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Un nuevo intento de frenar el crecimiento del FIT y el trotskismo

El FIP, en pleno proceso de construcción, entre la Unidad Popular de De Gennaro y Lozano, el MST, el PCR, Patria Grande y otros agrupamientos menores, aparece como un nuevo nucleamiento de la llamada “centro-izquierda”. Se trata de fuerzas ligadas a la Iglesia Católica y a sectores empresarios, con fuerzas que se dicen de izquierda, como el MST o el PCR, pero que no dudaron en marchar del brazo con la Sociedad Rural en el conflicto con el campo.
Este frente tiene la clara misión de tratar de cerrarle el paso al trotskismo nucleado en el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT). Buscan evitar que siga creciendo la adhesión de trabajadores y sectores populares a un programa de lucha por los reclamos obreros, contra el imperialismo y por el socialismo.
Basta pensar en lo que ha terminado el último intento en la Argentina de constituir una alternativa de centro-izquierda, el UNEN, con apoyo de varios de los actuales integrantes del FIP –como De Gennaro y Lozano-, para darse cuenta a donde conduce esa política: los “socialistas” de Binner gobernando Santa Fe al servicio del ajuste patronal y los narco negocios; Lilita Carrió aliada con el PRO de Macri; Pino del brazo con los radicales y siguen los éxitos.
Ubicándose como ala izquierda del FIP, el MST acaba de lanzar una táctica “unitaria”: llama al Frente de Izquierda y los Trabajadores a realizar internas comunes para las elecciones de este año con De Gennaro que ya ha presentado su precandidatura presidencial. Por supuesto que para acordar con De Gennaro el FIT tendría que abandonar su programa de lucha por los intereses de los trabajadores y el socialismo, con independencia de todos los sectores patronales, y acordar posturas en común con quienes proclaman públicamente sus estrechas relaciones con el Papa Francisco (De Gennaro acaba de hacer el viaje ritual al Vaticano) y con sectores empresarios, en particular de las PYME.
Está claro que el MST hace mucho que no se fija en estas “tonterías programáticas”, que sólo le interesan a los “sectarios” y a la “vieja izquierda”, con tal de asegurarse votos para mantener a su dirigente Alejandro Bodart en algún cargo parlamentario.