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Chevron y los yanquis escriben nuestras leyes

Se cae a pedazos el edificio construido con ladrillos de mentiras acerca de nuestra independencia y soberanía.
La Ley de Hidrocarburos, presentada ante todos nosotros como la ley que iba a permitirnos recuperar la soberanía y el autoabastecimiento energético, fue una exigencia de Chevron para invertir en Vaca Muerta.

Nuestras leyes se escriben en inglés

Se conoció la existencia de numerosos “documentos, redactados en ingles y estrictamente confidenciales”1 que formaron parte de la negociación entre Chevron e YPF en los cuales la multinacional yanqui delineó las condiciones que pretendía para sus inversiones.
Como venimos denunciando desde Avanzada Socialista, la ley contiene muchos puntos que garantizan a Chevron y demás “inversiones” petroleras que puedan llevarse sus ganancias al exterior sin reinvertir en el país, incluyendo un tope del 12% en los impuestos y regalías que deberán pagar, así como también la extensión de las concesiones a 35 años. Para completar, la petrolera yanqui  podrá retirarse de las operaciones sin ningún tipo de penalización y, como si fuera poco, aunque se retire seguirá cobrando el 50% de los beneficios de la producción. Y como si el fallo del juez Griesa sobre los fondos buitres no hubiese sido suficiente, nuevamente existe una cláusula que coloca cualquier disputa o desacuerdo entre el país y las petroleras bajo la ley de Nueva York y de los tribunales de la Cámara de Comercio Internacional, con sede en Francia.
Todas estas cláusulas y garantías fueron condiciones que Chevron y las multinacionales petroleras impusieron al país a través de esos documentos secretos para invertir en Vaca Muerta.

El Gobierno y el Congreso traducen al castellano las exigencias de Chevron

Haciendo caso a las exigencias de Chevron, el Gobierno se apresuró a emitir decretos y redactar las normas que “legalizan” la continuidad del saqueo. De esta manera, aquellos documentos “confidenciales” y “en inglés” se tradujeron en los decretos 1208/13 y 929/13, en la reforma y promulgación de la Ley Provincial 2687 de la provincia de Neuquén, coronando esta maratón legislativa con la Ley 27007 de Hidrocarburos que el Congreso aprobó el pasado 30 de octubre, gracias a la mayoría parlamentaria K que lo hizo en tiempo récord.
Los diputados de Massa, Macri o los radicales, siendo parte de este circo donde el Congreso es un instrumento de las multinacionales extranjeras, se limitaron a votar en contra con el argumento de que no se los había tenido en cuenta para el debate y, que como siempre el Gobierno no quería consensuar con ellos. Lejos de denunciar la entrega de nuestros recursos, reclamaron querer ser parte activa de dicha entrega.

Un país sometido a las reglas del imperialismo

Las condiciones que ahora gozan Chevron y las multinacionales petroleras en nuestro país son el resultado de años de saqueo, desinversión y sometimiento económico y político que el imperialismo ejerce sobre los trabajadores y pueblos del mundo, entre ellos nuestro país.
Son el resultado de la privatización de YPF en los años ‘90, del saqueo que hizo Repsol de nuestros recursos naturales durante casi 20 años con la complicidad de los gobiernos de turno, incluidos el de Néstor y Cristina. La utilización de un sistema de extracción sin ningún tipo de inversión es el que tuvo como resultado la pérdida de nuestro autoabastecimiento energético, y como si fuera poco el Gobierno indemnizó a la petrolera española con millones de dólares.
Aunque parezca difícil de creer, estas políticas, que son llevadas adelante por el imperialismo tienen por objetivo poner en pie un mecanismo perverso de sometimiento para expoliar a los pueblos. La pérdida de nuestro autoabastecimiento energético, así como nuestro endeudamiento externo son objetivos permanentes para que tengamos que recurrir a nuevos créditos e “inversiones” por parte de ellos, y nos veamos obligados a aceptar las condiciones que nos imponen.
Por eso es que hoy, para volver a acceder a “créditos internacionales” (o sea, endeudarnos todavía más), los buitres exigen que les paguemos todo; esta es la gran explicación que el kirchnerismo hace para justificar que siguen entregando nuestros recursos a Chevron, Exxon y otras grandes multinacionales. Y el colmo de los colmos es que el fondo buitre Black Rock fue denunciado por Cristina cuando lo vinculó con el cierre de la gráfica Donnelley, aunque evitó comentar que es socio del Estado argentino en YPF, muy interesado en los yacimientos de Vaca Muerta.
Aunque quieran convencernos que esta nueva legislación es para recuperar nuestro abastecimiento energético, esta afirmación no se condice con la votación del presupuesto para 2015 que prevé un gasto de centenares de millones de dólares para la importación de nafta  sólo para satisfacer el mercado interno2. Sin mencionar que además, esta importación implica un negocio millonario para las petroleras porque es nafta exenta de impuestos.
Mientras los trabajadores de todo el país deben pagar un 21% de impuesto a través del IVA a todos los alimentos y productos que necesitan para vivir, o los que pueden conseguir algunos aumentos salariales son alcanzados por el impuesto a las ganancias, gracias a la nueva Ley Chevron las petroleras, que recaudan millones de dólares, pueden girar sus extraordinarias ganancias al exterior, o pagar sólo el 12% de regalías.
Organizar la pelea junto a todos los trabajadores, para obligar al Gobierno a romper con este sometimiento y avanzar en nuestra verdadera soberanía energética es nuestro camino a seguir y desde el PSTU estaremos a disposición de organizarla y ser parte de ella.

