientras tanto, programas del PRO como el Plan Primer Empleo o el Plan de Inserción Laboral, plantean el subsidio a las empresas para que tomen jóvenes, sin importar condiciones o derechos (3). Esto no es inocente, somos el seguro que tienen los patrones contra todos los trabajadores. Si a uno no le gustan sus condiciones de laburo, la empresa tiene un ejército de por lo menos 600.000 jóvenes que pueden rápidamente ocupar ese puesto por menos plata, menos derechos y encima ahora con subsidios del Gobierno. Los patrones ganan el doble, nosotros trabajamos en peores condiciones y el Gobierno levanta la farsa de los nuevos puestos de trabajo, es un negocio redondo.

¿Qué hacemos entonces?

La precarización no es una novedad, Cristina dejó el país con un 40% de trabajo en negro, la mayoría en nuestras manos. Pero si esto es así, ¿Por qué la Expo Empleo Joven de este año en particular es noticia? Primero porque fue más del doble de gente que el año pasado, y segundo porque se prometieron diez veces más puestos laborales. En un año y medio de gobierno donde llovieron los despidos y el cierre de fábricas, la flexibilización laboral y el endeudamiento la promesa de un trabajo es motivo suficiente para que vivamos las experiencias que leímos arriba.

Pero este Gobierno de los mismos CEOs que nos hacen hacer 10 cuadras de cola en el frío para que mandemos nuestros CVs por mail nunca nos va a garantizar el empleo. Tampoco lo va a hacer esa oposición del PJ-FPV que en campaña denuncia las barbaridades del macrismo pero transa en el Congreso cuanto paquete de ajuste manden. Menos lo van a hacer los dirigentes sindicales traidores que no incluyen una sola de nuestras reivindicaciones en sus listas de “demandas” antes de cerrar aumentos del 15% en cuotas para la mitad de nosotros [de los que tenemos trabajo] que está sindicalizada.

No podemos confiar en nadie más que en los que están en la misma que nosotros, nuestros docentes, los trabajadores del transporte de Córdoba o de la línea 60, los Petroleros de la Patagonia, los obreros de GM, AGR y tantos otros. Ellos son los únicos que, a través de sus luchas, pueden defender nuestros derechos, y sus luchas a la vez dependen de nuestra solidaridad y nuestro apoyo activo. Para hacer esto necesitamos organizarnos. A las direcciones sindicales traidoras tenemos que exigirles que nos den los espacios para hacerlo. Apoyandonos en todos los trabajadores que no paran de luchar, y que fueron los que los sacaron a botellazos el 7 de marzo. En la lucha contra el gobierno de Macri y las patronales tiene que flamear bien alto la bandera del trabajo digno para todos los jóvenes.

 

1) https://www.pagina12.com. ar/42282-todesca-aseguro-que-ladesocupacion-es-muy-alta-entre-losjóvenes 2) http://www.lanacion.com. ar/2030370-tendencias-en-el-mundodel-trabajo-que-dejo-expo-empleo 3) https://www.pagina12.com. ar/42221-los-excluidos-del-mercadode-trabajo