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Unidad en las calles para imponer el paro de 36 hs

Al cierre de esta edición una gran movilización inundó el país: como tantas otras veces más los trabajadores y el pueblo demostramos que, como escribió Nora Cortiñas convocando a la marcha, “ las calles son nuestras, y ellos no las pisan, Nunca Más.” Este repudio masivo, que ya se veía desde el día del fallo, obligó al gobierno a retroceder y despegarse, impulsando un proyecto de ley (ver páginas centrales). No debemos bajar la guardia, los ataque continúan, debemos tomar este nuevo impulso para continuar la lucha contra la impunidad, el ajuste y la represión. 

Macri no deja pasar oportunidad de “vendernos” al exterior como un país cada vez más confiable y serio para recibir inversiones. Así lo hizo en su reciente visita a EE.UU en la que Trump lo felicitó por las reformas políticas y económicas que estaba impulsando en Argentina ¿Qué quiere decir para nosotros, los trabajadores, esa confiabilidad? Sencillamente continuar con los despidos y suspensiones, salarios a la baja, cambios en los convenios, aumentos de los ritmos de producción, etc, etc. (ver recuadro en pag. 3).
El gobierno sabe que no va a poder avanzar con estos ataques “por las buenas”, entonces se prepara para hacerlo “por las malas”. En ese plan se inscribe la reciente visita del Presidente de Italia, Sergio Mattarella, que acordó con Macri un “acuerdo policial” para el intercambio de “conocimiento, tecnología e información”.
En este sentido también es que trató de reflotar el protocolo antipiquetes cuando reprimió las movilizaciones en el último paro general y luego a los docentes. Así, mientras el gobierno militariza las calles y los barrios con el fin de asustar a los jóvenes y trabajadores en los lugares públicos, los femicidios no paran de crecer, y 1 de cada 5 femicidas es miembro de fuerzas de seguridad.
En este contexto se da el fallo del 2×1: intentó ser una caricia a las fuerzas armadas que hoy tienen un rol fundamental para garantizar que el plan económico de Macri avance en su totalidad. No es casual el llamado a la “reconciliación” del Papa Francisco y del Episcopado, aunque sí fue una desagradable sorpresa para muchos de sus admiradores.

Las direcciones dividen

En un contexto marcado por el crecimiento de los conflictos sociales, (un Centro de Economía Política Argentina-CEPA, señala que entre enero y marzo los conflictos sociales y laborales crecieron un 18,4%), las direcciones lograron dividir lo que había unido la lucha.
Las cúpulas de las centrales sindicales, que habían sido obligadas por las bases a ir al paro general, se empecinan en dividir y soltarles la mano a los trabajadores que pelean en cada lugar de trabajo. Esto se vio con claridad en los actos del 1de Mayo. La CGT oficial hizo un pequeño acto en Obras, a puertas cerradas. No sea cosa que su propia base los vuelva a poner en aprietos exigiéndole una medida como sucedió el 7 de marzo. La CTA solo se limitó a hacer un acto en la Carpa Docente. Párrafo aparte merece el Momo Venegas, que hizo su acto en Ferro junto a Macri.
Lamentablemente, desde la izquierda también se volvió a privilegiar la presentación de candidatos en lugar de una acción unitaria y de lucha contra el gobierno.
El panorama es que mientras los trabajadores intensifican su resistencia y pelea contra los ataques de Macri y las patronales, las direcciones políticas y sindicales están más preocupadas en los frentes electorales para las elecciones legislativas de octubre que en tumbar el plan de Macri. Y dividen las acciones según el candidato que apoyen.

La lucha contra la represión y la impunidad vuelve a imponer la unidad

Pero parte del escenario también es que, así como el 7 de marzo se le impuso con botellazos a la CGT que llamara al paro, la indignación de los trabajadores y sectores populares ante el fallo judicial del 2 x 1 impuso que se unifique la movilización el día 10 y que sea en Plaza de Mayo y no en Tribunales.

La crudeza de los ataques de Macri y la voluntad de enfrentarlo de los trabajadores vuelven a unir lo que las direcciones sindicales y políticas dividieron y vuelven a demostrar que la necesidad de unir las luchas para derrotar el plan Macri está a la orden del día, contra el gobierno y la oposición patronal (FPV, Massa, etc.) que solo quieren que hablemos de a quién vamos a votar.
Por eso, la pelea contra la represión no puede ser solo de los organismos de DDHH. Tenemos que exigirle a las centrales sindicales que tomen en sus manos esta bandera para que los trabajadores estemos en primera fila con nuestras organizaciones enfrentando este fallo que da impunidad a los milicos que asesinaron 30000 compañeros.

Paro de 36 hs. y plan de lucha hasta derrotar a Macri

Hay que dar continuidad a la unidad en las calles para no dar tregua al gobierno hasta tirar abajo su plan de ajuste y represión. Para eso necesitamos un plan de lucha que se concrete en un nuevo paro nacional, esta vez de 36 hs. y con movilización.
Ya está demostrado que esa no es la voluntad de las direcciones políticas y sindicales que hoy tenemos, para lograrlo, tenemos que volver a imponerlo desde abajo. Organizarnos en nuestros lugares de trabajo, continuar con lo que en el agitado marzo comenzó hoy es clave. Como así también pelear por sacarnos de encima en nuestros sindicatos a los que nos entregan siempre. Los docentes de la provincia de Buenos Aires tendrán en los próximos días la posibilidad de darle un profundo golpe a la conducción de SUTEBA, votando masivamente a la Multicolor (ver página 7).
A diferencia de lo que opinan varios, desde el PSTU no creemos que con las elecciones legislativas de octubre y un posible triunfo del FPV o con más diputados de izquierda, pueda cambiar algo. Tampoco creemos que la salida sea esperar las elecciones presidenciales de 2019, como dicen los dirigentes que defienden que el mandato presidencial llegue hasta el final.
Se hace más necesario que nunca impulsar la más amplia unidad en las calles para derrotar al plan económico y al gobierno de Macri, en defensa de nuestro salario y del trabajo y contra la represión y la impunidad. Y al calor de esta unidad en la acción con todos aquellos que estén dispuestos, poner en pie un plan obrero y popular alternativo en el camino de la lucha por un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre.



POR LA SEGUNDA Y DEFINITIVA INDEPENDENCIA

En el mes de la Revolución de Mayo, Macri viene avanzando con la entrega del país al imperialismo de manera escandalosa. A la entrega del reclamo por nuestra soberanía por las Islas Malvinas, se suma que el gobierno ofreció nuestros recursos naturales como garantía de una deuda externa que cada vez es mayor (ver página 3). El saqueo imperialista es más crudo que nunca y el sometimiento al que nos quiere llevar este gobierno también. Por lo que si queremos seguir el ejemplo de los patriotas de Mayo, debemos luchar por una segunda revolución, esta vez obrera y socialista, para obtener la Segunda y Definitiva Independencia.