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DAVID RAMALLO Y LA LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD

Un 9 de septiembre de 2016, una plataforma elevadora de la cabecera de Barracas de la Línea 60 (operada por la empresa DOTA), cedía al peso de un colectivo; que cayó sobre David Ramallo, quitándole la vida. Las pericias posteriores demostraron que la plataforma no era apta para esa tarea, hecho conocido y denunciado por los trabajadores; pero la empresa obró de manera criminal, priorizando asegurarse su ganancia reduciendo costes en materia de seguridad. Sin embargo, pese a esas pericias que demostraron el nulo interés de la empresa por la vida de trabajadores y pasajeros, la justicia viene tratando de cerrar la causa y garantizar la impunidad de DOTA: otra demostración de que el poder judicial está el servicio de los patrones.

 

David Ramallo fue uno de los cientos de trabajadores y trabajadoras asesinados cada año por la desidia empresarial. Una práctica criminal tan extendida, que según el relevamiento del colectivo Basta de Asesinatos Laborales, durante 2020; cada siete horas falleció un laburante en su puesto de trabajo. Tan extendida que, de hecho, el mismo día en que murió Ramallo; también murieron Diego Soraire (trabajador del INTA) y Richard Alcaraz (obrero de la construcción), ambos, víctimas de los mal llamados “accidentes laborales”. 

Y si a estas muertes les sumamos los desastres provocados por la desidia, codicia o corrupción, tanto aquellos que pasaron a la historia como hechos trágicos- Cromañón, Once, LAPA, el taller de Luis Viale-, como aquellos cuyas consecuencias se verán a largo plazo- megaminería, fracking-; queda en evidencia el carácter criminal del empresariado argentino y multinacional, queda claro que, para ellos, nuestra vida y nuestra salud son recursos descartables.

Sin lucha no hay justicia

La muerte de David desató una lucha que transformó a su figura en un símbolo de la pelea contra los asesinatos laborales. Su familia y compañeros no dejaron de pelear ni un solo día para conseguir justicia. A pesar de que la patronal persiguió fuertemente a sus compañeros de la cabecera de Barracas. A pesar de las maniobras judiciales y los intentos por cerrar la causa; como el desplegado en este mes de agosto por el propio fiscal de la causa.

Y es que ese es el único camino. No se puede esperar nada bueno de un poder judicial servil a las patronales, ni tampoco de los gobiernos de turno; ya que estas instituciones están comprometidas en el encubrimiento de las prácticas criminales de la patronal. La única manera de alcanzar la justicia es doblándoles el brazo a estas instituciones, tomando la calle con unidad, organización y sobre todo lucha.

Terminar con los asesinatos laborales

La lucha por justicia para David Ramallo es una de las tantas luchas para que las patronales asesinas paguen por los trabajadores asesinados; y todas enfrentan un enemigo en común: el cerco de impunidad con el que el poder judicial y el gobierno protegen a los empresarios.

Por eso, se hace necesario unir todas esas luchas en una gran lucha contra la criminalidad e impunidad patronal, que obligue a los sindicatos a romper su complicidad y tomar seriamente los asuntos referidos a la seguridad e higiene en lugares de trabajo, alentando la elección de delegados específicamente encargados de esos reclamos, enfrentando a cada empresa que atente contra la seguridad y la salud de sus empleados, y convocando asambleas en cada lugar de trabajo para debatir estas problemáticas; uniendo a todos los trabajadores para luchar hasta que ni un solo laburante muera trabajando.