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¡Trabajadores de la cultura, organicémonos

El pasado 21 de febrero circuló a través de las redes la información de que hacía dos semanas que el área de Danza del Ministerio de Cultura de la Nación se encontraba en total incertidumbre acerca de la continuidad del espacio. Hubo cese de actividades, capacitaciones y programaciones se cancelaron a último momento y muchos compañeros se quedaron sin trabajo. Ante esta situación, trabajadores de la cultura de ATE se organizaron en una Asamblea el jueves pasado, 23 de febrero. En la esta no sólo se discutió la situación crítica del Área de movimiento sino también la de compañeros que están sin cobrar desde el año pasado, otros que están tercerizados dentro del mismo Ministerio y el brutal recorte de programas culturales (sólo quedarían 5 de los 40 programas).

De las distintas esferas del arte, la danza siempre ha sido la más precarizada. Habiendo sido negados sistemáticamente por el Estado y los gobiernos de turno, los trabajadores del movimiento no contamos ni siquiera con un sindicato a través del cual pelear por nuestros derechos o que le dé un marco legal a nuestro trabajo. Así es como tenemos que elegir entre someternos a las peores condiciones, o quedar fuera de los escenarios, escuelas y universidades. Somos los que no se incluyen en el cachet de las producciones oficiales de Prodanza o la Bienal, los que no tenemos obra social ni ART, los que damos clases gratis en cátedras o ingresos a la universidad. O peor, ponemos nuestros cuerpos en riesgo, como los bailarines del Festival de la Vendimia, a los cuales no se les cayó encima la parrilla de luces o la grúa que la sostenía de casualidad. Ahora algunos de ellos están asustados y no quieren bailar; pero por supuesto, el festival se llevará a cabo de cualquier manera porque sino sería una “gran pérdida”.

La asamblea de ATE dejó en evidencia que los problemas que tenemos los trabajadores de la danza y la cultura son los mismos que los de la clase trabajadora en su conjunto; porque el inminente cierre del área de danza es otra medida más de este plan de ajuste que lo primero que ataca es la educación y la cultura. Ese plan de ajuste que permitió el despido de los 380 trabajadores de AGR que están luchando por su reincorporación. Ese mismo que nos va aplicar un nuevo tarifazo en transporte, el que le niega el aumento a los docentes. Si este área desaparece, habrá todavía menos espacios públicos y gratuitos donde ofrecer talleres y espectáculos, dejando a los trabajadores y sectores populares más excluidos del arte de lo que ya lo están.

Lo que también demostró la asamblea es que la burocracia sólo actúa cuando los trabajadores presionan demasiado. Mientras muchos compañeros proponían acciones de protesta incluso para ese mismo día, los delegados respondían que había que esperar a las supuestas asambleas que se realizarían el 1 y el 2 de marzo para tomar medidas.

Los trabajadores no podemos esperar más. Así como necesitamos tomar medidas por el no cierre de ningún área de la cultura, necesitamos YA un paro nacional, para aunar fuerzas de todos los sectores perjudicados, para no dejar pasar el ajuste que nos quieren imponer. Por eso tenemos que volcarnos con fuerza y de forma organizada a la marcha de las centrales sindicales el martes 7, para exigirle a la burocracia que le pongan fecha ahora. La huelga docente que arranca el 6 y el paro internacional por las mujeres del 8 de marzo (junto a la marcha del 7) son, en los hechos, una misma jornada de lucha contra el enemigo común que tenemos todos los trabajadores del país, el gobierno ajustador de Macri. Tenemos que aprovecharla.

¡Abajo el ajuste de Macri!
¡NO al cierre de programas culturales!
¡NO al cierre de nuestros espacios!
¡Por condiciones de trabajo dignas!
¡BASTA de vaciamiento en la educación artística!
¡Organicémonos nacionalmente para defender nuestro arte!