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Pagar la deuda externa es violencia contra la mujer trabajadora

El gobierno de Cristina, quiere pagar y está dispuesto a hacerlo a como dé lugar, antes con el fallo de Griesa, juez yanqui, y ahora pretenden “Pagar Soberanamente” al enviar al Parlamento un proyecto de ley para tratar de garantizar el pago de la deuda reestructurada. La medida apunta a abonar esos compromisos en bancos emplazados en Argentina.
Desde Repsol, Chevrón, el Club de París y los bonistas que aceptaron los canjes de deuda, son todos buitres a quienes este Gobierno Nacional y popular les entrega nuestras riquezas, nuestro salario y nuestra educación, hasta nuestros derechos como trabajadores a tener una vida digna.
Este Gobierno es el que más ha pagado: 190.000 millones de dólares en materia de deuda. A pesar de eso y del discurso gubernamental de “desendeudamiento soberano” ¡se ha duplicado el monto de la deuda! La política del kirchnerismo sigue aumentando el sometimiento al imperialismo, a costa de ajustar al pueblo trabajador.

Presupuesto 2014: menos plata para combatir la violencia hacia la mujer

La deuda externa se paga a costa de la vida de las mujeres trabajadoras.
En agosto hubo cinco femicidios en una semana. El aumento alarmante de todo tipo de violencia contra las mujeres hubiera necesitado desde hace años la declaración de emergencia nacional.
Por el contrario, el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), recibirá este año menos dinero que en 2013.
A ese organismo que se ocupa de la implementación de la Ley 24,685, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia la mujer en el ámbito de las inter-relaciones personales, se asignaron $16,2 millones, $1,2 millones menos que el ya irrisorio presupuesto de 2013 (ver cuadro). Además, el total incluye un gasto de $11,6 millones para personal, de donde quedarían ¡$12.600 por día para el auxilio concreto de las mujeres que sufren violencia en todo el país!1
El monto asignado al CNM en 2014 es un mísero 0,0018 % del presupuesto nacional, mientras tanto que en los últimos cinco años, solo por los intereses de la deuda pública, se ha pagado entre el 9 y el 10 % de dicho presupuesto.
Quien está a la cabeza de este país, es una mujer, Cristina Kirchner, pero como muestran los números lejos está de defender los derechos de las mujeres trabajadoras.
En el marco de la violencia que enfrentamos en las calles, en el trabajo, en nuestra casa, se suma la violencia que ejerce el Estado hacia nosotras. Desde las pocas posibilidades que tenemos de acceder a una vivienda digna, porque el Procrear tiene altísimas cuotas y demasiados requisitos; hasta la imposibilidad de acceder a una salud digna, los hospitales carecen de insumos e infraestructura y cuando tenemos una obra social como IOMA (Obra social de los empleados estatales de Buenos Aires), pagamos hasta los PAP que nos hacemos, ni que hablar de hacer el trámite para conseguir la chequera para las pastillas anticonceptivas.
Si tenemos hijos, tenemos que hacer malabares para darles de comer y enviarlos a la escuela, una escuela pública en decadencia por la desinversión del Estado y por el subsidio a las escuelas privadas.
Si quedamos embarazadas y decidimos que no es el momento de ser madres, el Estado también nos deja solas, ya que no existe el aborto seguro, legal y gratuito en los hospitales. La Presidenta y el Papa rechazan la legalización, pero la prohibición del aborto afecta solo a las mujeres pobres. El aborto en buenas condiciones de salubridad está ”permitido” para quienes pueden pagar costosas clínicas; si no tenemos dinero, lo hacemos en lugares inseguros con riesgo de morir.
Y morimos también a causa de la violencia doméstica, somos tristes números que aumentan día a día en las estadísticas, tras hacer denuncias y denuncias por maltrato y violencia sin ser oídas, sin encontrar una salida a nuestra vida, sin trabajo, o con uno precario, con nuestros chicos en brazos, sin vivienda ni refugios donde acudir, ni asistencia real para nosotras, víctimas de la violencia que este sistema descarga sobre los más vulnerables.
Y ante esta realidad, ¿qué hace el gobierno?: decide pagar millones de dólares de una deuda fraudulenta, que no contrajimos y es ilegítima. Usted compañera/o, ¿no piensa que sería mejor que esa plata vaya para que se cumplan todos nuestros derechos?

Para defender nuestros derechos, ¡NI UN PESO A LOS BUITRES!

Cristina Kirchner toma una decisión política: la de cumplir con todos los buitres; y esa decisión política la sufrimos nosotras, las mujeres trabajadoras y el resto de los trabajadores.
Desde Lucha Mujer y el PSTU decimos que hay otra salida, que empieza por no pagar ni un peso a los usureros e implementar un plan de emergencia obrero y popular para defender nuestra soberanía, nuestros puestos de trabajo, aboliendo las leyes de suspensiones y despidos, expropiando las empresas y estatizándolas bajo el control de los trabajadores. A su vez, defender nuestros bolsillos con la reapertura de paritarias para obtener salarios y jubilaciones iguales a la canasta familiar, eliminar el trabajo precario, abolir el impuesto al salario, otorgar asignaciones familiares para todos.
Y para imponer esto debemos organizarnos en nuestros lugares de trabajo y estudio, en reuniones y asambleas exigirle a las CTA y las CGT que llamen a un paro unificado y con movilización, no pasivo como el del 28 de agosto, y que tenga continuidad en un plan de lucha que tenga como consigna central que no vaya ni un peso a la deuda y que esa plata vaya para todos los reclamos de la clase trabajadora.

Notas:
1 parlamentario.com, datos extraídos de declaraciones de la diputada Virginia Linares (FAP), 26/09/2013.