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¿Una ola conservadora?

Muchas organizaciones o compañeros plantean que el triunfo electoral de Macri en Argentina, el Gobierno de Temer en Brasil y la victoria de Trump en Estados Unidos muestras que estamos asistiendo a una ola conservadora en todo el mundo. Plantean que “la derecha” ganó las cabezas de la mayoría de la población para sus políticas y que, por lo tanto, el espacio de la izquierda para intervenir en la realidad sería muy pequeño y, en la mayoría de los casos, apoyando al sector más “progre” de la política patronal.
Está visión de la realidad se basa en un aspecto de ella: los resultados electorales del último periodo, pero olvida que ese es sólo una cara realidad, ni siquiera el más definitorio. Para nosotros hay mucho más que debemos ver detrás de los resultados electorales de un juego democrático que de democrático tiene muy poco.
La otra cara de la realidad, para nosotros si fundamental, nos muestra que tanto Macri, como Trump y Tener desde el principio de sus respectivos gobiernos se toparon con la resistencia de los trabajadores y el pueblo a sus planes de hambre y represión.

El primer año de Gobierno de Macri, se topó con inmensas movilizaciones como la de las centrales el 29 de abril, la Marcha Federal del 2 de septiembre y el 19 de octubre con el Paro de Mujeres, además de innumerable protestas y conflictos. Esto llevo a que, si bien avanzó en su plan gracias a la complicidad vergonzosa de la dirigencia Sindical, no haya podido hacerlo tanto como pretendía, que es lo que intenta hacer en este segundo año de Gobierno.
En Estados Unidos las movilizaciones contra Trump comenzaron el día mismo en que se conoció el resultado electoral, manteniéndose por varios días en muchas ciudades. El día de su asunción se realizaron movilizaciones en muchos países del mundo y el día posterior un impresionante de mujeres en las principales ciudades de Estados Unidos. Ante cada medida contra los inmigrantes como el veto, surgen masivas movilizaciones, por lo que se ve que tal fácil no resultará a Trump aplicar sus medidas antipopulares.

Está parte de la realidad no solo no puede ser ignorada, sino que es la más importante. Desde el PSTU y la LIT decimos que no estamos ante una ola conservadora, sino ante una profunda polarización entre los gobiernos patronales que quieren salir de la brutal crisis económica a costa de las condiciones de vida de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo, y la resistencia de éstos, que no están dispuestos a entregar lo poco que tienen sin batalla. Ese es para nosotros, la clave de lo que pasa en el mundo en la actualidad.
Por otra parte, cabe hacerse otra pregunta: ¿”La derecha” gana ajustadamente elecciones porque convencen a las mayorías con sus propuestas o por el desengaño con los gobiernos supuestamente “progres”? Para nosotros, sin duda, es lo segundo. Gobiernos como el de Obama en Estados Unidos o el de los Kirchner en Argentina que se mostraban como gobiernos que estaban del lado de los más pobres u oprimidos, sin embargo en concreto esto no fue así.
A pesar de que han tenido que han tenido que otorgar algunos derechos o concesiones, en lo fundamental continuaron gobernando para las multinacionales y no dudaron en golpear a la clase trabajadora cuando les fue necesario. Frente a este descontento, es que muchos optaron electoralmente por quienes proponían un cambio y con lo que más a mano se encontraron fue con estos personajes. Pero aún muchos de los que dieron ese voto se encuentran hoy, al poco tiempo, peleando contra los ataques de esos gobiernos.


Salgamos a enfrentarlos, en todo el mundo

La crisis no da lugar a medias tintas: O las patronales logran imponer su juego, con ritmos de trabajo más intensos y dejando en la ruina nuestras condiciones de vida; o los trabajadores las derrotamos, poniendo en pie una salida obrera y popular para que no seamos nosotros quienes paguen por la crisis.
Como decíamos antes, este plan excede a la Argentina o a EEUU, por eso la respuesta debe ser internacional, porque son las mismas patronales que en todo el mundo quieren llevárselo todo a costa del bienestar de las familias trabajadoras. El 8 de marzo (ver página 4) podría ser un paso en ese sentido, saliendo a enfrentar en todo el mundo los ataques a las mujeres trabajadoras, que son parte también del plan de ajuste a escala global. Pero debemos ir más allá.
No alcanza con derrotar tal o cual medida, o conseguir aumento de salario o alguna conquista social. Solamente vamos a frenar la embestida de los empresarios si les damos un golpe definitivo, impulsando la lucha por un plan alternativo, llevado adelante por los que movemos el mundo, los trabajadores.
Tenemos que luchar por salario, por vivienda, por salud, y por mucho más. Pero la única manera de garantizarle todo esto a nuestras familias es dar una lucha más a fondo, por acabar con la explotación que nos somete y con aquellos que lucran a costa nuestro. Para dar esa pelea, necesitamos construir una dirección que se ponga a la cabeza. El PSTU está al servicio de la construcción de esa alternativa, y queremos que te sumes a construirla con nosotros.