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JUBILACIÓN CON BENEFICIO PARA MADRES: ¿REPARACIÓN O PALIATIVO?

En agosto el Gobierno lanzó el Programa de Reconocimiento Integral de Períodos de Aportes por Tareas de Cuidado. Es un tema fundamental, principalmente para las mujeres trabajadoras y de sectores populares. ¿De qué se trata? ¿Aporta soluciones reales?

¿En qué consiste?

El  Decreto 475/2021 otorga este beneficio a mujeres en edad de jubilarse (60 años o más) y que sean madres, pero que no tengan los 30 años de aportes necesarios.

El Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado agrega: 1 año de aportes por hija/o nacida/o viva/o; 2 años de aportes por hija/o adoptada/o, siendo menores de edad; en forma adicional 1 año por hija/o con discapacidad y 2 años en caso de que haya sido beneficiaria de la Asignación Universal por Hija/o (AUH) durante 12 meses; también serán computados los plazos de licencia por maternidad o de excedencia (ampliación de la licencia por maternidad, pero sin goce de sueldo) a las trabajadoras registradas.

El Reconocimiento se puede complementar con las dos moratorias previsionales vigentes, a las que se conoce como “jubilación de ama de casa”. Esto es porque esas moratorias abarcan mayormente a mujeres que no realizaron aportes por dedicarse a tareas no remuneradas – domésticas y/o de cuidado- o  porque tuvieron trabajos precarios – sin beneficios sociales; o a trabajadoras registradas que sí  realizaron aportes pero incompletos.

Una medida limitada

Desde ANSES señalaron el propósito del Decreto del Gobierno: “Se busca reparar parte de las desigualdades estructurales que sufren las mujeres a lo largo de su vida y que están derivadas, en gran medida, de la sobrecarga de tareas de cuidado y de las inequidades en el mercado de trabajo que se acumulan en el largo plazo”.

Eso aplica hoy, en parte, a un 44% de las mujeres entre 59 y 64 años, que no cubren los años de aportes por las trabas que les han impedido, más que a sus pares varones, contar con un trabajo formal estable. Se estima un número de 300.000, de las cuales 155.000 podrían acceder al sistema previsional por aplicación de esta medida.1

Pero consideremos algunos de los problemas globales de los 6,2 millones de jubiladas y jubilados:

  • La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), reveló en base a datos de ANSES que entre quienes se jubilan por el régimen ordinario (trabajadoras/es en relación de dependencia), el 39,2 % cobra la jubilación mínima. El porcentaje de mujeres con la mínima, 49,3%, casi duplica el 26,4% que corresponde a los varones.2
  • Según el informe anterior, a marzo de 2020, de la totalidad de jubilaciones otorgadas (excluyendo especiales como docentes, investigadores o el Poder Judicial), el 55% implicó algún tipo de moratoria. De las 3,4 millones de moratorias que habilitó el Estado hasta esa fecha, 2,5 millones (el 73%) correspondieron a mujeres y 819.000 a hombres.3
  • El 87,1% de quienes acceden al sistema previsional por moratoria cobran la mínima: el 89,2% de las mujeres y 81,4% de los varones.4
  • El INDEC publicó un estudio sobre conglomerados urbanos (fines de 2020) en el que dice que hay 11,5 millones de personas ocupadas, de las cuales 8,1 millones son asalariados y 3,4 millones, no asalariados, generalmente cuentapropistas. De los asalariados, el 63, 7 % pertenece al sector formal (tienen cobertura previsional) y el 32,7% (2,7 millones de personas) en el sector informal. 5
  • Actualmente la jubilación mínima es de $23.064 y la AUH de $4.504. Mientras la Canasta Básica Total (que marca la línea de pobreza) ronda los $67.500 y la Canasta Básica Alimentaria, que determina la línea de indigencia, los $29.000.

De lo anterior se desprende que, en general, el “Programa de Reconocimiento” permitiría a un número relativamente pequeño de mujeres acceder al piso de haberes jubilatorios. Pero ese piso es inferior a la línea de indigencia, muy por debajo de lo necesario para tener una vida medianamente digna. Para peor, más de la mitad de las jubiladas y un importante porcentaje de varones, perciben la jubilación mínima.

Son preocupantes, además, las cifras de trabajo informal con que las patronales se libran de cumplir con los aportes jubilatorios y de trabajo no asalariado, que tampoco asegura el pago de dichos aportes.

Otro problema, que obviamente persiste, es la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado sobre las mujeres. No disminuyó y por el contrario, se acrecentó por efectos de la pandemia y de la extrema pobreza: atención de hijas/os en forma paralela al teletrabajo, intensificación de tareas de higiene, organización de ollas populares, comedores y merenderos, etc. También perduran las desigualdades laborales: de salario, para acceder a un trabajo, para quedar efectivas, para un ascenso de categoría, etc.

No habrá cambios, sin un cambio rotundo.

Están próximas las elecciones. El Frente de Todos intenta cautivar el voto con el slogan  “Vamos a salir”. La oposición con el hashtag “#Juntos” o un ambiguo “Es lado a lado”.

Necesitamos mucho más que slogans difusos, medidas limitadas o promesas vagas, de los políticos de siempre. Mucho más que una dirigencia casi muda e inmóvil ante la pobreza, la enfermedad y la muerte, como gran parte de la CGT y CTAs o del Movimiento de Mujeres. Jamás lograremos los cambios que necesitamos si continuamos detrás de ellos, porque no quieren afectar los bolsillos de los dueños del país y sus socios externos. ¡Si seguimos así, nos hundimos!

Nuestra esperanza está en la lucha, y en imponer otro plan de gobierno, a favor de los trabajadores. Un programa que reconozca que la Deuda es con el pueblo trabajador, sus jubiladas y jubilados, que rompa con el FMI y los demás buitres. Que obtenga del No Pago, de la recuperación de la energía y los recursos naturales, de aplicar fuertes impuestos a las grandes empresas del campo y de la ciudad, los recursos económicos para que los salarios y jubilaciones mínimas equiparen por lo menos a la canasta familiar; garantizar trabajo en blanco- con cobertura previsional – para todas y todos y prioridad en el empleo para las jefas de hogar con hijas/os a cargo; terminar con la sobrecarga femenina de las tareas domésticas y de cuidado, ponerlas en manos del Estado, comenzando con la creación de jardines maternales y jardines de infantes, en número al menos igual que el de escuelas primarias. Para dar respuesta a todas las necesidades obreras y populares.

El PSTU y Lucha Mujer te proponemos pelear, hacer una Revolución, obrera y socialista, que conquiste una Segunda y Definitiva Independencia para lograrlo. Lo planteamos también desde nuestras candidatas y candidatos en el FIT-U y te convocamos a incorporarte a nuestro partido con ese objetivo.

1Página 12, 13/07/2021

2Infobae, 25/07/2021

3Ídem 2

4Ídem 2

5elancasti.com.ar, 04/05/2021