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Panorama electoral

Con las elecciones en Mendoza del pasado fin de semana, donde el FIT volvió a hacer una gran elección, se lanzó el año electoral. El cronograma seguirá próximamente en Santa Fe y luego otras provincias hasta llegar a la elección presidencial de Octubre. ¿Qué fórmulas preparan los patrones para intentar un nuevo engaño? ¿Qué desafíos enfrentamos desde la izquierda?

El “mercado de pases” de los políticos patronales

Pasó el 18F y, tal como lo sospechaba la gran mayoría, nada cambió para los trabajadores y el pueblo pobre. Ahora el kirchnerismo prepara su acto de respuesta para el 1 de marzo, y sabemos que tampoco pasará nada distinto. La pelea entre los distintos representantes políticos de los patrones y los intereses de las multinacionales extranjeras, es una disputa por quien se muestra como el mejor garante para seguir cuidando los intereses de esos sectores. Entonces empiezan los movimientos de políticos para uno y otro lado, un remate de voluntades al mejor postor. El mismo personaje hoy es kirchenista, mañana opositor. Un día usted se acuesta y tal o cual político patronal está con Massa, y cuando se levanta está con Macri. Los que hacen una alianza y anuncian que se UNEN, mañana se desunen con la misma facilidad. Nada nuevo en la política de los partidos patronales. ¿Se acuerda compañero cuando el kirchnerismo se presentaba como la “nueva política” y decía combatir al viejo PJ (Partido Justicialista)? Si, los mismos gobernadores, intendentes y burócratas sindicales que hoy son la esencia del gobierno. ¿Y los chicos “rebeldes” de la Cámpora y defensores de los DDHH? Los mismos que ahora van a los actos y se alojan en cuarteles militares avalados y defendidos por el represor Milani. Y así podemos recordar a Carrió tan crítica de Macri, el mismo con el que hoy comparte proyecto y abrazos para la foto. Ni que hablar de las decenas de políticos de segunda línea que van y vienen entre Scioli, Massa y Macri dependiendo de la oferta. De la misma forma se sigue despedazando la vieja UCR (Unión Cívica Radical), que siempre ha tenido poco y nada de “cívica” y de “radical” y ahora tampoco le queda mucho de “unión”. Un párrafo aparte merece la burocracia sindical, en particular Hugo Moyano. En un acto en el Luna Park donde presentó su nuevo “Partido de la Cultura, Educación y el Trabajo”, luego de sus clásicas críticas al Gobierno jamás acompañadas de algún plan de lucha, recibió y leyó saludos que iban desde el massismo hasta el PRO. Un huevo en cada canasta, pero siempre detrás de proyectos patronales. La frase del célebre cómico Groucho Marx que decía: “estos son mis principios, pero si no le gustan… tengo otros!”, podría identificarlos a todos.

Todos defienden el mismo proyecto

El problema de fondo, la verdad que intentan ocultarnos, es que más allá de sus peleas por intereses patronales tienen una profunda unidad. Es la misma unidad que los ha hecho tener un pacto de ajuste, entrega y represión contra los trabajadores y sectores populares. Discuten, se acusan y pelean por los cargos. Pero ¿en qué son iguales?: todos están por seguir rebajando nuestro salario, todos están por seguir pagando la fraudulenta deuda externa a los buitres, todos están por profundizar la entrega de nuestros recursos naturales, por destruir la salud y la educación públicas, por dejar que las empresas despidan y suspendan a su antojo. Los trabajadores no debemos dejarnos engañar ni ser furgón de cola de ninguno de estos proyectos patronales que son más de lo mismo.

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La izquierda y el FIT frente a otra gran oportunidad

El fin de ciclo kirchnerista profundiza la ruptura de millones con las expectativas e ilusiones que este había despertado. Esos millones de trabajadores y sectores populares que buscan una alternativa miran con desconfianza a los políticos patronales y burócratas sindicales. Esta situación abre un enorme espacio para la izquierda también en la disputa electoral, aun no siendo este nuestro terreno, el cual sí es el de las luchas. Los resultados obtenidos por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores en las elecciones del 2013 mostraron este espacio. Los recientes resultados en Mendoza son un botón de muestra de que sigue estando e incluso puede ampliarse. El FIT apareció como un punto de referencia, aún con limitaciones, fundamentalmente por dos razones diferenciadoras: Presentar una alternativa unitaria y basada en un programa de independencia de clase que presentaba una salida obrera y popular a la crisis capitalista. Ahora el desafío pasa por ampliar y fortalecer ambas columnas que son los sostenes del Frente.

