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Ganancias para pocos, aumentos y cortes para todos

Como una nueva ofrenda a las empresas de energía eléctrica el gobierno de Macri a través de su ministro de Energía y Minería, J. J. Aranguren, anunció el primer aumento del año en las tarifas de la luz.

El mismo rondará entre el 60% y el 148% según el segmento que corresponda al consumo registrado por los usuarios. Regirá a partir del 1º de febrero aunque se desdoblará en las facturas de febrero y marzo ya que, en una nueva muestra de cinismo, “el gobierno quiere contribuir a una menor carga en los bolsillos” y afectará a 3.000.000 de usuarios residenciales de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano. En el caso del consumo industrial el aumento rondaría en el orden del 38%.
Pero el resto del país no se salvará de este “tarifazo federal” ya que Aranguren anunció un aumento del 37% en el costo de generación (energía mayorista) lo que impactará en todas las provincias.
Quien crea que con este nuevo aumento se acaba el ataque al bolsillo de los trabajadores y sectores populares está absolutamente equivocado: ya el Subsecretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga, anunció un aumento del 19% para noviembre y otro del 18% para febrero de 2018 para paliar los costos de distribución de las empresas (Edenor y Edesur por ejemplo) y no descartó nuevos aumentos para mantenimiento de las redes.

Ganancias para pocos, cortes para muchos

Apenas realizado el anuncio de este nuevo ajuste, “las manos invisibles del mercado” aplaudieron a rabiar y así lo hicieron notar con la suba de las acciones de las empresas. Tienen mucho para festejar, ya que a los aumentos ya otorgados y los por venir, debe agregarse el regalo que les hizo en noviembre el gobierno al perdonarles la deuda de $ 19.000 millones que las empresas eléctricas mantenían con CAMMESA, vaya casualidad la empresa estatal mayorista del mercado eléctrico (Edenor $ 1.229M, Edesur $ 429M entre otras).
Mientras tanto los cortes de luz son moneda corriente. Nada ha cambiado a pesar del terrible golpe al bolsillo con las tarifas que pagamos desde hace un año. El blindaje mediático al Gobierno y las empresas no puede ocultar esta realidad que vivimos millones de personas, sobre todo en Capital y Gran Bs. As. Las mejoras en la calidad del servicio no aparecen. Las empresas sólo publicitan las obras que se “pueden ver”: una subestación aquí, un nuevo transformador allá. Nada dicen del estado de las redes, que está colapsado por obsoleto. No hay una política de renovación del cableado, se realizan parche sobre parche en los cables que se queman y con material de segunda.
Lamentablemente las empresas y el Gobierno cuentan con el silencio cómplice de las dirigencias de Luz y Fuerza y APSEE (Personal Superior) que avalaron la entrega y el vaciamiento desde el primer día de la privatización y que hoy firman acuerdos salariales a la baja en consonancia con lo dispuesto por el Gobierno y Actas Acuerdos que significan la flexibilización lisa y llana.
Sólo con una empresa eléctrica estatal conducida por los trabajadores y los usuarios podrá cambiar esta realidad de fondo. Mientras tanto habrá que resistir estos ajustes y exigir que se eche atrás el tarifazo y un servicio como los trabajadores y el pueblo nos merecemos.