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Organizarnos para vencer

Estamos ante una encrucijada. Llevamos más de un mes de luchas desde que empezó este cuatrimestre y aun estamos encerrados en nuestros micromundos de cada facultad y cada lugar de estudio, luchando todos por separado sin lograr coordinar. La asamblea interestudiantil del 6/9 fue incapaz de solucionar ese problema y mientras pasan los días nuestras tomas, vigilias, clases públicas y demás van quedando por detrás de lo que hace falta para derrotar al gobierno. Como siempre, nosotros entendemos que la base del problema está en la participación estudiantil, tanto en la acción como en el armado del plan de lucha que necesitamos.

Pero el problema no es la falta de voluntad para luchar de los estudiantes, sino que los que tienen fomentar esa participación, construir las asambleas y coordinar las luchas (La FUBA, la CET, los centros de estudiantes) no lo hacen. Ninguna asamblea de corrientes estudiantiles va a reemplazar a los miles que ven como el gobierno les cierra sus aulas, les arancela la carrera, les recorta su plan de estudio o los revienta con la inflación para expulsarlos de la educación. Especialmente si la mayoría de las conducciones docentes peronistas y kirchneristas entregaron las semanas de lucha y clases publicas por un mísero 15%, y una suma en negro, que no llega a cubrir la mitad de la inflación real que vamos a tener en este 2018. Más que nunca necesitamos ser miles de estudiantes los que estemos a la cabeza de enfrentar a este gobierno.

Solucionar este problema empieza por algo tan simple como garantizar asambleas repletas de estudiantes. Si no se está pudiendo cumplir esto hay que convocar a voceros por cursada (sean o no militantes de alguna agrupación) que quieran ayudar en esta tarea, comunicando las discusiones de la asamblea en cada curso para que nadie este por fuera de la discusión e invitando desde cada aula a todos a participar. Sumado a esto hay que crear organismos desde cada lugar de estudio en apoyo a los demás terciarios y facultades en lucha, ir a sus asambleas a pronunciarse en solidaridad, compartir experiencias y hacer acciones conjuntas. No puede volver a pasar lo de la ultima marcha contra la UNICABA, donde de los 250.000 estudiantes que tiene la UBA no llegaron a participar más de 50, con ese grado de solidaridad no vamos a llegar a ningún lado.

Es tarea de la FUBA y de todas las federaciones lograr que en cada aula se discuta el problema de la UNICABA, del recorte a las escuelas técnicas, del avance en la privatización de nuestros planes de estudio, de la amenaza de arancelar nuestras carreras. Todo esto tiene que ser usado para construir un Congreso Extraordinario de Delegados de Base de todo el movimiento estudiantil, con delegados en base a la cantidad de estudiantes de cada lugar y elegidos en asambleas como las que votaron las tomas en Filosofía y Letras, Ciencias Exactas, el Joaquín V. González y demás. Para abrir las puertas a cualquier estudiante que quiera proponerse para activar, que ponga la elaboración del plan de lucha que necesitamos en manos de los estudiantes y que avance hacia la cooperación y coordinación con los demás trabajadores en lucha de todo el país, que son los que pueden garantizar que este gobierno no llegue al año que viene.