Más izquierda y más trabajadores en el frente

Desde el PSTU venimos insistiendo a los partidos que dirigen el FIT (PO, PTS e IS) en la necesidad de abrir el frente a centenares de luchadores y activistas, así como a las organizaciones que formamos parte desde sus comienzos, aportando desde candidatos hasta militancia en el mismo. La crisis de los proyectos de centroizquierda agrupados en frentes de conciliación de clases ha ampliado el espectro “por arriba” de quienes buscan una alternativa en el FIT. El pronunciamiento del “Perro” Santillan y su corriente política declarando su apoyo e intención de incorporarse son una muy buena noticia en este sentido. Un sector de luchadores sociales (Enrique Gandolfo, secretario adjunto CTA Bahía Blanca; Diego Abu Arab, delegado de la junta interna ATE Ministerio de Trabajo; Norberto Señor, Secretario de Prensa ATE Sur y Congresal CTA Lomas de Zamora; entre otros), intelectuales y corrientes (como el Frente Popular Darío Santillán) también se dirigen al FIT llamando a conformar un “amplio polo de izquierda”. Con todos estos sectores y corrientes debemos dejar en claro que no estamos hablando solo de un frente único para luchar en base a puntos mínimos. Eso debemos impulsarlo aún más ampliamente incluso con sectores con los cuales no vemos una salida de fondo en común. Aquí hablamos de avanzar en ampliar una alternativa de izquierda y los trabajadores que levante un programa clasista que sea una verdadera alternativa a las variantes patronales. Al mismo tiempo se amplía el proceso “por abajo”, donde el FIT tiene el desafío y la obligación de dar espacio e incorporar a centenares de luchadores obreros, delegados y activistas, jóvenes y mujeres, que ven en el frente una alternativa para disputar a las variantes patronales a nivel electoral. En este sentido los partidos que dirigen el FIT deben dejar de lado el sectarismo, la pelea interna por “los puestos” o los cargos. El “equilibrio de fuerzas” al interior del FIT no puede pasar por la “repartija” entre ellos, sino por lograr ampliar, dando un nuevo salto en el desarrollo de la alternativa.

Continuar sosteniendo un programa de clase

La pelea por aprovechar el momento histórico que ha abierto este espacio para la izquierda solo podrá tener una respuesta exitosa si, junto con lograr la mayor amplitud, tenemos la firmeza de sostener y defender un programa que plantee una salida obrera. Las variantes centroizquierdistas, sin una clara delimitación de independencia de clase o con programas reformistas han fracasado y terminado en el basurero de la historia en el mejor de los casos, cuando no siendo parte de gobiernos patronales que ajustan a los trabajadores. El programa del FIT tiene el mérito de no agotarse en el discurso del “anticapitalismo” por la negativa, sino que ofrece, ante el fracaso y la crisis de los capitalistas y su sistema, una salida al servicio de los intereses de los trabajadores y el pueblo pobre. Esa salida solo podrá ser encabezada por la clase obrera. Desde el PSTU llamamos a defender este programa. Así como vemos con entusiasmo las posibilidades de ampliar el FIT como alternativa, vemos con preocupación las discusiones sobre “plataformas reivindicativas”, “puntos en común”, y otras variantes que plantean las organizaciones que dirigen el FIT, transformando el programa en puntos mínimos que en lugar de ganar para un programa clasista a nuevos sectores puedan llevar a cambiar el actual, lo cual sería un retroceso que podría mutar el carácter clasista del FIT. En las próximas semanas y meses en el FIT tendremos planteado el desafío de responder a estas dos tareas, abrirlo e integrar a más luchadores, sin sectarismos ni mezquindades, y al mismo tiempo, continuar levantando un programa que de una salida obrera la crisis. Desde el PSTU te invitamos a sumarte con nosotros, a organizarnos juntos para ser parte también de ésta pelea.