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Textil Fadete: basta de obreros muertos por la avaricia patronal

La muerte de Leonardo del Mármol, obrero de la fábrica textil Fadete, en Don Torcuato, era totalmente evitable. El 5 de junio explotó una de las calderas en la sección donde trabajaba, pero en informes previos, varios operarios ya habían denunciado los desperfectos de las calderas y las malas condiciones de trabajo. Como resultado de estas denuncias la patronal, en vez de solucionar los problemas, despidió a los obreros inventando causas inexistentes. La falta de respuesta se llevó a Leonardo, quien sufrió 98% de quemaduras en su cuerpo debido a la explosión. Sus valientes compañeros lo auxiliaron, pero de nada sirvió. Por eso, también fueron ellos quienes salieron a la calle a exigir la renuncia de todos los responsables de la muerte de Leonardo, desde gerentes, supervisores y delegados de un sindicato que nada hizo en todo este tiempo para defender a sus afiliados, y la misma empresa, que en función de ganar más y más, sigue arriesgando la vida de los obreros, material descartable ante su avaricia desmedida.

Desde el PSTU de Zona Norte estuvimos presentes en el corte de ruta que se hizo en la puerta de la fábrica para solidarizarnos con los compañeros y, a pesar de la bronca y la tristeza por el compañero fallecido, lograron un primer pequeño triunfo, ya que desplazaron al cuerpo de delegados y pudieron elegir entre los propios trabajadores a uno nuevo, aunque provisorio, con la expectativa de nuevas elecciones a 90 días. Aquellos que estuvieron al frente de los reclamos en la calle por su compañero son quienes deben asumir la tarea sindical. ¡No a elecciones digitadas por el sindicato textil!

La patronal también se comprometió a reparar las calderas y mejorar las condiciones de trabajo. Hoy, el conjunto de los obreros estásuspendido cobrando el 100% de su salario y a la espera de una nueva caldera (alquilada) para poder retomar sus tareas.

No debemos permitir que ningún compañero más sea víctima de ir a trabajar. La patronal de Fadete es responsable de la muerte de Leonardo y está demostrado que solo a través de la organización por abajo y la movilización unitaria en las calles podemos torcerle el brazo a las patronales que no invierten en condiciones óptimas de trabajo. Si nosotros somos descartables para ellos, debemos pararles la producción hasta lograr que escuchen nuestros reclamos. Y no tener ninguna confianza más que en nuestras propias fuerzas. ¡Ni un obrero más muerto por ir a trabajar!