other

Tenemos que recuperar lo perdido

Con la asunción de Alberto Fernández se inicia un nuevo momento en que los trabajadores debemos luchar por recuperar lo perdido. Nuevo momento precedido por una “transición ordenada” (que fue casi un cogobierno) que le permitió a Macri llegar al fin del mandato.  

El 10 de diciembre la alegría fue masiva, y desde el PSTU, compartimos con los cientos de miles que este martes salieron a festejar la alegría de que Macri se vaya, de ver por fin irse a ese gobierno hambreador que nos queríamos sacarnos de encima.  Compartimos la alegría de ver irse derrotado al gobierno que condenó a cientos de miles de jubilados y niños a la pobreza (en nuestro país según la UCA el 59,5 % de los niños son pobres) , que nos dejó sin trabajo a otros cientos de miles (en el sector industrial se perdieron 160.000 empleos en estos cuatro años), que hizo que nuestros salarios alcancen cada vez para menos (cayó un 21,5%), que duplicó la Deuda Pública y nos ató aun más al FMI. Compartimos la alegría de ver derrotada a Patricia Bullrich, responsable del asesinato de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, y responsable de la persecución hace dos años de nuestro compañero Sebastián Romero, de los 13 meses en la cárcel de nuestro compañero Daniel Ruiz, ahora en juicio junto a Cesar Arakaki, por defendernos de la represión el 18 de diciembre de 2017.

Lo que no compartimos es la alegría por la asunción del Frente de Todos al poder. Un Frente que incluye desde hijos de desaparecidos hasta el responsable político del asesinato de Kosteki y Santillán, Felipe Solá, pasando también por el nefasto Carlos Menem. Desde el PSTU, como socialistas y revolucionarios, no tenemos ninguna confianza en esta nueva dupla peronista salvadora, que nos dice que hay posibilidad de terminar con la pobreza, o con la violencia machista, sin romper con el Fondo Monetario, o que solidariamente empresarios y trabajadores, podemos compartir los platos rotos de la crisis.

Respetando tus expectativas queremos proponerte organizarnos para exigir que las promesas de campaña y  los discursos sean hechos realidad y recuperar todo lo perdido.

Para todos los gustos

En la asunción de los Fernández y los primeros días de gobierno, se puede ver como la política inicial tanto a nivel internacional como nacional es la de «quedar bien» con todos los sectores del poder. La repudiable invitación al asesino Piñera, presidente de Chile, por un lado, se “compensa” en el “progresista” gesto de dar asilo político a Evo Morales, pero pidiéndole que no haga declaraciones políticas. 

Mientras uno de los enviados de EE.UU se iba disgustado por la presencia de un funcionario de Venezuela, otro almorzaba con Fernández, asegurándole el apoyo y respaldo del gobierno de Trump. Tal es así que el propio Bolsonaro, que estuvo muy confrontativo luego de las elecciones generales, ya lo invitó a Brasil, frente al guiño de Alberto hablando de la importancia estratégica de la relación con Brasil.

La grieta

En el acto de asunción Alberto era presentado como el Presidente de la unidad, y uno de los ejes de sus discursos fue el problema de la necesidad de unir a los argentinos y terminar con la grieta. Los medios periodísticos festejaban el espíritu anti grieta y la perspectiva de un gobierno que trabaje con todos. ¿Pero de que hablan cuando hablan de grieta? Hablan de la división de los poderosos, los de arriba. Terminar con la grieta de la que ellos hablan es el famoso Pacto Social que nos quieren imponer  los dirigentes sindicales (CGT, CTAs) que le perdonaron la vida a Macri, dejándolo gobernar hasta las elecciones (ver página 3).

La verdadera grieta es la que existe entre los que trabajamos todos los días y hacemos malabares para llegar a fin de mes, y los que viven lujosamente a costa de nuestro trabajo, empresarios, políticos patronales, funcionarios, jueces, etc. y esa “grieta” no se cierra con discursos, sino con medidas contundentes que generen cambios de fondo.

Para recuperar lo perdido, ¡No al Pacto Social!

Lo cierto es que más allá de los discursos e ilusiones, las necesidades urgentes que teníamos el 9 de diciembre, las seguimos teniendo después del 10. Si realmente, como dijeron repetidamente en los discursos, los nuevos gobernantes tienen como prioridad las necesidades de los que menos tienen, la Ley de Emergencia Económica que pretenden votar en el Congreso la semana que viene, no puede dejar de contemplar algunos puntos básicos:

 1- Aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales para recuperar al menos lo que perdimos con Macri 2- Prohibición inmediata de todos los despidos y suspensiones, reapertura de las fábricas cerradas con reincorporación de los despedidos 3- Derogación de la Reforma Previsional, el Pacto Fiscal y de las adendas de los contratos petroleros, o flexibilización de los convenios que impusieron Macri y los dirigentes traidores ¡Los convenios no se tocan! 4- Retrotraer las tarifas de servicios al 2015 y control real de los precios de la comida 5- Aumento del presupuesto educativo, retrotraer todas las reformas y ajustes que impuso el macrismo 6- Cese de persecución política a Sebastián Romero y Lautaro Churruinca, libertad a Milagro Sala y todos los presos políticos, anulación de los juicios que criminalizan la protesta social. 7- Ley de Emergencia contra la violencia machista y aborto legal, seguro y gratuito 8- Ni un peso para la Deuda mientras haya niños con hambre en nuestro país, ruptura de los acuerdos con el FMI, desconocimiento de los préstamos que contrajo Macri, entre otros.

Desde el PSTU creemos que estas demandas no pueden esperar y, hayamos votado a quien hayamos votado, no podemos quedarnos sentados esperando. El Pacto Social que proponen solo sirve a los empresarios y poderosos. Tenemos que organizarnos para conseguir lo que nos pertenece.

El 9 de diciembre las coordinadoras de Sur y de CABA realizaron un acto en el Obelisco, por una navidad sin familias en las calles. Fue un acto pequeño, pero el fenómeno de empezar a juntarse para coordinar, es algo urgente. Necesitamos espacios que a partir de 4 o 5 puntos concretos nucleen a los sectores en lucha y rompan el aislamiento. Y necesariamente tiene que incluir a los trabajadores que hoy tienen expectativas con el gobierno de Alberto. En la perspectiva de construir una Asamblea Nacional de Trabajadores y Trabajadoras ocupados y desocupados. 

Los trabajadores tenemos que empezar a construir nuestra propia salida independiente, que no va a venir de la mano de algún patrón bueno, o de discursos bonitos, sino  como están haciendo los chilenos tomando el destino en nuestras manos, enfrentando no solo al Gobierno y la represión, sino también a las direcciones políticas y sindicales que quieren que se vuelvan a la casa sin soluciones de fondo (ver páginas centrales). Para lograr soluciones de fondo, necesitamos una Revolución Obrera y Socialista, y para eso construimos el PSTU en Argentina y la LIT-CI en el mundo.

Es un nuevo momento en nuestro país, en un mundo y un continente con rebeliones y revoluciones, el hambre no puede esperar, es hora de seguir peleando por lo que nos pertenece.