Por tercera vez en pocas semanas, la sede de Corriente Roja en Madrid amaneció cubierta de pintadas fascistas amenazantes. Este tipo de episodios son lamentablemente frecuentes en Madrid. Pintadas en locales de izquierda, agresiones a casetas de izquierda en ferias o ataques a actos en la universidad se han venido sucediendo sin pausa. El último intento de los fascistas fue abrir un «centro social» propio en el barrio obrero de Tetuán. Los fascistas intentan ganar presencia social y amedrentar a las organizaciones de trabajadores.
En Corriente Roja no nos vamos a amedrentar por ninguna amenaza, y hacemos un llamamiento de alerta a todos los activistas a redoblar el combate al fascismo. ¡Hay que pararles los pies antes de que crezcan! Nosotros y nosotras seguiremos trabajando codo a codo en cada lucha obrera, juvenil y popular para construir una alternativa anticapitalista y antifascista.