Luego del anuncio de 400 despidos, y el adeudamiento de salarios de noviembre, diciembre y el aguinaldo, trabajadores del Ingenio La Esperanza, en Jujuy, decidieron entrar en huelga y cortar la ruta. En la misma semana en que se votó, represión mediante, la Reforma Previsional en el Congreso, este corte fue reprimido a poco tiempo de haber empezado.
Alrededor de una docena resultaron heridos en la represión, 25 quedaron detenidos. Se dictó la orden de detención para toda la comisión directiva del sindicato.
Algunos meses atrás, azucareros del Ingenio Ledesma entraron en huelga por aumento salarial y también se encontraron con la violencia policial de parte del Gobierno. Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, parece ser el mejor alumno de Macri en lo que a represión se refiere. Oh casualidad, se trata de la provincia donde aún mantienen en la cárcel a Milagro Sala
Esto es muy grave no solamente por la persecución a los que salen a luchar contra el Gobierno. Se trata de un ataque directo al derecho a huelga de los trabajadores. La campaña nacional del macrismo, que quiere atacar y señalar a todos los que salen a las calles como “violentos”, tiene esta expresión en la provincia del norte.
Solidaridad contra la represión
Los trabajadores del Ingenio Ledesma enviaron su solidaridad, como así lo hicieron decenas de organizaciones obreras, estudiantiles o barriales. La unidad de los trabajadores es la única salida para frenar esta intentona de amedrentar a los que luchamos contra el ajuste.
En vísperas de navidad han sido liberados 21 de los detenidos. Pero aún restan 4 y entre ellos dirigentes del sindicato. Esto quiere decir que hay que redoblar los esfuerzos para liberarlos. Es necesario emprender una lucha unitaria contra la represión y la persecución del Gobierno, así como por la reincorporación de los despedidos y el pago de lo adeudado.
Exigimos la inmediata liberación de los detenidos y el desprocesamiento de todos los trabajadores perseguidos por la justicia patronal. Los dirigentes sindicales de los ingenios azucareros, junto a las centrales sindicales, tienen que estar al frente de esto. Y si no vienen por si solos, hay que obligarlos a que se planten