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Basta de saqueo a nuestros recursos naturales

El bosque nativo se defiende, porque el pueblo ya vio las consecuencias de la deforestación, esto es, inundaciones, incendios, muertes, destrucción de la vivienda de los trabajadores. Tal es así la simpatía popular que ha despertado el rechazo a la destrucción medioambiental, que muchos artistas se han manifestado, y esto genera roces incluso entre los partidos patronales que están en la Legislatura.

Es que ya llegando el fin de año, nos enterábamos de que el gobernador provincial se reconciliaba con las entidades del campo como CARTEZ, Federación Agraria, Sociedad Rural y demás acopiadores y especuladores, dándoles una Ley de Bosques a su medida, que incluso era un salto en la ya vigente, que de por sí no impidió la destrucción de los árboles nativos y todo el ecosistema que los rodea, para favorecer el monocultivo y actividades ganaderas que generan muy pocos puestos de trabajo, e incluso destruyen las economías de campesinos y pueblos originarios.
Pero tenemos que decir también que ésta no es sólo una cuestión ecológica, estos empresarios también superexplotan a los peones rurales, que en muchos casos son inmigrantes de los países vecinos, o provenientes de las provincias más pobres. Creemos que ninguno de estos trabajadores debe quedarse desempleado, el Estado debe garantizarles un empleo.

Profundas heridas luego de las inundaciones

Hace dos años, en Sierras Chicas (Villa Allende, Río Cevallos, Unquillo) el agua se llevaba todo lo que había en las viviendas de los trabajadores. Sucede que en esa zona los terrenos son más baratos que en ciudad capital, por ello con el crédito del PROCREAR o con algunos ahorros muchos trabajadores fabriles compraban ahí un lote y se iban armando su casa.
La especulación inmobiliaria, y la falta de planificación generó un cambio radical de esa zona, sumado a ello la falta de infraestructura de calidad ( ya que las obras públicas en general se utilizan para el lavado de dinero) y la tala de árboles a nivel provincial y mundial, generó que muchas familias obreras perdieran todo.

La destrucción del bosque nativo perjudica al pueblo

Los ricos pueden elegir los mejores lugares para vivir, nosotros no.
Mientras sale este periódico, el 1 de marzo está convocada una nueva movilización por las calles de la ciudad, a la que iremos planteando que no creemos en el nuevo proyecto presentado por las asociaciones agrarias. En Córdoba sólo queda el 4% del bosque nativo, es decir sólo 500 mil hectáreas, entre 1998 y 2014 se deforestaron 295.005 hectáreas. Y el proyecto para el “Reordenamiento Territorial del Bosque” que presentaron a fin de año las corporaciones agrarias no sólo reducía las áreas protegidas, sino que habilitaba el desmonte con químicos, para implementar más ganadería. Recordemos también que la carne de primera se exporta.
Se afectaría a 2 millones de hectáreas, y es una modificación del mapa de bosques con un cambio de criterio político en cómo se administra, porque el Ministerio de Ambiente ya no regularía más, sino que pasaría a hacerlo el de Ciencia y Tecnología. En palabras de unos de los dirigentes de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (CARTEZ) esto viene a “quitar la ideología” al momento de pensar el territorio cordobés.
Está demostrado que el imperialismo no es más que destrucción, los trabajadores y el pueblo debemos tomar en nuestras manos la planificación de la sociedad.