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UN HORIZONTE COMPLICADO PARA EL GOBIERNO

 

Entramos en el tramo final de la campaña electoral y los elementos más generales que se expresaron en las elecciones PASO parecen no haberse modificado sustancialmente. Pese al plan “platita” y las medidas de refuerzo de la ayuda social, nada indica por ahora que el Gobierno vaya a revertir cualitativamente sus malos resultados de septiembre. Juntos por el Cambio parece consolidar su base electoral pero tampoco genera entusiasmo en sectores por fuera de ella. Mientras recrudece el bombardeo mediático y por las redes de spots, actos, recorridas y declaraciones de los candidatos patronales, en el pueblo trabajador sigue predominando la apatía y en forma creciente el rechazo a las principales variantes y figuras de estos. 

El Frente de Todos luego de la fuerte crisis post PASO busca retomar la iniciativa política. Con un Alberto devaluado y en caída libre en apoyo popular y una Cristina de más bajo perfil intentan mostrar unidad y preocupación por los problemas de los sectores populares. El acto por el aniversario de la muerte de Néstor Kirchner fue una escenificación de esto. Todos los sectores y principales dirigentes del FDT subidos al palco y Alberto como único orador criticando a los “pícaros” que aumentan los precios, a los grandes medios y prometiendo no arrodillarse ante el FMI. 

El acto estuvo precedido por un video de difusión de La Cámpora tratando de resucitar la mística kirchnerista y de las medidas de control de precios del nuevo Secretario de Comercio, Roberto Feletti. Sin imponer fuertes sanciones a los empresarios la efectividad de las medidas para bajar la inflación es mínima. Pero al igual que las arengas contra el FMI buscan entusiasmar a la desmoralizada base kirchnerista con la ilusión de un giro hacia políticas más parecidas a los anteriores gobiernos de Néstor y Cristina. 

Pero los discursos y gestos son nada más que eso y a las palabras se las lleva el viento. Los precios de los productos de primera necesidad siguen subiendo, erosionando las miserables ayudas sociales, las jubilaciones y los magros aumentos salariales de las paritarias. Las promesas de empleo y viviendas populares son sólo eso, promesas. La miseria y el hambre son la realidad cotidiana en los barrios populares y eso no se resuelve con paliativos que son pan para hoy y hambre para mañana. Todos estos elementos están en la base de la apatía y escepticismo que ya se expresó en el “voto castigo” al gobierno en las PASO. Y también en la bronca que se va cocinando a fuego lento en la juventud de las barriadas, que crece sin expectativas de mejora ni futuro  y a la que el FDT no logra atraer.

Las grietas en la alianza gobernante

Por eso ante la perspectiva de una probable nueva derrota del Gobierno, no sólo a nivel nacional sino especialmente en la provincia de Buenos Aires, la alianza peronista cruje y se empiezan a perfilar candidaturas y disputas hacia 2023. El dato más llamativo del acto de Morón fue la ausencia de Cristina, que quizá prudentemente no quiso aparecer en esa foto para preservarse como alternativa. No ignora de todos modos que la más perjudicada con una nueva derrota va a ser ella. Más discreto pero no menos significativo fue el viaje del Jefe de Gabinete, Juan Manzur, a EE.UU. para entrevistarse con sectores del “establishment” y del cual no hubo informe. ¿fue a buscar alguna bendición para una próxima postulación? En las propias filas kirchneristas hay tensiones entre Kicillof y La Cámpora después que le intervinieran el gabinete con apoyo de Cristina. Berni se cruzó con Aníbal Fernández alrededor del conflicto con los mapuches, pero es una especie de “fuego amigo” permanente contra Alberto y sus funcionarios y que hace su propia campaña personal con un perfil más afín a Patricia Bullrich que al FDT. La burocracia sindical hizo su acto el 18 de octubre apoyando al Gobierno, pero también tratando de fortalecer su poder de negociación de cara a un panorama más incierto post elecciones. El dato más saliente es la incorporación del moyanismo al posible nuevo triunvirato de unidad que saldría del próximo congreso de la CGT. 

FMI, crisis ¿y después?

Otro factor de crisis en el FDT son las negociaciones con el FMI. El gobierno de Joe Biden está presionando para endurecer las condiciones del acuerdo y eso está generando crisis. En esa línea están las descaradas declaraciones del nuevo embajador yanqui, Marc Stanley, reclamando un plan macro para pagar la Deuda, alineamiento internacional con EE.UU. y ningún acuerdo tecnológico con China por las señales en 5G. (1) Por otro lado el  17 de octubre sectores kirchneristas encabezados por las Madres y otras organizaciones sindicales y sociales realizaron un acto contra el FMI y el pago de la deuda de Macri con fuertes críticas a Alberto y Guzmán. 

Más allá de las arengas para la tribuna y los cánticos de La Campora, la realidad es que el Gobierno se acerca a una encrucijada. Puede estirar la negociación y tratar de regatear un poco más pero queda claro que cualquier acuerdo posible con el Fondo será a costa de entregar aún más las famosas tres banderas peronistas: la soberanía política, la económica y la justicia social. La única alternativa posible es la ruptura con el FMI y el no pago de la Deuda ilegítima y fraudulenta, pero ya el propio kirchnerismo demostró en sus anteriores gobiernos que es absolutamente incapaz de enfrentarse al imperialismo.

 

La pelea por la independencia de clase

Juntos por el Cambio por su parte se ha fortalecido tras el triunfo en las PASO y se prepara para una buena elección. Pudo reordenar sus filas en las internas y según las siempre dudosas encuestas retendrían la mayor parte de los votos de Manes y demás candidaturas internas derrotadas. Si se diera un resultado similar a las PASO sumarían varios diputados y senadores y le complicarían el control del Congreso al FDT, lo cual agregará más elementos de crisis e inestabilidad. 

Milei por su parte consolida su crecimiento en parte a expensas de Vidal y en parte capitalizando por derecha algo del voto “bronca” contra las dos alianzas del bipartidismo. También estaría creciendo Espert en provincia de Buenos Aires favorecido por el arrastre de Milei. Más allá de cuánto logren sacar en esta elección está claro que es un fenómeno que tiende a extenderse. 

En ese marco el Frente de Izquierda – Unidad (FIT-U) tiene el desafío de disputar una franja minoritaria pero muy importante del voto obrero y popular para la independencia de clase. Sabemos que en las elecciones los candidatos patronales corren con el caballo del comisario. Es el dinero de los capitalistas y su control de los medios lo que les da ventajas decisivas y a eso se suma la presión por el “voto útil” y la polarización entre las opciones mayoritarias. Pero también es cierto que el pueblo trabajador viene haciendo una experiencia con ellos y muchos empiezan a buscar otra salida por fuera de los ajustes, la miseria permanente, las mentiras y falsas promesas de los candidatos de los empresarios y el FMI. Es lo que se vio en las PASO,  donde el FIT-U hizo una muy buena elección en las barriadas obreras del Gran Buenos Aires y de localidades del interior.

 Desde el PSTU, que integra las listas del FIT-U, llamamos a los/as trabajadores/as y a la juventud preparar desde ahora mismo las peleas contra el ajuste que viene y en las elecciones a darle la espalda a todas las variantes patronales y a apoyar con su voto y militancia esta alternativa de independencia de clase, como un paso hacia el cambio revolucionario, obrero y socialista que necesitamos.