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Chile: ¡La lucha contra el machismo se debe ampliar!

Indignación nos ha generado ver en los últimos días los casos de brutales femicidios de 5 mujeres. El más reciente fue en Valparaíso, con el asesinato de Gertudriz Martínez, producto de diez puñaladas por parte de su pareja. En Maipú, un hombre mató a su ex pareja y a la madre de ésta. El lunes, la ex pareja de Soraya Sepúlveda la mató a tiros en Concepción y, Nelly Malo fue quemada y oculta en un tambor en Pudahuel el pasado domingo.

Por MIT-Chile

Según la Red Chilena contra la violencia hacia las mujeres, 25 han sido víctimas de violencia de género en lo que va de este año.

A partir de estos casos, es necesario que la lucha estudiantil retome fuerzas para seguir en la pelea hasta el final contra el machismo, pero la única forma de lograrlo es que también se incorporen en esta lucha las y los trabajadores. Las trabajadoras somos las más afectadas por el machismo, y somos las que en mayoría sumamos la lista de los femicidios.

El gobierno admite responsabilidad, pero con sus “medidas” queda en palabra muerta.

Desde el Ministerio de la Mujer, el gobierno asumió que “no tenemos una política robusta para enfrentar la violencia contra las mujeres”, que falta sacar a la mujer del “círculo de la dependencia emocional y económica con el agresor”, es necesario el “apoyo del Estado para su reinserción en la sociedad”.

Este desentendimiento de los gobiernos es una de las causas principales. Por ejemplo, el año pasado alrededor del 50% de las mujeres asesinadas por hombres, hicieron previamente una denuncia, sin que las instituciones actuaran efectivamente. Unos de los ejemplos actuales son los casos de Soraya Sepúlveda, que tenía una orden de alejamiento y resguardo policial de su agresor y, el caso de Gertrudiz que había puesto denuncias previas por violencia intrafamiliar.

Frente a esta realidad, el gobierno se limita a poner urgencia a los proyectos impulsados por Bachelet, que sancionan la violencia en el pololeo y corrigen aspectos de la ley, para hacer más expedita la denuncia y la investigación. Esto es totalmente insuficiente, una burla para la situación de las víctimas, los familiares y cercanos de éstas. Porque en primer lugar, no se habla de impulsar con urgencia una ley general contra la violencia a la mujer, ni menos de un presupuesto de emergencia para prevenir estos casos. Hoy, no existe una legislación dirigida a la violencia contra las mujeres y, como no existe, siempre se enfoca limitadamente hacia la violencia intrafamiliar. Eso genera que no haya seguimiento de las medidas de protección que se asignan, por lo tanto muchas no son efectivas.

Por una ley completa contra la violencia a la mujer, garantizada por un presupuesto de emergencia

Muchas medidas de prevención de las agresiones a mujeres no se pueden llevar a cabo por falta de recursos: las mujeres agredidas muchas veces no salen de sus casas porque tienen una dependencia económica con el agresor, y hoy las casas de acogidas para estas mujeres no dan abasto; para hacer cumplir las órdenes de alejamiento se necesita personal humano que vigile, sin embargo tampoco da abasto; las posibilidades de empleo para las mujeres con hijos que quieren salir de la casa del agresor, son difícilmente garantizadas y si llegan a conseguir, son con empleos precarios bajo un sueldo menor.

Si el gobierno de Piñera quisiera realmente acabar con el machismo de raíz, dispondría los recursos que se llevan los empresarios mediante el lucro, para más casas de acogidas, mejores sueldos derecho a salud, etc, de las mujeres amenazadas por la violencia. Sin embargo, éste y el gobierno anterior están muy lejos de eso: solo el primer semestre del 2017, mineras privadas se llevaron por lucro unos US$ 1.027 millones, ¡casi 12 veces el valor del presupuesto para el Ministerio de la Mujer para todo este 2018!

Necesitamos una ley contra la violencia a la mujer, que vaya más allá de los límites de la ley que solo regulariza en el ámbito familiar o en el pololeo, pero ¡para que esta ley no sea letra muerta, se necesitan recursos!

¡El gobierno dice que no hay platas! Exigimos que sea creado un impuesto a las mayores fortunas del país y a la minería privada para financiar medidas de combate a la violencia en contra de la mujer y campañas en contra del machismo. Solo cuando nuestros recursos naturales estén en nuestras manos, por ejemplo mediante la renacionalización del cobre, podremos garantizar recursos para una educación pública, gratuita y no sexista, y luchar para acabar con las desigualdades entre hombres y mujeres. La clase trabajadora tiene que tomar esa lucha en sus manos.