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Polémicas en el año de Ni Una Menos (1ra parte)

Este 25 de noviembre miles volvimos a movilizarnos contra la violencia hacia las mujeres, como continuidad de lo que fue el 3 de junio y la gran marcha en el Encuentro Nacional de Mujeres. Al calor de esos acontecimientos se originaron varias polémicas acerca de los derechos femeninos.
Señalaremos algunas de las más importantes y cuáles son las posiciones de Lucha Mujer y del PSTU.

¿Qué fue el 3 de Junio?

Todas las corrientes que impulsan la lucha por los derechos femeninos, las personalidades que convocaron el Ni Una Menos, las agrupaciones K o ligadas a los radicales, ambas CTA, la Campaña por el Derecho al Aborto, las feministas y el conjunto de la izquierda, hablan de la existencia de un movimiento de mujeres.
La lucha de ese movimiento habría desembocado, entonces, en el 3 de Junio.
Para nosotros no hay hoy en Argentina ni en el mundo un movimiento femenino comparable a las dos grandes olas del Siglo XX que lograron el voto, el derecho a la educación, el divorcio, el aborto y otras conquistas en muchos países.
Pero los trabajadores y pueblos están tomando en sus manos las reivindicaciones de las mujeres como parte de la lucha contra los llamados “planes de austeridad“ y los ajustes, producto de la crisis mundial, y contra los gobiernos que los aplican.
Así salieron los pueblos indio y turco a manifestarse contra las violaciones; los trabajadores y las masas del Estado español a luchar contra la Ley Gallardón –que atacaba el derecho al aborto legal– y también en el último 7 de Noviembre a marchar con consignas similares a nuestro Ni Una Menos.
Nuestro 3 de Junio fue un ¡basta de violencia hacia la mujer! Y también expresó un ¡basta de ajuste! a los trabajadores y sectores populares.

¿El gobierno K fue mejor que otros?

El 3 de Junio las columnas kirchneristas se manifestaron aparte, culpabilizando a la justicia y a los medios de comunicación y no al gobierno K, de los atroces crímenes y la discriminación hacia las mujeres.
En forma similar corrientes ligadas al kirchnerismo, como Patria Grande, en distintas reuniones de organización del último 25 de Noviembre, pretendieron excluir a Cristina y a Scioli de las denuncias que señalan la responsabilidad de todos los gobiernos patronales, incluído Macri.
Para nosotros, las leyes y medidas del kirchnerismo, aun insuficientes, como la Ley de Violencia 26.485, significaron algunas mejoras en su letra, pero no fueron producto de la voluntad política de Néstor o de Cristina sino arrancadas por las luchas, en particular por el famoso “¡Que se vayan todos!” del 2001.
Por otra parte esas mejoras nunca se concretaron. Durante 2015 se destinaron solo $ 2,40 por mujer para prevenir y combatir la violencia y eso que fue ¡el mejor presupuesto de la gestión K!
Macri no se quedó atrás: cerró los servicios para atención de víctimas de violaciones y redujo a la mitad el presupuesto para combatir la violencia contra la mujer en la Ciudad: de 0,1% a 0,06 %.

Francisco y la Iglesia

En las reuniones hacia el 25 de Noviembre, el PCR vetó la denuncia de la Iglesia. Argumentó que podía parecer un ataque a la fe de millones que confían en el nuevo Papa. El PCR avanza en sus acuerdos con el clero que tanta confusión causan en los Encuentros Nacionales de Mujeres.
Respetamos profundamente las creencias de los trabajadores. Pero aunque Francisco impacte hablando de la pobreza o de temas antes prohibidos como homosexualidad o aborto, la Iglesia sigue condenando la homosexualidad como herejía, defendiendo la ilegalidad del aborto -causa de muerte de mujeres pobres- y propagando ideologías bíblicas del tipo “la mujer, sierva del hombre”, que son fuente de violencia pues colocan a las mujeres en inferioridad y las empujan a permanecer junto al marido aunque sea un golpeador.

Deuda externa y violencia

Cerca del 3 de Junio, el PO y el PTS presentaron en el Congreso Nacional y en nombre del FIT, sendos proyectos de ley para combatir la violencia hacia la mujer.
El PO propone varias medidas sin establecer de dónde obtener los fondos para aplicarlas (Ver Prensa Obrera N°1365, 28/05/2015), mientras el PTS plantea “impuestos progresivos a las grandes fortunas y corporaciones inmobiliarias” (Ver La Izquierda Diario, 05/06/2015).
Es llamativa la ausencia del “No pago de la deuda externa”, ya que significa uno de los principales mecanismos de saqueo y de sometimiento del país al imperialismo. Tampoco lo plantean la Izquierda Socialista ni otras organizaciones.
El “No pago” es parte del programa del FIT. ¿Por qué sus principales partidos reniegan de ese programa?

Frente al nuevo gobierno

Macri, el nuevo presidente, no propone ningún “cambio” para terminar con este flagelo.
Eso exigiría una emergencia nacional y un aumento sustancial de presupuesto, suspendiendo el pago de los 20.000 millones de dólares de los vencimientos de 2015 y de toda la deuda externa.
Necesitaría la ampliación de la Ley 26.485, para que se aplique con control de las organizaciones obreras y estudiantiles y de representantes de los familiares de las víctimas.
Las soluciones que no figuraron en su campaña menos aun vendrán de la gestión macrista ni del Parlamento.
Harán falta muchos 3 de Junio pero mejor organizados para que la lucha tenga continuidad.
Hará falta que los sindicatos y organizaciones de estudiantes y barriales, tomen el combate contra la violencia y todos los reclamos femeninos para redoblar la exigencia al próximo gobierno.
El FIT y el resto de la izquierda deben hacer punta en donde dirigen y los legisladores que conquistamos tienen que colocarse al servicio de esta política. Desde el PSTU estaremos con las mujeres trabajadoras y con las jóvenes pobres, junto con la clase obrera, para dar esta pelea.