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¡LIBERTAD A MILAGRO SALA! LA GRAN OLVIDADA DEL FRENTE DE TODOS.

“De mí no se acuerdan, dicen que nunca me vieron” (de la popular chacarera El olvidao)

La líder de la organización Tupac Amaru lleva más de cinco años detenida. En la actualidad está con prisión domiciliaria. Sus fotos con el pedido de libertad poblaban las columnas kirchneristas en toda manifestación popular, durante el Gobierno anterior. Hoy esa exigencia ha quedado reducida a un puñado de voces dentro de la alianza gobernante. Y Milagro, junto con otros/as dirigentes de la Tupac, sigue tras las rejas. ¿Por qué?

A fines de setiembre de 2021, la ex diputada jujeña al Parlasur, se quejó en una transmisión en vivo, del abandono que sufre por parte del Frente de Todos (FdT): “(…) El gobierno nacional y popular va a cumplir dos años en diciembre, y quien te habla va a cumplir seis años de detención en enero” (…) Prefieren hacer negocios con la marihuana, y el litio. Pero los presos políticos venimos postergados hace tiempo (…) Cuando uno lo ve a Gerardo Morales al lado de Alberto Fernández o al lado de Cristina, veo que hay acuerdos políticos (…)” 1

La crítica apunta claramente a las principales razones que perpetúan su detención. Veamos a qué se refiere.

Negocios entre el Gobierno Nacional y Gerardo Morales: el “oro verde” y el litio

En la nota antes mencionada Milagro Sala denuncia que Jujuy es una de las provincias que más adelantos de coparticipación recibió durante la pandemia, que el Gobierno justifica la enorme deuda que generó Morales y que no se le pide rendición de cuentas.

Más allá de esas acusaciones, está comprobada la continuidad de un gran negocio, autorizado en 2019, durante la era Macri: el establecimiento del primer centro argentino para la producción de cannabis medicinal. La empresa monopoliza el cultivo, producción, industrialización y comercialización de cannabis con finalidad científica, medicinal y terapéutica. El director es Gastón Morales, hijo del gobernador de Jujuy. “Cannabis Avatara”    (o Cannava, como se la llama en forma abreviada) es aparentemente estatal, pero en realidad no, porque está asociada con “Grean Leaf Farm Internacional”, empresa privada radicada en Estados Unidos.2

Esa asociación con una empresa privada generó polémica entre los defensores de una producción y distribución exclusivamente estatal. Organizaciones civiles impulsoras de la Ley Cannabis, sancionada en 2017, como Mamá Cultiva, la cuestionan. También hubo rechazo  desde una parte del FdT, por ejemplo la diputada provincial Alejandra Cejas, objeto de una feroz persecución, que le costó 90 días de suspensión. La legisladora denuncia un binomio entre el titular del PJ jujeño Rubén Rivarola y el gobernador Gerardo Morales, que ataca cualquier oposición parlamentaria.3

Los sectores nombrados y otros, se oponen al proyecto por falta de transparencia y advierten que al intervenir capitales privados con fines de lucro, se corre el riesgo de que la producción se exporte, en vez de destinarse a las necesidades locales. No están errados: tenemos el ejemplo reciente de los millones de vacunas de AstraZéneca producidos en Argentina por la empresa farmacéutica privada de Hugo Sigman, que fugaron a México y EEUU en 2020, cuando acá escaseaban las vacunas contra el COVID 19.

Mientras tanto, Gerardo Morales se ufana de que “el cannabis nos dejará más renta que el litio y la energía renovable juntos” y de su excelente relación con el Ministro Nacional de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, promotor de la industria cannábica y que impulsa también la movilidad eléctrica. El gobernador agrega tener el compromiso de la empresa china Gangfeng y de una empresa italiana para fabricar baterías de litio cuando haya movilidad eléctrica.4

Muchos/as  honestos/as luchadores/as que quizá estén leyendo esto, consideran  al FdT menos dañino que Juntos por el Cambio, basados en diferencias, tanto en su discurso, como en algunas políticas. Los ejemplos anteriores hablan de un acuerdo de fondo, para la entrega de valiosas riquezas a empresas multinacionales, cuando el país podría explotar sus propios recursos, cuidando el ambiente y generando trabajo genuino, sin perder soberanía. Milagro Sala  es rehén de ese acuerdo de sumisión y dependencia, razón de peso para su permanencia en prisión.

Presa por luchar: un motivo político fundamental

Repasamos algunos de los “delitos” que se le imputan a Milagro Sala.

La causa “Acampe” por la que quedó detenida el 16 de enero de 2016, una simple manifestación en una plaza, quedó anulada. La causa “Bombachas”: estaba acusada de llamados intimidatorios a una comisaría, luego de que fuera detenida la hija de una integrante de su organización. Fue absuelta en primera instancia; está apelada. Causa “Balacera de Azopardo”. El 27 de octubre de 2007 hubo un tiroteo, en el que se la acusó de “tentativa de homicidio”. Fue absuelta. Causa de los “Huevazos”: le dieron tres años de prisión por unos huevazos arrojados al gobernador Morales durante 2009. Dos únicos testigos permitidos la señalaron como instigadora. La resolución está apelada.5

Y así podríamos seguir con otras causas – farsa. Milagro Sala no tiene ninguna sentencia firme, ni siquiera en la causa más pesada, por la que se la condenó a 13 años de prisión por un supuesto fraude relacionado con la construcción de viviendas.

Su detención fue arbitraria. Miles de organizaciones nacionales e internacionales exigimos su liberación, algunas de enorme envergadura como la OEA, la ONU o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Pero los vientos que soplan, con la pandemia y la crisis económica que nos azotan, anticipan mayores ataques a los/las trabajadores/as y sectores populares. La prisión de Milagro Sala es una lección de los poderosos, los gobiernos que los representan y su podrida justicia, para quienes pretendan ejercer el derecho a la libertad de expresión y a la protesta social. Del mismo modo sucede con los presos de Las Heras, con nuestros compañeros del PSTU, Sebastián Romero y Daniel Ruiz, con César Arakaki, del Partido Obrero, y con todos/as los/as presos/as y procesados/as por luchar.

Libertad a Milagro y a los presos políticos por luchar.

Juan Grabois, Luis D’Elía, los y las dirigentes del FdT que levantan la libertad de Milagro Sala, son bien conscientes de que con buenas declaraciones no la vamos a sacar de la cárcel, ni tampoco a los demás presos por luchar. Para lograrlo, anular los procesos abiertos a miles de luchadores/as y frenar la criminalización de la protesta, necesitamos organizar una movilización de cientos de miles que reclame a la vez, por nuestros derechos amenazados.

Si no dan el puntapié inicial, si no comprometen a quienes hacen silencio, son tan responsables como el Gobierno de Alberto y Cristina, al que moderadamente critican.

Nosotros y nosotras, quienes lo exigimos, quienes nos encontramos siempre en las luchas y en las calles, aunque no votemos por el mismo partido en las urnas, debemos difundirlo, enfrentar las infames campañas mediáticas en contra, hacerlo conocer en las fábricas, escuelas y barrios. Tenemos que organizarnos desde abajo hasta lograr la fuerza para imponerlo.

1 La Voz, 27 de setiembre de 2021

2 France24, 10/02/2019

3 Télam,  23/05/2021

4 Perfil, 25/09/2021

5 Página 12, 16/01/2020