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ENTRE PANDEMIAS Y GRIETAS

Ya está fuera de discusión la presencia de la segunda ola en el país. El colapso sanitario ya se percibe en varias zonas del país como Capital Federal, Rosario y varios municipios del conurbano bonaerense.

Aunque lo que predomina en los discursos políticos es que los niveles de contagios en  las industrias y transporte son muy bajos,  la realidad muestra todo lo contrario y los trabajadores se ven obligados a exponerse ellos y sus familias, a costa de la ganancia patronal. Según la Superintendencia de Riesgo de Trabajo (SRT) ya murieron más de 1.100 trabajadores registrados y 270 mil fueron contagiados en su lugar de trabajo. Este dato no tiene en cuenta a los trabajadores no registrados, en un país donde el empleo informal supera el 40%.

Por otra parte, la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y sectores populares es una expresión de que el Pacto Social sigue su curso. Hace una semana se reunió el Consejo del Salario encabezado por el Gobierno, la CGT, la CTA y la UIA para acordar un misero 35% en 7 cuotas del salario mínimo, vital y móvil, que recién en febrero del 2022 llegara a 29 mil pesos (ver página 8).

Para el Gobierno lo único que no tiene techo es el pago de la Deuda, de la que empiezan a acumularse los vencimientos, y busca cancelarlos a cualquier costo.  Un ejemplo es el Club de París por la suma de 2.400 millones de dólares, a pagar como límite a finales de julio. Es en torno a ésta y otras deudas que el Ministro de Economía, Martín Guzmán estuvo de gira por el exterior.

La grieta interna

En estas semanas, además de la disputa Nación-CABA respecto de la presencialidad, el centro de los elementos de crisis política estuvo focalizado en el fuero interno del Frente de Todos y hasta se llegó a hablar de la posibilidad de salida del Ministro Guzmán. 

El plan del Ministro consiste en sostener a como dé lugar el plan de ajuste que expresaba el Presupuesto 2021, para lo cual bajo ningún punto de vista se puede parar la economía.

Parte de esto es que para cumplir con los pagos de Deuda, es necesario achicar al máximo los subsidios a energía, gas y asistencia (asignaciones sociales, ATP, IFE etc.) profundizando este ajuste. Y se espera muy expectante la asignación extraordinaria del FMI que es alrededor de 4.300 millones de dólares, por Derechos Especiales de Giro, una cesión de aportes de los principales países controladores del organismos pero para reforzar las Reservas del Banco Central y pagar “Deudas vencidas y a vencer”, primordialmente intereses. 

Por el otro lado, un ala considerada más dura plantea sostener la asistencia (que es menor que el año pasado) y la hacer la eliminación de subsidios de manera escalonada. Esta crisis llegó al punto álgido de un ultimátum por parte de Guzmán quien quiere que saquen de su cartera al Subsecretario de Energía, Federico Basualdo, hombre de La Cámpora. 

Aunque al cierre de esta edición esos rumores dejaron de correr y el Frente de Todos se mostró unido en sus diferentes alas, en un acto en Ensenada, es un hecho que el carácter de gobierno de alianza entre distintos sectores, en la medida que el panorama se complica, se hace más evidente y es probable que estos episodios se vuelvan cada vez más recurrentes. Lo que sí está muy claro es que ambas opciones, una de golpe y otra en cuotas, se traducen en ajuste para el pueblo trabajador.

Relaciones peligrosas

En cuanto a la política internacional y a pesar de los discursos sobre la soberanía nacional que seguramente escucharemos en conmemoración del 25 de Mayo, los Fernández apuestan a las relaciones con el nuevo Gobierno de EE.UU., que muy rápidamente tuvo su visita en el país a través de Craig Faller, Jefe del Comando Sur yanqui. Y que donó 3 millones de dólares para la emergencia sanitaria e hizo la promesa de enviar al país las vacunas sobrantes de EE.UU.

Esas migajas de Estados Unidos tienen como único objetivo controlar el sur del Mar Argentino frente a la ola de barcos pesqueros chinos en la zona.  Este cipayismo por parte del Gobierno es una muestra de lo dispuesto que está a entregar aún más la soberanía argentina. Otra muestra actual de eso es la mantención de la privatización de la Hidrovía que recientemente obtuvo una nueva prórroga (ver página 11).

El telón de fondo

Es cada vez más evidente que el telón de fondo de toda la escena política nacional es el inicio del circo electoral. Sin duda la mayor expresión de eso se dio alrededor de la discusión sobre las clases presenciales cuando en realidad hace dos meses estaban Fernández, Larreta y Kicillof anunciando juntos el regreso de la presencialidad. Larreta tomó esta disputa con el fin de ubicarse como único referente de la oposición frenando cualquier posibilidad a Bullrich y Vidal quienes lo acusaban de estar alineado con el Gobierno Nacional. 

También en la disputa interna del FdT se expresa la preocupación por qué pasará con la elección de medio término que se aproxima. 

De este lado 

En las últimas semanas se dieron una serie de reclamos de distintos sectores de trabajadores sobre la distribución de las vacunas, ya que varios de estos sectores entran en la categoría de esenciales. Como fue el caso de los choferes de colectivos con un corte por parte de los trabajadores de la línea 60 que ven que a escasos metros de sus puestos de trabajo se producen más de 40 millones de dosis que son exportadas por el dueño millonario del laboratorio argentino mAbxience, Hugo Sigman, a quien nuestro país le compró 4 millones de dosis y de las cuales hasta ahora la Argentina no recibió ni una sola (ver página 4). 

Pero también hay sectores de trabajadores dispuestos a romper el techo salarial, como es el caso de los trabajadores vitivinícolas que después de una enorme lucha lograron un 62% de aumento, o los trabajadores de la Salud de Neuquén, que pasaron por encima a su conducción y con autoorganización y métodos de acción directa, cortando las rutas y la entrada al yacimiento de Vaca Muerta lograron un aumento del 53%. 

Estos ejemplos muestran que no solo es posible romper con el Pacto Social, sino que es necesario para el conjunto de la clase trabajadora. En última instancia el resultado de las peleas en curso determinará si podremos frenar los ataques que todos los sectores patronales, aun con sus matices, acuerdan que hay que continuar.