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Se puede derrotar el ajuste, Francia muestra el camino

Arde París. Y arde toda Francia. Desde el fuego de las barricadas, los “chalecos amarillos” iluminan nuestro futuro, mostrando cual es el camino para derrotar los planes de ajuste capitalista. No hay tregua ni declaraciones vacías para las cámaras especulando con las elecciones. Las medidas de acción directa y la radicalización de las protestas, la autorganización contra la complicidad dirigencial, la autodefensa contra la represión estatal  y la coordinación de los reclamos sociales,  demostraron cómo con la lucha sí se puede ganar.  A 50 años de aquel “Mayo Francés”,  los trabajadores y estudiantes franceses vuelven a escribir la historia, dejando lecciones imprescindibles para las luchas y los debates que la realidad nos coloca por delante.

Macri quiere un 2019 con más ajuste, entrega y represión

No es un fin de año nada fácil para el pueblo trabajador. La mesa navideña será difícil de llenar.  

Mientras tanto, Macri se pavonea con el supuesto éxito del G20, luego de arrastrarse ante los “capos” del mundo para garantizarle continuar con la entrega. Pero todas las mentiras y promesas se evaporan cuando los números salen a la luz. En este caso las estadísticas sí coinciden con lo que vemos a diario: según Unicef hoy en Argentina el 48% de los niños/as y jóvenes están por debajo de la línea de la pobreza. Los precios se disparan, los recortes sociales se multiplican y el desplome de la actividad económica e industrial anuncia más despidos y suspensiones para el año que viene.

Por eso se adelantan vacaciones, y las empresas y la burocracia sindical cómplice alientan “agarrar el retiro voluntario”, lo que en este marco es pan para hoy y hambre para mañana. Lo que viene es peor, porque en el presupuesto 2019 se recorta todo para pagar la deuda de los especuladores. Lo único que sube es la inversión en el aparato represivo, donde gastaron millones de dólares para el G20 y lanzaron el nuevo protocolo de la ministra Bullrich que da licencia para matar y avala el gatillo fácil (Ver página 3).

Luchando se puede ganar

Ante este panorama, lo que pasa en Francia toma especial relevancia, y por eso se debate en los lugares de trabajo, de estudio, en todos lados.  

Porque en Francia Macron lleva adelante medidas de ajuste (“austeridad” le llaman allí) contra los trabajadores en favor de los bancos y las grandes empresas como las que padecemos acá.

Y entonces cabe preguntarse ¿Qué pasó para que un presidente que avanzaba con sus medidas antipopulares, que ganó las elecciones por amplio margen hace poco tiempo y acusaba de “vagos” en forma altanera a los manifestantes tuviera que retroceder?

Lo que pasó fue la respuesta de los trabajadores. Que no cayeron en las trampas conciliadoras, las operaciones de los medios de prensa comprados y los  discursos de quienes desde la comodidad de sus sillones llaman a respetar las reglas de esta democracia para ricos y esperar el momento de “volver a votar” para ejercer los cambios.

Por el contrario, los trabajadores tomaron las calles y masificaron las protestas, radicalizaron las medidas de lucha, multiplicaron las barricadas y los piquetes,  marcharon de la periferia a París, enfrentaron a la represión y se defendieron con lo que tenían a mano llegando incluso a conseguir que algunos policías se nieguen a reprimir las protestas. Fueron coordinando la pelea sumándose otros sectores, como los estudiantes, que no se achicaron ante las detenciones y tomaron más de 200 colegios contra la reforma educativa.

Así lograron poner a la defensiva al gobierno y arrancaron los primeros triunfos: se postergó el aumento de los combustibles, se aumentaron los salarios mínimos, y se bajaron los impuestos aunque todavía no se logró volver a gravar a las grandes fortunas.

Hace falta nuevos dirigentes

No está claro cómo puede terminar todo. Pero pase lo que pase, los trabajadores franceses han demostrado que sólo así se puede ganar algo, o aunque sea defender algo de los ataques de los gobiernos capitalistas y de sus perros guardianes.

A su vez, el camino de la lucha va enterrando también a los cómplices y/o tibios que posan de progresistas u opositores, y en nombre del “respeto de las instituciones” solo operan para dudar de nuestras propias fuerzas, y darle tregua a quien nos ataca.  

Por eso, quizás la lección más importante que nos deja esta lucha,  es que para lograrlo los trabajadores franceses tuvieron que pasar por arriba de sus dirigentes. Ni las burocracias sindicales que le dieron la espalda al proceso, ni los partidos y parlamentarios pudieron detenerlo, siempre pensando más en los calendarios electorales.  

Hubo que autorganizarse, construir un pliego de reivindicaciones comunes y proponer un plan de lucha con medidas de acción directa y contundentes, coordinando a todos los sectores. De entrada marcaron una perspectiva  en el programa de la lucha exigiendo “Macron dimission” (renuncia) y todavía no han logrado desmovilizarlos porque aun no se consiguieron todas las demandas. (ver página ..)Seguramente queda mucho por recorrer, pero por allí se debe buscar el rumbo.

Y de cara a lo que viene, debemos sacar conclusiones. Porque aquí  en nuestro país los trabajadores han demostrado con creces su voluntad de lucha en los contundentes paros generales y las masivas movilizaciones.

Fueron los dirigentes quienes nos entregaron en nombre de la “gobernabilidad”. Fueron los traidores del triunvirato de la CGT los que dieron tregua por monedas sin siquiera consultarnos, y los legisladores peronistas que le votaron las leyes del ajuste  “para ejercer una oposición responsable”.

Pero también, desde otro lugar,  jugaron ese papel los que dicen que hay que “resistir”. Porque luego de las jornadas de diciembre del año pasado (ver pagina   ), cuando Macri estaba muy desprestigiado y tuvo que desistir de meter la reforma laboral por la crisis, fue el propio Moyano, junto a los dirigentes k y los discípulos de la Iglesia,  quienes en lugar de radicalizar las medidas llamaron a “votar bien” en el 2019 en aquel recordado 21F. Y más recientemente, los trabajadores tampoco olvidamos como luego del parazo que le hicimos a Macri en septiembre, la supuesta oposición sindical levantó todas las medidas para ir a rezar a la basílica de Luján.

En las luchas de Francia se están forjando los nuevos dirigentes, pasando por arriba a las burocracias. Y en las luchas que vendrán aquí surgirán los nuestros, si aprendemos de lo que pasó y somos capaces de construir los nuevos dirigentes necesitamos. Como allá, estos dirigentes no pueden surgir de los mismos de siempre, ni de aquellos que siempre le echan la culpa de sus dudas y limitaciones a “que los compañeros no quieren luchar”. 

La unidad que necesitamos debe construirse en la lucha, como lo demuestra lo sucedido en Francia. Más allá de la lucha electoral, sólo así podremos parar el ajuste y construir una salida obrera a la crisis. El PSTU se pone al servicio de esta tarea y te invitamos a que la hagamos juntos.