Notas:
1 http://www.lanacion.com.ar/1742479-chevron-condiciono-el-acuerdo-con-ypf-a-la-reforma-de-leyes-clave
2 http://www.lanacion.com.ar/1740566-detras-de-la-importacion-de-nafta-premium-se-esconde-un-negocio-millonario-para-las-petroleras

 

 

¿Recuperamos YPF?

El debate público que generó el conocimiento de algunas cláusulas secretas del acuerdo YPF-Chevron dejaron al descubierto las mentiras de los inflamados discursos soberanos del Gobierno Nacional. Las grandes campañas de La Cámpora o la JP que invadieron los espacios públicos con afiches acerca de la recuperación de YPF se deshacen al calor de las últimas noticias y las propias declaraciones de los funcionarios públicos. Desde los altos cargos nacionales, para justificar el acuerdo, asumen que YPF es una “sociedad anónima que cotiza en la bolsa de Nueva York”, para Capitanich y Galuccio no hay cláusulas secretas, sino confidencialidad entre empresas privadas.
Cuando se inició el proceso de expropiación del 51% de las acciones de la petrolera, desde el PSTU dijimos que si el Gobierno no iba por el 100% estatal y con control de sus propios trabajadores, ese pequeño paso de recuperación sería no sólo insuficiente, sino que más temprano que tarde se volvería en contra del propio pueblo argentino. Estos últimos acontecimientos nos dan lamentablemente la razón. Si no hubiera capitales privados multinacionales en YPF ¿sería necesario sancionar esta ley? Si la petrolera en realidad fuera totalmente nuestra, el Congreso debería estar sancionando leyes que garanticen entonces el autoabastecimiento energético, que destinen las fabulosas ganancias que generan los hidrocarburos para invertir en salud, educación, obra pública, generación de empleo y un largo etcétera.
Si parte de los fondos buitres no serían accionistas de YPF1, nuestros recursos naturales no serían blanco tan fácil en la extorsión que significa el pago de la deuda externa.
Recuperar nuestra soberanía hidrocarburífera es recuperar toda YPF, es no darle un peso a los especuladores que tienen el 49% de las acciones y es necesario que los propios trabajadores controlen el funcionamiento de la petrolera para que de verdad avancemos en que los recursos naturales sean nuestros, y no del imperialismo a través de falsos discursos soberanos.

