Ecobolsas, stands de empresas privadas, charlas motivacionales. Muchas ilusiones de trabajo genuino. Promesas de generar 20 mil empleos en blanco. Largas horas de cola bajo la lluvia y el resultado: incrementa el desempleo juvenil (25%, la tasa más alta de América Latina).
A fines de mayo se llevó a cabo la tercera edición de la Expo Empleo Joven, una de las grandes ideas del gobierno de la ciudad para sacar de la desocupación a la juventud. Larreta prometió 20 mil puestos de trabajo en un fin de semana, cuando en su gestión generó menos de 13 mil.
Se calcula que alrededor de 200 mil jóvenes entre los 18 y 29 años se acercaron esperanzados al predio de la rural donde se encontraron con empresas que les pedían tener título universitario completo y experiencia en el rubro, con salarios promedio de $9000, o una detallada indicación de cómo podían cargar sus datos en la página web de la empresa y que “pase el que sigue”.
Aparentemente las empresas privadas a las que el gobierno se alía piden trabajadores experimentados cuando hay un mercado laboral que nos expulsa, e intentan tapar la situación crítica en la que se encuentran los jóvenes con pantomimas como esta expo, adonde se calcula que se invirtieron 15 millones de pesos (un tercio del presupuesto porteño estipulado para políticas para la juventud).
Por si fuera poco, la frutilla del postre fueron las charlas motivacionales. Claro, porque toda situación estructural es “solo una cuestión de actitud” frente a las entrevistas. Hasta Cumbio, presentada como una de las primeras influencers del país, nos explicó que ante la falta de trabajo tenemos alternativa de no morir en la pobreza al hacernos youtubers, o instagramers.
Queda claro que no existe ninguna política del gobierno de la ciudad, y de la nación para sacar de la desocupación a los jóvenes. Nos cierran los profesorados, nos recortan los títulos universitarios, sube el dólar y crece la desocupación. Necesitamos trabajo en blanco con salarios igual a la canasta familiar. En el paro del 25J hagamos también oír nuestras voces.