other

¿Las llaves del paraíso?

Desde que asumió en diciembre, Macri no ha parado de hacer giras y de recibir visitas de numerosos representantes de distintos países. Entre ellas se destacaron las visitas de los presidentes de Francia y EE.UU. Aunque el gobierno lo presenta como una victoria de su política de “volver al mundo” y de “apertura” de la Argentina, atrás esconde el intento de aplicar la política del imperialismo en contra de los trabajadores.    

Entra en mi vida, te abro la puerta

Numerosos sectores dentro del Gobierno viene sosteniendo como política exterior una mayor “apertura” en las relaciones exteriores del país. Las cabezas visibles de esto son el Ministro de Energía Juan José Aranguren y la Canciller Susana Malcorra. El primero sostiene la liberalización de la producción del petróleo. La segunda defiende la integración de la Argentina a la Alianza del Pacífico. ¿Qué podría tener de malo esta política en el contexto de un mundo cada vez más globalizado?
Por un lado, los grandes países siempre exigen una serie de condiciones para poder permitir el “ingreso al mundo”. Este es el caso de los arreglos de Macri con los holdouts en los que legitimó y permitió la profundización del saqueo del imperialismo mediante la deuda externa. Como lo refleja Malcorra, la Argentina está cumpliendo con todas las tareas que le imponen: “El primer paso para recuperar la confianza es presentar el país con la perspectiva que hizo Macri. Eso lo hicimos. Otro punto son las medidas que ayudaron a mejorar esa confianza, como la regularización con los holdouts. Y un tercer aspecto es la decisión que tomó el Congreso para acompañar las medidas del Poder Ejecutivo.”(1)
Por otro lado, la apertura al mundo siempre implica que los países busquen competitividad a nivel internacional. Esto significa que el costo laboral -es decir los salarios- sean bajos. Además de que haya enormes ganancias aseguradas para las empresas, especialmente, si son extranjeras.
Por último, el imperialismo siempre hace la apertura en lo que le conviene. Mientras exige mayor libertad en los países subdesarrollados o periféricos, protege los productos e industrias que le conviene mantener.

Dime con quién andas…

Reflejo de toda esta situación, es que desde que asumio Macri han visitado a la Argentina diferentes representantes de la política imperialista. Uno de estos invitados fue Peña Nieto, presidente de México, responsable de numerosas desapariciones y asesinatos de activistas sociales por luchar contra la reforma educativa en su país. El objetivo de esta visita fue avanzar en la “integración” de la Argentina en la Alianza Pacífico, que es la política de EEUU para la región. En la conferencia de prensa, Macri dijo: “Realmente aspiramos a que estos convenios se multipliquen y nos lleven a que tengamos un acuerdo de integración absoluta, de libre comercio […], y logremos contribuir a que tengamos cada vez más a un América Latina más sólida, más atractiva para el desarrollo, la inversión, la generación de empleo, la innovación tecnológica, que son las bases fundamentales para esa felicidad” (2). Ya vimos cuál es el resultado de México: un país con extrema desigualdad social donde el narcotráfico ha tomado pueblos enteros y las condiciones laborales, en algunas regiones, son semiesclavas.
Otra visita importante fue la del Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, que vino a profundizar las relaciones de la Argentina con su país, tal como había comenzado a hacerlo en marzo Obama. Malcorra y Macri aprovecharon para rogarle su apoyo en la postulación de la Argentina para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Éste es un organismo de regulación económica que establece políticas internacionales para los distintos países, según los intereses del imperialismo. Por supuesto, Kerry elogió las políticas económicas implementadas por Macri.
El último en visitar al país, fue el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon. Como sabemos, la ONU es un organismo que, con la máscara humanitaria, no hace otra cosa que implementar todas las políticas que el imperialismo necesita. Cómo era de esperar, Ban Ki-Moon elogió que haya tropas argentinas para las “misiones de paz”, que en realidad son tropas militares de ocupación. También se manifestó hipócritamente a favor de del plan para recibir a 3.000 refugiados sirios, pero sin denunciar el papel de la Unión Europea y EEUU en la crisis que hoy está viviendo Sirira.

Algunas conclusiones

Como podemos ver, no podemos tener ninguna confianza hacia la política exterior que los canallas de Macri y Malcorra hacen al servicio del imperialismo y de los empresarios argentinos. Tenemos que romper con la política de sumisión a los organismos internacionales que quieren dictar una política económica que saquea a los trabajadores en todo el mundo, como la OCDE, el FMI, la ONU, etc. Tenemos que dejar de pagar la deuda externa e imponer una política exterior al servicio de un plan obrero alternativo. Luchando por una Segunda Independencia que sea, no sólo nacional, sino de los trabajadores de todo nuestro continente.

¡Basta de pagar la deuda externa! ¡Por un plan al servicio de los trabajadores!
¡Fuera Malcorra y los políticos sumisos al imperialismo!
Por una Segunda y Definitiva Independencia

(1) Entrevista La Nación 14/08/16
(2) Télam 29/07


Un prontuario al servicio del imperialismo

Susana Malcorra es una ingeniera eléctrica nacida en Rosario en 1954. Como la mayoría del gabinete de Macri en algún momento ocupó cargos importantes dentro de alguna empresa: fue gerente general de Telecom Argentina. En el 2001, en plena crisis, propuso reducir un 10% en los sueldos de los trabajadores telefónicos, pero ante el rechazo del sindicato amenazó con despedir 400 trabajadores que no habían aceptado la medida. Esto generó distintas medidas gremiales que la hicieron dar marcha atrás.
Desde el 2004, desempeñó diversos cargos en la ONU, donde utilizó su tráfico de influencias para nombrar personal afín a la política exterior yankee. Entre 2012 y hasta su nombramiento como canciller (en 2015) fue Jefa de Gabinete de la Secretaría General de las Naciones Unidas, bajo el mando de Ban Ki-Moon.
En su último año de mandato, se destapó el caso de ocultamiento y persecución a un diplomático que había denunciado la perpetuación de abuso sexual a menores por tropas humanitarias en la República Centroafricana. Este escándalo ocupó a altas esferas de la entidad, involucrándola a Malcorra. Como podemos observar, siempre ha ejercido sus cargos en contra de los trabajadores y los pueblos explotados del mundo.