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EN MEDIO DE LA PANDEMIA EL GOBIERNO PAGA DEUDA Y OFRECE AYUDA A LOS USURPADORES

Faltan insumos, elementos de seguridad. Con salarios miserables los trabajadores de la salud enfrentan al coronavirus. No se hacen test masivos, porque “son muy caros”, la cuarentena obliga a millones de trabajadores cuentapropistas a aceptar subsidios que no alcanzan para lo mínimo, y todos los trabajadores padecemos una brutal crisis, mientras el gobierno es “solidario” con los usurpadores y piratas.

El 2 de abril de 1982, hace ya 38 años, tropas argentinas desembarcaban en las Islas reivindicando su soberanía. Una dictadura genocida, pro imperialista, terminaba enfrentando, nada menos que militarmente al imperialismo inglés y sus socios. ¿Qué había pasado?

La dictadura instaurada a sangre y fuego en 1976, se debatía en una profunda crisis económica y política perdiendo su base social más importante, la clase media. Esta  se sumó a la resistencia de la clase obrera y sectores populares, que pese al freno de los dirigentes sindicales, resistía a los ataques del régimen en forma aislada por fábrica y lugares de trabajo. Pero el 30 de marzo de 1982 un sector de la CGT se vio obligada a llamar a una movilización a Plaza de mayo, que terminó con enfrentamientos físicos a la represión policial. 2 días después se producía el desembarco en las islas.

Como diría N. Moreno: “La iniciación de la guerra (…) fue una maniobra de los elementos más desclasados y reaccionarios del régimen encaramados al gobierno de Galtieri. Su objetivo más importante fue tratar de desviar hacia los ingleses el odio popular contra la dictadura…” (1982, comienza la revolución)

Una movilización anti imperialista en el país y Latino América 

Pero sin quererlo desataron una fuerte movilización anti imperialista, primero contra los piratas ingleses y después contra los yanquis y todo el imperialismo que corrieron en auxilio del invasor inglés. 

La dictadura y los sectores burgueses que la apoyaban creyeron que los yanquis respaldarían el reclamo sobre Malvinas, por ser alcahuetes y serviciales en la represión en América Central y permitirles rapiñar nuestras riquezas. Creyeron que sería un “paseo militar” y que ganarían en la mesa de negociaciones. Se equivocaron. El imperialismo no podía permitir ser desafiado militarmente por ningún país dependiente. A partir de ese momento, los militares quedaron atrapados: enfrentar militarmente hasta las últimas consecuencias al imperialismo o rendirse después de un enfrentamiento militar. 

Galtieri no tenía ninguna intensión de enfrentarse al imperialismo. Por eso no tomaron ninguna medida ni política ni económica contra los ingleses y sus socios en el país. Permitieron el desembarco de las tropas inglesas a pocos kilómetros de Puerto Argentino. Con esa actitud cobarde dejaron librados a su suerte a los soldados, suboficiales y algunos pocos oficiales que realmente estaban combatiendo.

Mientras, en las fábricas, lugares de trabajo miles de obreras y obreros juntaban dinero, cigarrillos y víveres para los soldados; se ofrecían voluntarios para combatir. La movilización antiimperialista en el país se enlazó con la creciente simpatía y movilización de los pueblos latinoamericanos dispuestos a poyar al país en su lucha: Cuba ofreció armas, al igual que Perú y voluntarios bolivianos. Músicos y otros artistas se solidarizaban con los soldados. Crecía el odio hacia el imperialismo y la exigencia a la dictadura para que tomara medidas contundentes contra el invasor. 

Al contrario de esto toda la burguesía y sus principales partidos de masas, radical y peronista, tuvieron una posición derrotista y por “la paz”. Su campaña por “la negociación”, coincidente con el Papa que vino al país a “pacificar”, justo cuando los ingleses comenzaban sus operaciones ofensivas en las islas y mataban a nuestros soldados. La movilización impulsada por la iglesia pidiendo “paz”, tuvo el apoyo de toda la burguesía y la participación de algunas corrientes de izquierda como el PC y PO que le hicieron el juego.

 La rendición vergonzosa de los militares acabó por unificar a todo el pueblo movilizado contra la dictadura, y esto provocó su caída y el comienzo de la revolución. Cayó Galtieri y su podrido régimen militar. Se abrió una etapa de amplísimas libertades democráticas y la convocatoria a elecciones. Radicales y Justicialistas apuntalaron al General Bignone como presidente, para que las masas no siguieran avanzando.

El papel de los partidos “populares y la izquierda

A diferencia de los llamados “progresistas” y sectores de “izquierda” que se negaron a apoyar la guerra contra el imperialismo anglo-yanqui e incluso hubo quienes apoyaron “la democracia” de los ingleses contra lo dictadura, los revolucionarios, de la corriente morenista en el PST dimos nuestro apoyo a la guerra contra el imperialismo pero sin apoyar a la dictadura, exigiendo la aplicación de una serie de medidas para derrotar a los piratas: Guerra económica sin cuartel; expropiación y confiscaciones de bienes ingleses e imperialistas en el país (Bancos, campos y empresas), no pago de las deudas, persecución y encarcelamiento de empresarios y CEOs ingleses y sus socios, ataque a la flota inglesa antes de su desembarco, llamado a todos los pueblos latinoamericanos y del mundo a enfrentar en forma unificada al imperialismo, entre otras medidas. La derrota de los piratas hubiera significado un fortalecimiento de las luchas de las masas contra el imperialismo en todo el mundo.  

Los piratas de ayer siguen siendo los piratas y usurpadores hoy

  Hace unas semanas el gobierno argentino le ofreció a su par inglés “colaborar con los habitantes a través del envío de alimentos frescos, insumos médicos o test para detectar el virus causante del Covid-19” y ofreció «disponer los medios para realizar vuelos humanitarios que sean necesarios y lugares de atención en centros médicos del territorio continental argentino» (Página12). A lo que los Kelpers respondieron rechazando ese ofrecimiento que si necesitaban ayuda “le pedirían el Reino Unido”.

Los habitantes actuales de nuestras Malvinas, son usurpadores, desde 1833 cuando los ingleses desembarcaron en las Islas, usufructuando negocios como la pesca, el petróleo y otras actividades, protegidos por un ejército de ocupación, una base militar de varios miles de soldados y sofisticado armamento.

Es inconcebible que a 38 años de la vergonzosa rendición militar, con más de 700 pibes argentinos muertos centenares de mutilados y el fortalecimiento de la dependencia económica de nuestro país en relación al imperialismo un gobierno que se dice nacional y popular ofrezca “solidaridad” al usurpador y asesino de nuestros soldados, máxime en medio de una crisis económica profundizada por la pandemia. 

Hoy como ayer debemos repudiar cualquier “solidaridad” con el usurpador. Debemos seguir exigiendo: ¡Fuera ingleses de Malvinas! ¡Fuera el imperialismo de Argentina y América Latina! Ni un dólar a los piratas ni a los banqueros ¡Plata para salud e insumos necesarios para enfrentar la pandemia y sus consecuencias!  

 

02 de Abril de 2020.-