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DEFENDAMOS LA RAMA INICIAL

La Educación Pública en la provincia de Buenos Aires está viviendo una crisis fenomenal, como producto de años de fracasadas reformas educativas, sumado a la pandemia del Covid-19, la excusa que dio el marco perfecto para aplicar el brutal ajuste que tenían pendiente los últimos gobiernos: falta de inversión educativa que se refleja en infraestructura pobre y deficiente, ninguna construcción de escuelas y jardines, aplicación de trabajo docente precarizado,  irregularidades en el cobro de los salarios y una cola de etc.

En este panorama el Nivel Inicial es, inevitablemente, parte de esta situación. Eso se refleja día a día porque el trabajo que hacen las y los docentes de los Jardines no es respetado ni valorado: trabajan con miedo y se convirtieron en “aplicadores de políticas de cuidado”. Antes eran educadores, trabajaban con el conocimiento.

Para un país que se dedica a exportar materias primas y recursos naturales como producto de la expoliación y el profundo daño ambiental, el conocimiento, también se convierte en parte de saqueo imperialista. Es por eso que el nivel de carencias que vivimos en las comunidades más pobres del conurbano se refracta en una de las pocas instituciones estatales que, a pesar de todo, aún está de pie, la Escuela y el Jardín público, quienes reciben los reclamos y el malestar cotidiano.

Una bomba de tiempo educativa

Cuando decimos que estamos dentro de una situación a punto de explotar, es literal.

El último 3 de mayo vivimos en La Matanza un ataque a los trabajadores del Jardín de Infantes del barrio Nicole de Virrey del Pino. Un grupo de padres, vecinos y organizaciones del barrio se hicieron presentes en el Jardín, en respuesta a una denuncia de abuso de una niña, que caía sobre un auxiliar de esa escuela. La manifestación popular que se dio fue muy fuerte y violenta, con  acusaciones, amenazas, insultos, golpes, gases. Y fueron parte de un conjunto de acciones que pusieron en riesgo la vida de las y los compañeras/os que quedaron atrapadas/os adentro de la institución.

Durante casi 8 horas estuvieron sufriendo esa situación de rehenes. Autoridades educativas del distrito estaban allí, dentro y fuera; se hicieron presentes los delegados y activistas docentes de la zona, las familias de los trabajadores, medios de comunicación, algunos de los cuales actuaron de francotiradores del amarillismo de la noticia, y la policía. Las autoridades distritales se demoraron en actuar para facilitar el retiro de las y los compañeras/os que se encontraban dentro.

La tensión aumentaba minuto a minuto; entonces, se lanzó una gran represión hacia la comunidad del barrio que duró varias horas. En ese momento las y los trabajadoras/es pudieron ser sacados en patrulleros que se ubicaron en la puerta del Jardín.  Pasaron largas horas declarando en las comisarías de la zona acompañadas por la Directiva de SUTEBA.

El día 4 de mayo, el Jardín fue intervenido por inspectores con equipos de psicología para dar inmediata respuesta a la comunidad. No así a las y los trabajadoras/es del Jardín, que fueron separados de sus cargos.

Respuesta de los docentes

La reacción del conjunto de las/los docentes del distrito se dio inmediatamente con una gran movilización a la Jefatura de Inspección como hacía muchos años que no se daba, miles de guardapolvos cuadrillé decían: “con los niños y niñas NO, con las y los trabajadores de la educación, TAMPOCO”. Acompañados por maestros y profes de todas las otras ramas de la educación, fueron recibidos por autoridades que poca respuesta dieron, y en asamblea se resolvió convocar a un paro para el día 5 y reclamar la presencia de la directora de la Rama Inicial, Patricia Redondo.

La movilización y el reclamo continuaron vivos durante las jornadas del 5 y 6 de mayo. Cruzados por las elecciones sindicales del SUTEBA y la inoperancia de las autoridades educativas, se convocó a una marcha a La Plata para el día 13 de mayo donde convergimos con docentes, en su mayoría del nivel inicial, de los distritos de Berazategui y Quilmes, que se presentaron allí por la misma situación que estamos atravesando en La Matanza. Aquí se confirma que el panorama de crisis y estallidos sociales en los Jardines y Escuelas es generalizado y que las acciones que debemos plantearnos también.

Organización y unidad: la pelea es una

La situación actual es de desconcierto. Las autoridades no se hacen responsables de los hechos, las docentes no tienen resuelta su situación laboral y la dirigencia sindical está ocupada, disputando su liderazgo.

En los Jardines parece que todo sigue “normalmente”. En el sentimiento profundo de cada docente, algo se rompió: la confianza, la comunicación, el trabajo colectivo.

Debemos pararnos ante esto con firmeza y organización, más que nunca, generar encuentros para buscarle una salida que permita la construcción de herramientas de todo tipo, políticas, sindicales, laborales, pedagógicas para aprender y sacar conclusiones de estas tremendas experiencias.

En ese camino estamos un grupo de compañeras que pertenecemos a una Comisión de Inicial dentro de la Lista Multicolor de La Matanza, que nos damos la política de ampliarnos: llamamos a que se sumen todas/os quienes quieran dar una batalla firme contra estas políticas de ajuste y de precarización, que provocan enfrentamiento con nuestras comunidades. La pelea es una, y para eso es necesaria la participación de cada Jardín, de cada Escuela, que, con el método de asamblea, discuta y proponga qué hacer y cómo afrontar estas situaciones. Le daremos batalla al Gobierno, a la burocracia sindical que lidera Roberto Baradel, y a todo lo que se nos ponga en el camino.

“Todas somos el Jardín 1000”

Lo dijo una compañera docente y esa fue la conclusión que resultó de la reunión que realizamos en La Matanza, el viernes 3 de Junio, con casi 50 compañeras conectadas en el “zoom”, para presentar sus problemáticas, proponer medidas de acción y concluir con resoluciones que apunten a la exigencia en todas las instancias.

En el marco del 3J “Ni una menos”, se colocó en la presidencia del encuentro a todas las mujeres que hoy no tienen voz, y se hizo un pronunciamiento contra los femicidios y la violencia machista.

Se arribó a propuestas más generales como: la construcción de polos educativos en las zonas más pobladas del distrito: Virrey del Pino, González Catán, Laferrere, Rafael Castillo.

¡¡Decimos Basta!! a las salas superpobladas, 20 estudiantes con una Maestra y una Preceptora. Exigimos nombramiento y ampliación de cargos en los lugares de mayor conflictividad, equipos de orientación en todos los Jardines, asignación de todos los cargos faltantes docentes, directivos y auxiliares. Asimismo, la necesidad de la creación de cargos para Maestras Integradoras, Maestros de Arte y de Educación Física. Inversión para infraestructura y comedor para todos los alumnos.

En relación con la situación de las compañeras del Jardín 1000 acordamos: la realización de una carta dirigida hacia la docencia del distrito, asistir a la cita con abogada de SUTEBA para resolver la condición laboral de cada una, solicitar una reunión con la directora de la Rama Inicial Provincial, Patricia Redondo. Exigimos al Sindicato que un grupo de especialistas del Centro de Salud asista inmediatamente a las compañeras, que la investigación de lo sucedido llegue hasta las altas autoridades y se determine su responsabilidad.

Se estableció desarrollar la elección de delegados en todos los Jardines de Infantes durante la semana el 6 al 10 de junio. Se articuló una red por zona con el objetivo de comunicar y estar alerta para actuar de conjunto ante nuevos conflictos.

¡A redoblar las fuerzas para llevar a cabo estas tareas y por la defensa de la Escuela  Pública!