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PARO GENERAL: GOLAZO DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO

Pobre actuación de las centrales obreras. Marchas y cortes en las principales ciudades desobedecieron el mandato de paro sin movilización. La CGT, siguió llamando  “a dialogar”.  El Gobierno, aunque herido, sigue golpeando.

Fueron 24 horas sin trenes, colectivos, subtes, taxis, vuelos ni  bancos. Con fábricas en silencio, escuelas y universidades inactivas, guardias de emergencia en los hospitales, los principales puertos paralizados, el comercio seriamente afectado, avenidas desiertas.

Fue un paro fuertísimo, el tercero que llamó la CGT contra Macri, sin contar el antecedente del Paro por las Mujeres del  19 O de 2016.

En un país futbolero como el nuestro, ni las expectativas por el Mundial pudieron contener la indignación popular contra el gobierno, su plan antiobrero y su sometimiento al Fondo Monetario, al G20 y a las políticas y organismos del imperialismo mundial.

Esa bronca superó el servilismo de la CGT y las vacilaciones de las CTA e impuso el paro a la dirigencia gremial.

Pulseada por el Paro Activo

“Es necesario que los trabajadores se expresen con conciencia sindical, que digan ‘no me muevo de mi casa porque estoy de acuerdo con la agenda que convocó la Confederación General del Trabajo’”, había llamado Héctor Dáer, expresando la voluntad frenadora de un Triunvirato que no da para más y cuya meta es llegar al 22 de agosto, fecha en que se elegirá una nueva conducción.

A pesar de eso, en un esfuerzo para desafiar el “paro dominguero”, hubo marchas y cortes, algunos con destacada presencia obrera. En Buenos Aires, la izquierda llamó a concentraciones en los principales accesos a la ciudad y por ejemplo, en La Plata estuvieron los compañeros del Astillero Río Santiago. Los trabajadores se hicieron sentir también en los más importantes centros urbanos del interior, como en Córdoba (estatales de SEP, AEFIP, Luz y Fuerza y otros) y Rosario (UOM, Luz y Fuerza, aceiteros, docentes).

Se vieron banderas reclamando la legalización del aborto, porque transformar el aborto de un privilegio en un derecho, es una necesidad de las trabajadoras que va junto a los reclamos contra el ajuste, por la igualdad salarial o por basta de represión a los luchadores.

Piñas para el Gobierno

Ante el éxito del paro, en la Rosada, trataron de descalificarlo. Macri, el Ministro de Trabajo, Triaca y otros funcionarios hablaron de que “el paro no sirve”, es “político”, de “¿qué va a pasar mañana?”.  Dujovne, el Ministro de Economía y Finanzas, publicó:«El paro de hoy le va a costar a los argentinos casi 29 mil millones de pesos». Reconoció así, por la negativa, que la clase obrera es  la única y verdadera productora de la riqueza.

A poco de esas declaraciones, CTERA fue obligada a convocar un nuevo Paro Nacional (que se realizó el 3J), a causa de la represión a docentes en Corrientes (Cambiemos) y en Chubut (PJ), provincia ésta donde maestros , estatales, trabajadores de salud, judiciales y viales, llevan más de 100 días de paros y cortes

En paralelo, los trabajadores de Télam, tomaban la planta por el anuncio de más de 300 despidos.

Los trabajadores avanzamos un casillero

El golazo del 25J es obra nuestra, pero el partido no terminó.

Tenemos que seguir en las calles, reunirnos y organizarnos en cada lugar de trabajo y estudio y en los barrios. Debemos apoyar a los que están luchando, impulsar asambleas y coordinar por abajo. Tenemos que generar la potencia que hace falta para empujar a la CGT y a las CTA , a dar continuidad, con un plan de lucha que nos libre de Macri e imponga un plan propio, obrero y popular.

Tarjeta Roja a la dirigencia traidora

El paro demostró que a los trabajadores y trabajadoras nos sobra capacidad y fuerza para derrotar al Gobierno y al FMI.  Y tenemos razones, también de sobra, para seguir con la pelea.

La CGT  levantó cinco puntos mínimos para el paro y el gobierno dijo NO: una norma concreta que evite los despidos y suspensiones en los sectores público y privado por seis meses; la reapertura de las paritarias sin límites; la eliminación del Impuesto a las Ganancias en el aguinaldo, sobre la cuarta categoría; la devolución de los fondos de gastos de salud de las obras sociales sindicales y un compromiso escrito de que no habrá cambios en la Ley de Contrato de Trabajo.

El día del paro la CGT declaró en una Conferencia de Prensa: “Queremos que cambien el rumbo económico”, que dejen de favorecer a “los que más ganan y que más tienen, el sector agropecuario y las mineras”  (Héctor Dáer); “el hambre no espera” (Acuña).

Por su parte Moyano sentenció “a este gobierno le es muy difícil traer soluciones, porque se ha entregado al FMI. No es un cogobierno, es un gobierno del FMI” y advirtió “esperemos a ver qué hace la CGT; ellos hablan de diálogo, pero, ¿para qué?”

Yasky y Micheli, de las dos CTA y la Corriente Federal también se pronunciaron contra el Fondo.

La Iglesia que apoyó el paro y juega fuerte en los movimientos sociales,acusó a través del dirigente de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro, al pacto con el FMI, de causal de “genocidio”, “exclusión extrema” y“hambre”.

Pero toda esa energía pareció haberse esfumado el lunes 25 a la noche.

A una semana del paro, Macri contestó, defendiendo su plan: “Estamos convencidos de que tomamos el camino correcto”, mientras Dujovne juraba a los fondos de inversión que el país pagaría la deuda con el FMI y Triaca insistía con la propuesta de un 5% de aumento salarial en dos cuotas para el sector privado en el segundo semestre, tan miserable como el miserable techo del 15%.

Los más viles de la CGT,  la UOCRA y el SMATA, después del paro, volvieron corriendo a la “mesa de diálogo”. El resto parece más interesado en las intrigas para la renovación de la cúpula cegetista o en posicionarse hacia el 2019, que en la miseria, los despidos y el hambre popular.

No movieron un dedo para ver cómo convertir tanta denuncia en un plan de lucha unido de todos los que quieren enfrentar al Gobierno.

Demos pelea para tener nuevos dirigentes con el coraje de asumir esa tarea, de encabezar la protesta social, de organizar asambleas donde los compañeros y compañeras puedan decir sus ideas, decidir, elaborar un programa que enlace con otros sectores. Porque se puede ganar, como lo demostraron los mineros del Turbio, los docentes de Neuquén o los trabajadores de la salud del Hospital del Cruce. Y saquemos de una vez por todas Tarjeta Roja a los traidores que solo piensan en su sillón.