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DEBATE SOBRE LA SOLIDARIDAD: SANTI MARATEA Y EL ROL DEL ESTADO

El borrador del acuerdo con el FMI completo

Los incendios forestales que se produjeron durante enero y febrero en la provincia de corrientes causaron la destrucción del 10% de la provincia causando la devastación de la flora y fauna de la zona.

Mientras los focos de incendio iban creciendo (desde septiembre de 2021) el gobernador radical Gustavo Valdés se encontraba de vacaciones en Punta Del Este. Por su parte el Gobierno Nacional, a través de su reconocido Ministro de Medio Ambiente Juan Cabandié, echaba culpas a Valdés y a Macri en discusiones por Twitter y declaraciones poco felices. Recién en enero ofreció una partida presupuestaria para el combate a los incendios y una ayuda a los productores. Tardó meses en llegar.

En ese marco aparece el reconocido Influencer Santiago Maratea, famoso por sus colectas para distintas causas, quien en esta ocasión juntó alrededor de 180 millones de pesos para comprar camiones de bomberos y demás elementos para el combate del fuego.

Esta colecta generó debate sobre el rol que tiene que cumplir la sociedad y el Estado en este tipo de catástrofes.

 

¿La solidaridad es un fenómeno nuevo?

 

Ciertos sectores, fundamentalmente juntos por el cambio y sus medios de comunicación afines, buscan poner en un pedestal a Maratea. Sería el hombre que hace lo que la política no. Pero el pueblo argentino ya cuenta con varios ejemplos en su historia.

La guerra de Malvinas tal vez fue uno de los mayores ejemplos de solidaridad del pueblo donde durante y posterior a la guerra se juntaron mas de 54 millones de dólares más alimentos y ropa para los soldados. Fueron un símbolo las mujeres en el obelisco tejiendo bufandas, entregando pertenencias, etc. Además de miles de trabajadores y trabajadoras que se anotaron como voluntarios para ir a la guerra.

Otro ejemplo tal vez menos conocido es la solidaridad de la clase obrera argentina con la guerra civil española: “Para septiembre del 37 se envían casi 100 toneladas de carne, 11 de harina y decenas de bolsas de azúcar. Y el mes siguiente fletan un barco entero con víveres, que ayuda en Barcelona para la creación de un comedor diario de más de 200 personas. Lo mismo en Madrid, donde el ayuntamiento agradece en varias oportunidades la solidaridad argentina.

Para marzo de 1938, lanzan un plan sanitario para adquirir 140 ambulancias, con su instrumental completo, mesa de operaciones y sangre para 400 trasfusiones. La idea parece imposible pero para junio se envían 9 y en noviembre 34”1.

Al igual que el centro republicano español de mar del plata quienes realizaban actividades como asados, pic-nics, bailes y proyecciones de películas para enviar mensualmente 4000 raciones.

 

Por una solidaridad que moleste al poder

 

Fue desafortunado el comentario del presidente Alberto Fernández refiriéndose a que lo hecho por el gobierno no era publicado en Twitter. Tratando de desacreditar la expresión solidaria que generó Maratea. Toda solidaridad frente a este tipo de catástrofes es válida, incluida la del influencer. Sobre todo si la prioridad del gobierno se encuentra en cerrar un acuerdo con el FMI y no en atender la catastrofe. Pero rechazamos la idea inflada por los medios hegemónicos del salvador rubio de ojos claros. Creemos en la solidaridad de los trabajadores y trabajadoras que organizan rifas en las fábricas para pagar el remedio de un hijo enfermo, en los vecinos y vecinas que organizan bingos para ayudar a quien se le prendió fuego la casa, esa organización que se tranforma en lucha por derechos y es esa organización a la que le tiene miedo el poder.

1- Ernesto Goldar, Los argentinos y la guerra civil española