Plan de lucha de las CGTs y CTAs para recuperar nuestros recursos

Los trabajadores petroleros están mostrando el camino en la lucha contra el Impuesto a las Ganancias al lograr que sus patronales, que ganan, como explicábamos antes, millones de dólares de manera cotidiana, se hagan cargo de ese importe expoliador. Esta pelea ha incentivado también a otros sectores y debería ser tomada por las centrales sindicales, pero la lucha por la recuperación de todo nuestro salario esta íntimamente ligada a la lucha por la recuperación de nuestros recursos naturales. Otra sería la situación de los trabajadores argentinos si la producción hidrocarburífera fuera estatal, no habría excusas para aplicarnos el mínimo no imponible, no tendríamos que pagar excesivas facturas de gas y ni que hablar de los precios de la nafta y los productos de primera necesidad, que se ven afectados por el valor del combustible.
Es por estas razones que la movilización para derogar la ley Chevron e imponer la estatización de los recursos petroleros debería ser fundamental para los dirigentes sindicales, pero lamentablemente no es así debido al involucramiento de éstos en los negociados con las petroleras y los gobiernos provinciales. Desde el PSTU llamamos a todos los nuevos delegados, a las comisiones internas combativas y a todos los trabajadores a que tomen esta exigencia en sus manos. Tenemos que obligar a las conducciones gremiales traidoras a que rompan sus acuerdos patronales y se pongan a la cabeza de impulsar un plan de lucha por estas reivindicaciones. En ese sentido las bancas obtenidas por el FIT, así como la influencia política en un importante sector de la población deben estar al servicio de esta batalla, y no sólo para la presentación de proyectos de ley alternativos, sólo la movilización podrá dar esta dura pelea contra el imperialismo y los lacayos nacionales que habitan las gobernaciones y los sindicatos.

Notas:
1 http://www.lanacion.com.ar/1719223-el-fondo-acusado-por-la-presidenta-es-accionista-de-ypf

 

 

Para recuperar nuestra soberanía:

Resulta cada vez más evidente que aceptando este mecanismo que nos impone el imperialismo, a través del Gobierno supuestamente “nacional y popular”, estamos cada vez peor y más sometidos.
No hay posibilidad de negociación justa. El imperialismo aprovecha nuestras necesidades (consecuencias de aplicar sus recetas y políticas) para imponernos sus condiciones a cambio de su “ayuda”.
Es decir, aprovecha nuestra crisis energética, que es consecuencia del saqueo a que nos sometieron durante años, para imponernos las condiciones de la Ley de Hidrocarburos, que significa hipotecar nuestro petróleo y recursos naturales por más de 30 años.
No se puede recuperar ni un ápice de nuestra soberanía si no se rompe de raíz con este “circulo vicioso” que significan la deuda externa y las “inversiones” de las multinacionales.
Resulta cada vez más claro para millones de trabajadores  que las intenciones de este Gobierno no son sacar los pies de este plato, si no profundizar la complicidad con los planes de saqueo y ajuste del imperialismo.
Desde el PSTU decimos que sólo es posible recuperar nuestra independencia económica y política si nos sacamos de encima al imperialismo y derrotamos los planes de ajuste de los gobiernos cómplices, peleando por la estatización sin pago y con control obrero de todos los recursos naturales y por el no pago de la deuda externa. Esa plata, que hoy se va a los usureros internacionales, se utilizaría en la reactivación de la industria hidrocarburífera y para solucionar todos los problemas estructurales del país (laborales, de infraestructura, de salud, de educación, etc.).
Desde el PSTU estaremos en primera fila en esta pelea junto a todos aquellos que estén dispuestos a luchar realmente por nuestra independencia y soberanía, y seguiremos levantando un programa de medidas de fondo, las únicas que pueden garantizar de verdad la soberanía energética para el pueblo argentino y las generaciones venideras.

• Anulación de la reciente Ley de Hidrocarburos 2014 y de todas las concesiones de áreas petroleras y gasíferas.

• Anulación de la provincialización de 1994, el Código de Minería de 1921 y todos los acuerdos y renegociaciones.

• Nacionalización y estatización de todos los hidrocarburos. Expropiación sin pago de todas las empresas, tanto multinacionales como nacionales.

• No al pago de la fraudulenta deuda externa y con esos fondos reactivar la exploración, las industrias hidrocarburíferas y las energías alternativas.

• Por una gran empresa estatal nacional de hidrocarburos, monopólica y bajo control de los trabajadores.

• Cancelación de las exportaciones de hidrocarburos, priorizando el consumo interno presente y futuro.

• Defensa de los derechos de los trabajadores del petróleo y el gas: estabilidad, salario, pase a convenio petrolero de los tercerizados, jornada de 8 horas sin baja salarial, anulación del impuesto al salario, etc.

• Dar una salida de fondo a la crisis energética, sin destruir el medio ambiente con el fracking.

 

19 de noviembre de 2014